Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

domingo, 31 de octubre de 2021

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

XXXI Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

El amor al Señor y al prójimo

 

La liturgia del domingo nos presenta un pasaje central para entender cómo Jesús concibe el cumplimiento de la voluntad del Padre, al mismo tiempo que revela su posicionamiento sobre los demás mandamientos. Aparentemente, el diálogo entre el escriba y Jesús se desarrolla en un tono pacífico, sin polémica, a diferencia de lo que hallamos en otros capítulos del Evangelio. La ausencia de tensión se pone de manifiesto en las últimas palabras del pasaje, al señalar Jesús: «No estás lejos del Reino de Dios». Para comprender el sentido de la pregunta debemos tener en cuenta que, en tiempos de Jesús, los preceptos de la ley de Moisés se contaban por centenares, superando en mucho el conocido decálogo. Esta meticulosidad en el cumplimiento de la ley implicaba no solo que muchos judíos se la saltaran, sino también que se viviera en gran hipocresía, actitud que, por otros episodios, sabemos que censura férreamente el Señor. Más allá del contexto inmediato que se encontró Jesús, san Marcos quiso destacar este como uno de los episodios clave para que las primeras comunidades de cristianos y nosotros en nuestros días sepamos a dónde dirigir nuestra atención para cumplir con fidelidad la voluntad del Señor y no perdernos en puntos que, en todo caso, deben ser un desarrollo de estos dos mandamientos. Al mismo tiempo, sería incorrecto concebir este resumen como una especie de suspensión del resto del decálogo o una relajación de otros preceptos de la ley natural. La voluntad del Señor manifestada en el Evangelio nunca busca anular o minusvalorar la ley, sino todo lo contrario, cumplirla de modo radical y en plenitud y, sobre todo, descubriendo su sentido más profundo. Si Jesús no busca restar valor a la ley recibida de los mayores, también es verdad que, con el paso de los siglos, las disposiciones legales habían proliferado sin medida, condicionando hasta el extremo la fe israelita y el funcionamiento de la propia sociedad de la época, sobre todo entre algunos grupos concretos, como el de los fariseos. Aparte de ser insoportable e irrealizable, esta extrema regulación desviaba demasiado la atención del cumplimiento de la voluntad de Dios que se corresponde con la búsqueda de aquello que anhela el corazón humano. En cualquier caso, la propuesta de cientos de mandatos negativos no es el medio idóneo o más directo para vivir amando a Dios y al prójimo. Sin algo que oriente nuestro actuar positiva y dinámicamente, la ley de Dios se entiende únicamente como una barrera que no puedo traspasar.

 

La unión entre mandamientos

Analizando la formulación de Jesús del mandato del amor a Dios y al prójimo, tal y como aparece en este pasaje, descubrimos lo siguiente: en primer lugar, se realiza de modo positivo y en dos secciones. La primera de ellas procede del libro del Deuteronomio, cuyo texto constituye el quicio de la primera lectura de este domingo: «Escucha, Israel […]. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». A partir de ahí, Jesús prosigue con el segundo mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Este último precepto no es original de Jesús, ya que lo encontramos en el libro del Levítico (19, 18). Pero sí que es novedosa la unión de los dos mandatos en uno solo y hacer de este nuevo gran precepto el motor de la vida cristiana, resumiendo con gran simplicidad lo que supone vivir en Cristo. Por otro lado, este doble mandamiento intenta desligar el cumplimiento de la voluntad de Dios de un culto y una religiosidad meramente externa y vacía, criticada desde antiguo por los profetas. Así lo demuestra la frase del escriba, cuando afirma que «amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». No se nos pide, por lo tanto, realizar más o menos acciones, sino cambiar por completo el corazón.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 




sábado, 30 de octubre de 2021

viernes, 29 de octubre de 2021

José Muñoz Natera, 50 años de cofrade de las Cinco Llagas

 



El veterano cofrade José Muñoz Natera ha recibido un sentido homenaje de su Hermandad de las Cinco Llagas al cumplir 50 años de antigüedad como hermano de esta corporación nazarena de la Madrugada Santa. Visiblemente emocionado recogió el título en pergamino que acredita esta permanencia en el seno de su cofradía, una obra realizada por el artista Manuel Castellano. Por enfermedad de Muñoz Natera, el acto de entrega se realizó en su propio domicilio. En la imagen, el cofrade homenajeado acompañado por el teniente hermano mayor de las Cinco Llagas José Barrera, el mayordomo José Andrade, el secretario Ernesto Romero y el tesorero José Soto. 




miércoles, 27 de octubre de 2021

COPLAS PARA EL SEÑOR DE LA VÍA-CRUCIS

 





El Concierto que se va a celebrar el próximo domingo día 31 de octubre a las 21,00 horas en el Templo de San Miguel, organizado por la Hermandad del Cristo  de la Expiración, será una ocasión única para poder escuchar y deleitarnos de unas piezas musicales de altísima calidad, como las anunciadas en el cartel, compuestas por grandes compositores. Estas piezas son las Coplas dedicadas a distintas imágenes jerezanas, entre las que se encuentran las Coplas a Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis, de Francisco Navarro.

El sueño que algunos hermanos de la Hermandad hemos tenido resulta que ya era una realidad que hasta el próximo domingo no verá la luz. Y allí podremos estar porque los hermanos de nuestra Hermandad podrán disfrutar del riguroso estreno de estas Coplas con una orquesta sinfónica y coros-voces. 

Estas Coplas son inéditas, y han sido halladas en el archivo musical de la Basílica del Carmen gracias a la labor investigadora de don Ángel Hortas Rodríguez-Pascual. Este gran descubrimiento podrá ser utilizado por la Hermandad de aquí en adelante en los cultos del Señor.

Las entradas de este acto –ya que se trata de un concierto benéfico- podrán ser adquiridas a 10 euros en los siguientes puntos: Bar la Moderna, Abrines Música y la Casa-Hermandad del Cristo de la Expiración (Ermita de San Telmo).



domingo, 24 de octubre de 2021

LA DIÓCESIS SE CONSAGRARÁ EL PRÓXIMO MES DE DICIEMBRE AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Y SAN JOSÉ




En la Vigilia de la Inmaculada de este año (7 de diciembre 2021), la Diócesis de Asidonia Jerez será consagrada por Monseñor José Rico Pavés al Inmaculado Corazón de María. Todos los fieles, religiosos/as y sacerdotes que quieran, se consagrarán personalmente a la Virgen María con la fórmula de esclavitud mariana, el Totus Tuus de San Juan Pablo II. 

Para poder consagrarse de modo personal es necesario prepararse bien durante los 33 días previos, tal como enseñó San Luis Mª Grignion de Monfort, su gran impulsor. Ofrecemos aquí las meditaciones de estos 33 días, con textos del propio San Luis Mª, de San Maximiliano Mª Kolbe, de Santa Teresa de Calcuta y de San Juan Pablo II. ¡Atención! Esta consagración no es la consagración religiosa con votos de pobreza, castidad y obediencia. Cada uno permanece en su estado de vida, pero viviendo su consagración bautismal siendo totalmente de María. Por eso, invitamos a consagrarse a todo bautizado que lo desee.

A continuación ofrecemos las meditaciones de cada uno de los días de preparación a la consagración total, tanto en texto como en audio. Los textos están tomados y adaptados ligeramente del documento 33 Días hacia un Glorioso Amanecer. Un retiro personal como preparación para la Consagración a María. Su autor es el P. Michael E. Gaitley, religioso de los Marianos de la Inmaculada Concepción (https://www.tiendadelamisericordia.org/33-dias-hacia-un-glorioso-amanecer.html). Los audios están tomados de un programa de radio que emitió el retiro en abierto, en Latinoamérica. Agradecemos desde aquí a los autores de estos materiales, que nos prepararán a lo largo de estos 33 días. Además de esta página, para facilitar la preparación se pondrán en marcha grupos de whatsapp para enviar durante los 33 días un mensaje diario con la meditación de cada día en texto y audio.

Antes de comenzar la preparación, es conveniente entender qué es la consagración total a Cristo por medio de María, o dicho con otras palabras, la esclavitud mariana. Para ello te recomendamos ver el video de nuestro obispo D. José Rico Pavés que esta al principio de la noticia y leer alguno de los siguientes documentos:


– «Introducción a la Consagración Total a María».
– Otra presentación sobre la Esclavitud mariana.

Si para seguir las meditaciones diarias te resulta más cómodo descargar los 33 días de preparación en un único archivo de PDF para imprimirlo, puede hacerlo PINCHANDO AQUÍ (o una versión editada en letra menor AQUÍ), o la versión para móvil AQUÍ [esta versión en algún dispositivo no muestra correctamente la marca de agua].

Pincha aquí para descargar toda la información necesaria de los 33 días





sábado, 23 de octubre de 2021

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

XXX Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

«Jesús, ten compasión de mí»

 

Nos encontramos este domingo ante una escena que, aun teniendo como trasfondo el contexto concreto del camino de Jesús hacia Jerusalén, cambia en algunos aspectos con respecto a los episodios que han sido proclamados en las últimas semanas. Por ejemplo, desparece el tono polémico o la contradicción entre las aspiraciones mundanas de los discípulos y la propuesta radical de entrega y de servicio del Señor. Además, para Jesús, el ser reconocido como Mesías no parece ya incomodarle como anteriormente. Gracias a los relatos paralelos de otros evangelistas, conocemos que Jesús fue varias veces a Jerusalén. Sin embargo, para san Marcos es más relevante fundamentar el sentido de esa subida a Jerusalén, sin importarle tanto detallarnos una crónica rigurosa de los momentos más sobresalientes de ese viaje. Y solo desde esta perspectiva podemos comprender el encuentro entre Jesús y el ciego Bartimeo. De ahí que los caminos de ambos se crucen a las puertas de Jericó, justo cuando Jesús y sus discípulos se dirigían a Jerusalén en el tramo último de la vida pública del Señor. Son varios los profetas que, a través de varias señales, nos describen la llegada de los tiempos mesiánicos. Así lo encontramos en Isaías, o en el pasaje que este domingo es proclamado como primera lectura, del libro de Jeremías: mediante el cumplimiento de un hecho histórico determinado, como fue la vuelta del destierro de Babilonia, se nos sitúa en la aurora de la manifestación definitiva del Señor, cuando salve y reúna de manera definitiva a su pueblo. Es ahí cuando aparecen los ciegos y cojos como beneficiarios privilegiados de la acción del Señor. Pero no solo es en los profetas donde hallamos estas referencias. Si ponemos el foco ahora en el Evangelio, comprobaremos que los cuatro evangelistas dan noticia también de la sanación de ciegos. Para comprender algo lo que esto implicaba en la vida cotidiana de quien viviera hace 2.000 años, es preciso hacernos cargo de la triste situación en la que pasaban sus días los que habían nacido con esta discapacidad o la habían adquirido durante su vida. Más allá de depender de otras personas, algo que la mayoría no podía permitirse, debiendo convertirse en mendigos, suponía una lacra social que determinaba su marginación.

 

«¿Qué quieres que te haga?»

Al igual que otros relatos de curaciones, este episodio quiere superar la mera descripción de una curación física. Para ello nos ayuda ver cómo este pasaje se encuadra en el entorno de una serie de episodios en los que abunda la dificultad para entender de los discípulos, así como la incredulidad de los testigos de las curaciones. En cambio, parece como si para Bartimeo ese problema se disipara de manera súbita, clarificándose el reconocimiento del Señor como Mesías y Salvador, como lo revela el dirigirse a Jesús como Hijo de David. Asimismo, la referencia final a que (a Jesús) lo seguía por el camino, testimonia que se convirtió en discípulo de Cristo, realidad que explica que nos haya llegado el nombre de este personaje, debido a la memoria guardada entre los cristianos de la primera generación. Desde los primeros siglos se configuró en el año litúrgico el tiempo de preparación a la Pascua como un periodo de purificación e iluminación, guardando un paralelismo con el camino de Jesús a Jerusalén, en el que tuvo lugar el encuentro con este ciego poco antes de consumarse la Pascua del Señor. Este tiempo, recordado en nuestros días, especialmente en el ritual de la iniciación cristiana de adultos, incide en el carácter del primer sacramento como verdadera iluminación. De este modo la recepción del Bautismo, que tiene lugar en la Vigilia Pascual, va a conseguir que la luz triunfe frente a las tinieblas y el nuevo cristiano se convierta en un nuevo Bartimeo; alguien que vivía hasta entonces en la oscuridad se encuentra con la luz de Cristo, que es luz de la fe, y se convierte en luz capaz de iluminar a cuantos se encuentran en la oscuridad.

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

 

 

Evangelio

 

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le contestó: «Rabbuni, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

  

Marcos 10, 46-52

 

 


 


domingo, 17 de octubre de 2021

VÍA CRUCIS DE LAS COFRADÍAS DE JEREZ 2022

 

Tres imágenes presidirán en 2022 el Vía Crucis de las Cofradías de Jerez.   Serán la del Señor de la Salud, de San Rafael, el Cristo de Las Almas de la Sacramental de Santiago, y la Virgen de Salud y Esperanza, de la Clemencia.     




Fuente: UNIÓN DE HERMANDADES


La Unión de Hermandades de Jerez ha propuesto para la Cuaresma de 2022 a monseñor José Rico Pavés, obispo diocesano, un Vía Crucis oficial de las cofradías que contará con tres imágenes para presidirlo, las del Señor de la Salud, titular de la cofradía con sede en la Parroquia de San Rafael, el Cristo de Las Almas, titular de la Hermandad Sacramental de Santiago, y María Santísima de Salud y Esperanza, dolorosa de la Hermandad de la Clemencia, de la Parroquia de San Benito.   La respuesta del prelado ha sido afirmativa a este Vía Crucis, que tendrá lugar el lunes 7 de marzo de 2022 en la Santa Iglesia Catedral, tras que los traslados de las tres imágenes mencionadas se produzcan -aún por definir- durante los jornadas del fin de semana precedente, a fin de que el acto pueda comenzar a una hora más temprana que en años anteriores, para permitir un óptimo control del aforo y una correcta organización.   El ejercicio piadoso se rezará en base a un texto que incluirá la decimoquinta estación, sobre la Resurrección de Cristo, teniendo asignada cada imagen cinco estaciones de un Vía Crucis que se aplicará especialmente por el fin de la pandemia, de ahí la advocación de la Salud, por el recuerdo a los fallecidos durante la misma, representado en este crucificado de Ánimas, y por la Esperanza cristiana de un futuro mejor para todos.   

Nuestro Padre Jesús de la Salud (Hermandad de la Salud, de San Rafael) es obra de Fernando Aguado, imaginero sevillano. Fue bendecido el 21 de marzo del 2012, por monseñor José Mazuelos, obispo de Jerez, y actual obispo de la Diócesis de Canarias. Representa a Cristo en el momento de la entrega de la Cruz, antes de iniciar el camino hacia el Calvario. Procesionó por primera vez a la Santa Iglesia Catedral en la jornada del Martes Santo, en la Semana Santa de 2019.   

El Santísimo Cristo de las Almas (Hermandad Sacramental de Santiago) es obra atribuida al imaginero hispalense Diego Roldán Serrallonga (S. XVIII).   Su fecha de ejecución está datada entre los años 1720 – 1725. Fue restaurado por el conservador – restaurador sanluqueño, Jesús Guerrero García en el año 2015, siendo repuesto al culto el 29 de enero de 2016. Recibe culto en la Capilla del Sagrario de la Iglesia Parroquial de Santiago, y procesiona cada segundo sábado de Cuaresma en solemne Vía Crucis penitencial por las calles de su feligresía.

María Santísima de Salud y Esperanza (Hermandad de la Clemencia) es obra del imaginero sevillano Salvador Madroñal Valle, realizada en 1999. Fue adquirida a finales del 2000 y bendecida el 12 de marzo de 2005 por quien fuera párroco de San Benito, y director espiritual de la cofradía, monseñor don Francisco González Cornejo. Su primera salida procesional aconteció en 2013 en el Vía Lucis organizado por la Unión de Hermandades, y en 2017 realizó por primera vez estación de penitencia a la Catedral en su paso de palio de originales líneas renacentistas, en la jornada del Martes Santo.

 

sábado, 16 de octubre de 2021

Evangelio y comentario


Fuente: ALFA Y OMEGA

XXIX Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

«El Hijo del hombre no ha venido a ser servido»

 

Han pasado cuatro semanas desde que escuchábamos un pasaje similar al que tenemos este domingo ante nosotros. Hace varias semanas, los discípulos discutían entre ellos sobre quién era el más importante cuando atravesaban Galilea tras el anuncio de Jesús de su Pasión. Ahora, tras el último anuncio de la Pasión, no se trata simplemente de una controversia oculta entre ellos, sino que se dirigen al Maestro directamente para que haga lo que le piden: «Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Se trata, pues, de un episodio que debió de quedar intensamente grabado en la mente de los discípulos y de la primera comunidad cristiana, puesto que no son estas las dos únicas ocasiones en que, con algunas divergencias, lo encontramos en el Evangelio; en Mateo es la madre de Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, quien solicita este favor al Señor. Uno de los datos más relevantes de este diálogo es el escenario en el que se da: nos situamos en un momento en el que Jesús es acompañado por sus amigos en el camino hacia Jerusalén, que va unido al dramatismo de los últimos pasos del Señor antes de padecer, morir y resucitar. Los

anuncios de la Pasión que hemos escuchado hasta ahora por boca de

Marcos se caracterizan por la poca comprensión de los discípulos ante la noticia sobre el futuro que aguarda al Maestro. El evangelista ha querido utilizar el recurso del contraste y la falta de sintonía entre el estado de ánimo de Jesús y las preocupaciones mundanas de los apóstoles.

Sin duda, los discípulos habían oído en reiteradas ocasiones hablar al mismo Cristo sobre el significado y las exigencias del Reino de Dios y del seguimiento a su persona. Además, junto a los gestos y palabras de Jesús y la amplia aceptación que tienen entre la mayoría de la gente, el Señor no ahorrará explicaciones para presentar también con un completo realismo, y crudeza si es necesario, el futuro tan poco atractivo, mundanamente entendido, para los que se deciden por seguir al Maestro.

 

Los planes de Dios

Sin duda, esta página busca situarnos frente a la divergencia y desproporción que tantas veces se da entre los planes del hombre y los de Dios. Hace unas semanas veíamos cómo los apóstoles entendían ser el primero en clave de poder o dominio político. Anteriormente, Pedro era el que increpaba al Señor por anunciar su muerte. Pero en este momento, la respuesta del Señor desmontará por completo estas concepciones. Al hablar del cáliz que iba a beber y del Bautismo con el que iba a ser bautizado, está presentando un horizonte que, lejos de hablar de éxito humanamente entendido, sitúa ante los discípulos la muerte y el fracaso, representados por el cáliz y el Bautismo.

Para iluminar estas imágenes sirven el resto de pasajes de la Escritura que la liturgia nos ofrece en este domingo; en particular, la primera lectura, de Isaías, y la lectura de la carta a los Hebreos. No es casualidad que la primera lectura, del cuarto canto del Siervo, se escuche también en la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo. Ahí Jesús es triturado por el sufrimiento y entrega la vida como expiación, al mismo tiempo que carga con los crímenes de muchos. La carta a los hebreos se refiere a Jesús como al Sumo Sacerdote probado en todo, menos en el pecado; alguien que se ha convertido en mediador entre Dios y los hombres.

No es posible, por lo tanto, contemplar el cáliz y el bautismo al que el Señor se refiere, sin considerar a Cristo, no solo como quien se dirige hacia un destino dramático, sino como el que únicamente de este modo será glorificado. No será posible ahorrarse la Pasión y la Muerte para alcanzar la Resurrección.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

 

 

Evangelio

 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Podemos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».

 

Marcos 10, 35-45





  

viernes, 15 de octubre de 2021

LA DIÓCESIS CELEBRA LA APERTURA DE LA FASE DIOCESANA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS




 


LA TAREA DE CAMINAR JUNTOS

Ante la apertura de la fase diocesana presinodal

 

 

En el día que la Iglesia diocesana de Asidonia-Jerez celebra a su patrón, San Dionisio Areopagita, el Papa Francisco abre la fase de preparación al Sínodo de los Obispos que se ocupará de la sinodalidad en la vida de la Iglesia. La reconquistada ciudad de Jerez y su entorno fueron puestos bajo el patrocinio del santo cuya fiesta la Iglesia conmemoraba el 9 de octubre, día en que Alfonso X el Sabio incorporó la ciudad al reino cristiano de Castilla y León. Se buscó la protección y ayuda del Cielo para restaurar y acrecentar la fe cristiana de un pueblo que tiempo atrás la había profesado en esta tierra. Acudir a la intercesión de los santos nos recuerda que la vida cristiana requiere siempre apertura a los dones del Cielo para crecer en fidelidad al Señor en la tierra. Descubrimos así que el Señor sólo nos pide lo que primero nos da. Por eso, la vida en Cristo es siempre don y tarea: comunión que Él nos regala para que la vivamos como verdadera tarea.

El Sucesor de Pedro ha convocado a todos los fieles de la Iglesia Católica, y a quienes se nos quieran unir, para vivir el don de la comunión eclesial y asumir responsablemente la tarea de caminar juntos. Para ello se nos pide participar activamente en la fase preparatoria y en la posterior aplicación del Sínodo que se celebrará, Dios mediante, en octubre de 2023. La Secretaría del Sínodo de los Obispos ya ha publicado el Documento preparatorio, titulado Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, junto con un Vademécum a modo de Manual para la escucha y el discernimiento en las Iglesias locales. Estos textos deben ser recibidos y trabajados en toda la realidad diocesana: parroquias, comunidades religiosas, centros educativos, movimientos apostólicos, asociaciones de fieles, hermandades y cofradías, etc. El objetivo de este trabajo es poner en práctica la tarea de caminar juntosmediante un doble ejercicio de formación y participación.

Pido a los responsables de todas las comunidades y asociaciones de nuestra diócesis que coordinen en sus propios ámbitos de responsabilidad la formación de sus miembros en la vivencia de la sinodalidad, tomando como referencia principal los dos documentos indicados. Contaremos con la ayuda del Equipo diocesano presinodalconstituido para este fin.

Pido también a todos los responsables de las comunidades que faciliten la participación de sus miembros en esta etapa de preparación acogiendo las consultas e indicaciones que la Secretaría del Sínodo está enviando a todas las diócesis a través de la Conferencia Episcopal Española.

Pido, por último, a todos los diocesanos que reservemos dos momentos importantes en el calendario: el día 17 de este mes y el sábado 26 de marzo de 2022. El domingo 17 de octubre, a las 17:30h., celebraremos en nuestra S.I. Catedral la Santa Misa de Apertura de la fase diocesana de preparación al Sínodo. Es deseable que todos los arciprestazgos y el mayor número posible de parroquias y comunidades eclesiales estén representados en esa celebración. El sábado 26 de marzo por la mañana, en horario y lugar que más adelante se comunicará, celebraremos la reunión del Consejo Diocesano de Pastoral en la que se presentará el resultado del trabajo llevado a cabo en los meses previos.

Ponemos bajo el amparo de Nuestra Madre Santísima, María Inmaculada, Patrona de la Diócesis, y de San Dionisio Areopagita, patrón de Jerez, los frutos de esta etapa diocesana de preparación al Sínodo en que somos llamados a poner en ejercicio la apasionante tarea de caminar juntos.

En Jerez de la Frontera, a 9 de octubre de 2021

Fiesta de San Dionisio Areopagita, Patrón de Jerez

 

+ José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez

 

 


domingo, 10 de octubre de 2021

Ya está disponible la lotería de Navidad de nuestra Hermandad





 


Todo aquél que desee lotería de la Hermandad puede solicitar sus pliegos al hermano Tesorero don José Soto Rodríguez.




sábado, 9 de octubre de 2021

Rogad a Dios en caridad por el alma de Dª María Pavón Carril, suegra de N.H.D. Genaro Benítez Gil






Falleció en el día de ayer a los 90 años. Las exequias por el eterno descanso de su alma tendrán lugar hoy sábado día 9 a las 12,00 horas en el Tanatorio de Jerez.



 

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

Vende lo que tienes y sígueme

 

Inmediatamente antes del tercer anuncio de la Pasión, el Evangelio plantea varias cuestiones vinculadas con el uso de las riquezas y con el seguimiento, teniendo como referencia fundamental el Reino de Dios. En sí mismas, la posesión de bienes, al igual que la abundancia de descendencia o una vida larga han sido consideradas en la historia de la salvación como una bendición de Dios. Basta con recordar la promesa de Dios a Abrahán. Sin embargo, no es la posesión de riquezas el tema principal que presenta este pasaje, sino el modo de vivir del discípulo, reflejado en la pregunta inicial: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». La cuestión sobre qué hacer es la que ayuda a ordenar un conjunto de prioridades en la vida. Precisamente la primera lectura de la Misa de este domingo, así como el salmo que la acompaña, sitúa en primer plano la prudencia, la sabiduría y la sensatez, es decir, aquello que nos hace capaces de juzgar y obrar rectamente, y, como consecuencia, no confundirnos ni dejarnos engañar por las apariencias o lo inmediato. Por ejemplo, en el salmo, la expresión «enséñanos a calcular nuestros años» nos permite analizar con sosiego nuestra vida y valorar lo que vamos construyendo en ella. El comportamiento y la decisión moral del discípulo van a ser los elementos que den unidad a las tres secciones en las que se articula este pasaje evangélico: el diálogo entre Jesús y el joven rico, el uso de las riquezas, y, por último, la pregunta de Pedro sobre lo que espera a los discípulos del Señor. Sin lugar a dudas, la persona que se acerca a Jesús sentía gran atracción por el Maestro. Así lo pone de manifiesto el modo de aproximarse a Él, ya que va corriendo, se arrodilla y lo llama «Maestro bueno». Asimismo, la pregunta que formula revela, no solo la admiración hacia alguien, sino una verdadera inquietud: la de conducir su vida con un sentido y la de aspirar a algo mayor que lo que tiene ante sus ojos. La frase «¿qué haré para heredar la vida eterna?» encierra, en realidad, la aspiración más profunda que cabe en el corazón del hombre, puesto que refleja la gran búsqueda sembrada en lo más hondo de cada persona. Al igual que ocurre en escenas similares, se inicia un interesante diálogo cuyo desenlace, por desgracia, producirá una decepción tanto en el joven rico, que «frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico», como para Jesús, que, a la vista de la reacción de este personaje, destacará la gran dificultad de compatibilizar el Reino de Dios con el apego a las riquezas.

 

El significado de ser discípulo

También para quien se acerca a este Evangelio la escena provoca un cierto desencanto, aunque al mismo tiempo sirve como impulso para fiarse por completo del Señor y no reaccionar nunca con tristeza ante las sucesivas llamadas que Dios puede hacernos a lo largo de nuestra vida. De hecho, el diálogo posibilitará a Jesús aclarar el significado y las implicaciones de ser discípulo suyo. Sin embargo, lo que a primera vista parece un episodio de fracaso se convierte en uno de los pasajes en los que el Señor aclara con mayor nitidez qué implica ser discípulo suyo. Disponibilidad y humildad son dos de las características necesarias para seguir la llamada del Señor. Por eso, no es suficiente con el cumplimiento de los mandamientos, pensando que con presentar una hoja de servicio inmaculada ya hemos adquirido la condición de verdadero discípulo. La respuesta de Jesús: «Una cosa te falta», nos pone ante el intento de Jesucristo de entrar en su vida. Con todo, este deseo de Jesús no es una intromisión en la vida del joven, sino la respuesta a su más sincera búsqueda. El Señor sabe que sin un completo desprendimiento de las riquezas y sin un abandono total en las manos de Dios no es posible colmar aquel deseo de plenitud que está inscrito a fuego en el corazón del hombre.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

  

Evangelio

 

Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante Él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replico: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús se lo quedó mirando, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les será entrar en el Reino de Dios a los que tienen riquezas!». Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones– y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

 

Marcos 10, 17-30





lunes, 4 de octubre de 2021

sábado, 2 de octubre de 2021

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)

La apertura del corazón

 

Jesús no cesa de instruir a sus discípulos hasta el final de su ministerio público. El Señor tiene en cuenta que debe proporcionar a quienes le siguen una formación y un modo de vida concreto para que su misión no se desvanezca, sino que continúe una vez que Él haya muerto y resucitado. Este domingo abordamos dos cuestiones con no poca relevancia en el día a día de cada uno de nosotros: la cuestión sobre el divorcio y el valor de los niños en la sociedad. Aparentemente se trata de dos aspectos que no guardan directa relación. Sin embargo, teniendo en cuenta que Jesús no realiza una enseñanza de modo superficial, sino en profundidad, descubrimos que el punto de unificación entre la actitud del hombre con respecto al matrimonio y la acogida de los niños es el deseo de luchar contra la dureza del corazón. Moisés permitió escribir el acta de divorcio por la dureza del corazón. Por el contrario, el niño es el ejemplo más transparente de todo lo contrario. Por eso, «de los que son como ellos es el Reino de Dios».

 

Una compañía adecuada

La parte inicial del Evangelio está en relación directa con el pasaje de la primera lectura, tomado del libro del Génesis. Tras crear al hombre y otorgar dominio sobre todo lo que ha hecho, Dios pone al lado de Adán a la mujer. Del contenido de este capítulo se desprenden tres enseñanzas principales: en primer lugar, la relación entre el hombre y la mujer es de igual a igual, y no de dominio, como revela el hecho de poner el hombre nombre al resto de criaturas; en segundo lugar, se trata de una relación de compañía que lleva en sí el fruto de la felicidad. Así se pone de manifiesto en la expresión «¡esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!»; en tercer lugar, la alusión a que «serán los dos una sola carne» muestra que, desde el momento en el que el hombre y la mujer unen sus vidas, no se comprende el ser de cada uno de modo independiente. Así pues, la doctrina matrimonial de la Iglesia no se fundamenta primariamente en un conjunto de preceptos humanos o principios morales, sino en el modo de ser y en la naturaleza de la persona, que muestra que el hombre necesita un complemento, una ayuda y alguien a quien pueda hablar de tú a tú por poseer la misma dignidad y grandeza. Estamos ante una verdadera unión que supera la ayuda corporal o afectiva y que se define como comunión personal y colaboración con Dios, dador de amor y de vida. A pesar de todo, ya en tiempos de Jesús, al igual que en nuestros días, lo que el matrimonio está llamado a ser contrasta a menudo con la realidad que pueden vivir muchos esposos. En este sentido, el Evangelio del domingo no duda en defender el plan original de Dios y luchar contra la dureza del corazón de quienes quieren justificar algo que en sí no es bueno para el hombre: la separación, la división o la ruptura de un vínculo tan estrecho e íntimo. Ante la insistencia de los discípulos, tras la pregunta inicial de los fariseos, Jesús recalca que no se puede admitir el rechazo de la mujer o del marido y contraer matrimonio de nuevo. Con ello, no se limita en modo alguno la libertad del hombre, sino que se valora con hondura lo que implica el matrimonio desde su unidad e indisolubilidad.

 

La sencillez del niño

Durante estos domingos hemos observado la dificultad que experimentan frecuentemente los discípulos en comprender las enseñanzas y el modo de vida que les pide el Señor. De esta forma, discuten sobre quién es el más importante de ellos o, como aquí, tratan de impedir que algunos se acerquen al Señor. Por el contrario, Jesús no se cansa de enseñarles que para ser discípulo es preciso forjar un corazón como el suyo. Por eso coloca en el centro de la escena al niño, cuya grandeza no nace de la corta edad ni, quizá en este pasaje, de la debilidad física, sino más bien de la apertura total hacia el otro, de la sencillez de corazón y de la capacidad de fiarse por completo de los demás. A medida que nos hacemos mayores tenemos el peligro de ir blindando nuestro corazón. Este domingo, en cambio, Jesús nos pide quitar la coraza ante Dios y fiarnos por completo de Él, del mismo modo que un niño se fía de su madre o de su padre.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

 

 

Evangelio

 

Acercándose unos fariseos, preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

 

Marcos 10, 2-16