Fray Ricardo
destacó en su predicación del tercer día del Triduo las siguientes ideas:
El hombre sin
Dios no espera nada. Pero el creyente no es así.
La Creación fue a partir de
la nada, pero la Redención
fue a partir del hombre. Dios creó al hombre por amor. Pero la segunda
intervención, con la
Encarnación del Verbo de Dios no es reconocida por ninguna
Religión, excepto por el cristianismo. Nuestros hermanos mayores en la Fe, los judíos, están todavía
esperándole.
Por la espera de
un Pueblo, todos los hombres se han iluminado por medio de Ella, Nuestra
Señora.
La Inmaculada, que tiene voto
de sangre en la ciudad de Jerez, trajo el ancla de la Esperanza. Aquí,
en la capilla de San Francisco donde está Inmaculada, está también la Esperanza.
Y termina con un
poema que dedicó a la Virgen
en su cantamisa.