Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 30 de abril de 2022

Monseñor José Rico Pavés elegido presidente de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado





 


Fuente: DIÓCESIS DE ASIDONIA-JEREZ

 

Sr. Obispo de Asidonia-Jerez ha sido elegido esta semana en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal para presidir las Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado.

 

La Conferencia Episcopal Española acogía durante esta semana la celebración de la Asamblea Plenaria, órgano superior de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Es colegial y reúne a los arzobispos y obispos diocesanos; arzobispo castrense; coadjutores y auxiliares; administradores apostólicos y diocesanos; y los arzobispos, obispos titulares y eméritos que cumplan una función especial en el ámbito nacional, encomendada por la Santa Sede o por la Conferencia Episcopal. Aunque no sea miembro, en la sesión de apertura se cuenta con la presencia del Nuncio Apostólico en España. (Estatutos CEE. Artículo 5).

 

En esta Asamblea entre las distintas directrices de trabajo se elegían distintos cargos entre los que se encontraba la presidencia de la Comisión Episcopal Evangelización, Catequesis y Catecumenado, la cual ha recaído en Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.

 

COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA EVANGELIZACIÓN, CATEQUESIS Y CATECUMENADO

 

Tiene la dicha de evangelizar constituye la identidad, vocación y misión de la Iglesia. En este sentido, la Comisión tiene como objetivo acoger, discernir, acompañar y proponer las claves pastorales para una Iglesia en salida, que viva con gozo la belleza de la fe y trasmita con esperanza la alegría del evangelio. Para ello, cuidará tres dimensiones: la revisión personal, a la luz del encuentro con Jesucristo; la conversión pastoral, de una Iglesia de mantenimiento a una iglesia en misión; y la reforma de estructuras, atendiendo a las nuevas necesidades.

 

La Comisión lleva a cabo esta tarea por medio del primer anuncio y la pastoral bíblica, de la iniciación cristiana y del catecumenado, de la atención a las personas con discapacidad y la piedad popular, favoreciendo todo ello con publicaciones diversas y en estrecha relación con los vicarios episcopales y delegados diocesanos o similares.

 

Se organizan encuentros trimestrales entre los miembros de la Comisión y su Secretariado, así como jornadas anuales con vicarios y delegados diocesanos. Está en estrecha relación y colabora con las demás Comisiones de esta Conferencia, con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y con las Comisiones Episcopales Europeas.

 

Esta Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado nace, a partir de la reforma de estatutos de marzo de 2020, de la unión de las Comisiones Episcopales de Pastoral y la Subcomisión Episcopal de Catequesis.

 

Otro de los datos sobre esta Comisión es la pertenencia a la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española. La Comisión Permanente es el órgano de la Conferencia Episcopal que se encarga de la preparación de las Asambleas Plenarias y de la ejecución de las decisiones adoptadas en ellas. (Estatutos CEE. Artículo 16).




jueves, 28 de abril de 2022

Descanse en paz S.E.R. Fray Carlos Amigo Vallejo





Lamentamos profundamente el fallecimiento en el día de ayer del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, O.F.M., Arzobispo Emérito de Sevilla, quien pronunció en 2015 en nuestra Hermandad una magnífica conferencia con motivo del LXXV aniversario de la reorganización.

En la memoria de todos los hermanos siempre quedará esa gran disertación y su amable conversación en la posterior cena que se le ofreció.

Rogamos una oración por su alma y deseamos que nuestra Amantísima Titular, María Santísima de la Esperanza la haya abierto las puertas del cielo a tan fiel hijo de San Francisco.





sábado, 23 de abril de 2022

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

II Domingo de Pascua (ciclo C)

La fe en la Resurrección

 

Los domingos de Pascua son una reiteración del acontecimiento de la Resurrección, una llamada profunda a nuestra fe, hasta llegar Pentecostés, ese momento en que Resurrección y venida del Espíritu Santo confluyen juntas.

Así, en esta octava de Pascua el Evangelio nos presenta especialmente a Tomás, el discípulo ausente en la primera aparición de Jesús resucitado y que permaneció incrédulo a pesar del testimonio de sus hermanos. Sin embargo, cuando el Resucitado se aparece por segunda vez él está allí presente y llega a creer plenamente, uniéndose para siempre al Señor de su vida.

Tomás resume el difícil camino realizado por los primeros discípulos para llegar a la fe pascual: no es fruto de una exaltación religiosa o de una alucinación psicológica, sino que es una profunda victoria de Jesús resucitado sobre las dudas y los miedos que paralizan a sus discípulos. En este sentido el Evangelio de este domingo nos muestra un camino para llegar a creer en el Resucitado, el que siempre viene y permanece entre nosotros, ofreciéndonos su paz y dándonos el don del Espíritu Santo.

En los días que siguen a la muerte de Jesús, los discípulos se encuentran en la casa, encerrados en sí mismos, llenos de miedo y pavor. Sin embargo, están habitados por la fuerza de una espera inexplicable, suscitada por el anuncio de María Magdalena: «¡He visto al Señor!» (cf. Jn 20, 18). Jesús toma la iniciativa y se aparece colocándose en medio de ellos como el Señor que viene; infunde la paz en sus corazones, al mismo tiempo que les muestra los signos de su Pasión. Jesús está vivo, pero no se puede eliminar el sufrimiento que Él ha padecido hasta llegar a una muerte cruel, y por eso las huellas de la Pasión permanecen imborrables en su cuerpo, transfigurado por la Resurrección. Después, soplando sobre los discípulos, con un gesto que los recrea (cf. Gn 2, 7) y les hace pasar de la muerte a la vida (cf. Ez 37, 9), el Resucitado les comunica el Espíritu Santo. De este modo les permite cumplir la única misión importante: perdonar los pecados. Jesús sopla el Espíritu, y el efecto del Espíritu es muy claro: poder para perdonar, es decir, misericordia efectiva. Este es el Pentecostés en el Evangelio de Juan: la capacidad para perdonar.

«Ocho días después», por tanto, el domingo, el día del Señor, Jesús se aparece de nuevo a los discípulos. Esta vez también está presente Tomás, unido a la comunidad regenerada por el Espíritu del Resucitado y capaz de anunciar la Resurrección. Pero era precisamente este anuncio el que él se había negado a creer, exigiendo la necesidad de pruebas ciertas: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». Tomás no confía en sus hermanos, quiere tener una relación directa con el Señor; y el Señor mismo con infinita paciencia se le acerca y le invita a contemplar los signos de su muerte: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Es la identificación de Jesús: sus llagas, las señales de su cuerpo crucificado. Es el testimonio de la identidad entre el que murió y el que ha resucitado, el testimonio de su identidad corporal, porque no resucita el espíritu, sino que resucita la persona, con el cuerpo glorificado. Es entonces cuando Tomás llega a comprender y exclama finalmente: «¡Señor mío y Dios mío!», una confesión de fe plena en el señorío y en la divinidad de Jesús.

Si Jesús se identificó con las marcas de su Pasión, nosotros no podemos reconocerle si no tocamos sus heridas. Y palpar sus llagas hoy es tocarlas en sus hermanos heridos. La fe en el Resucitado no es una creencia en un espíritu. Es el resultado de tocar un cuerpo herido: el del Señor. Y hoy la posibilidad de hacerlo está en tocar, en amar, las llagas de nuestros hermanos heridos. Ahí encontraremos la fe en la Resurrección.

Es difícil para nosotros, como para Tomás, llegar a la fe en la Resurrección. Sin embargo, gracias a él, Jesús pronuncia su última bienaventuranza: «¡Bienaventurados los que creen sin haber visto!». También nosotros estamos llamados a experimentar la bienaventuranza de quien ve a Jesús a través de los ojos de la comunidad cristiana, reunida en el día del Señor y en escucha atenta de la Palabra de Dios.

Celebremos el domingo de la Divina Misericordia. En la Resurrección encuentra todo su sentido la cruz. Nuestras renuncias, nuestros dolores, nuestros padecimientos van dirigidos a la Resurrección, y en ella encontrarán su plenitud. Por tanto, la Resurrección es pura misericordia. Si la Resurrección es el eje y el centro de nuestra fe, esta no es sino la apertura a la misericordia. Creamos en el amor, en la bondad del amor, en el triunfo del amor. Solo la misericordia es digna de fe, es sustrato de la fe. Participemos en la Resurrección del Señor. Si damos paso a la misericordia tendremos dentro de nosotros el germen de la Resurrección. Estaremos resucitando –aunque antes tengamos que pasar por la muerte–, participaremos de la vida del que vive.

 

 

JUAN ANTONIO RUIZ RODRIGO

Director de la Casa de Santiago de Jerusalén

 

 

 

 

 

Evangelio

 

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

 

Juan 20, 19-31








viernes, 22 de abril de 2022

La Asociación Juvenil Ntro. P. Jesús del Sufrimiento participó ayer jueves en nuestros Rezos semanales

 




Ayer recibimos la visita de la Asociación Juvenil Nuestro Padre Jesús del Sufrimiento, a la cual agradecemos de corazón la predisposición e ilusión por ayudarnos en todo lo posible.

Cuando surge una adversidad es cuando hay que estar juntos, apoyarnos y eso es lo que nos demostraron en el día de ayer.


miércoles, 20 de abril de 2022

Comunicado Oficial Cinco Llagas


 

 

C O M U N I C A D O    O F I C I A L

 

 

“Jesús siempre plantea la lógica del amor”. Papa Francisco

 

“Todo con María, nada sin Ella”. Monseñor José Rico Pavés. Obispo de Jerez

 

 

El Hermano Mayor y todos los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo, Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis y María Santísima de la Esperanza, reunidos en Cabildo de Oficiales, a raíz de los acontecimientos acaecidos durante la pasada Madrugada Santa, suscriben el presente comunicado para general conocimiento.

   

PRIMERO: De entrada deseamos agradecer vivamente, de todo corazón, las numerosísimas muestras de apoyo al Hermano Mayor y a la Junta de Gobierno de esta corporación nazarena tras la incidencia de la pasada Madrugada Santa.   

 

Muchas gracias a los más de 200 hermanos de la cofradía que por iniciativa propia se han dirigido a nosotros para animarnos, para estar codo con codo, para no soltarnos en ningún momento. Gracias por tantísimo afecto, tantísimo respaldo incondicional, por vuestras muestras de reconocimiento, vuestros abrazos emocionados, por tantísimas llamadas de teléfono, tantísimas demostraciones de amor verdadero, de aliento, de empuje, de fraternidad, de cercanía. Gracias por la generosidad de tanta calidad humana como habéis derramado sobre nosotros. No encontramos palabras para agradeceros vuestro comportamiento, vuestra actitud, vuestra solidaridad y vuestra comprensión. Por las ideas propias que muchos de vosotros estáis planteando para elevarlas de manera constructiva a la Hermandad. Porque queréis aportar, sumando, como hermanos en Cristo que sois. No imagináis cuánto nos habéis ayudado. Con la Fe que nos une. Con la devoción que nos une. Con la defensa de Dios que nos une. Con las experiencias que hemos compartido. Habéis dado un ejemplo que nos emociona. Nos emociona muchísimo. La dureza de la vivencia ha creado una conciencia más sólida de cómo debemos remar todos juntos por la Hermandad. Jamás podremos devolver cuánto nos habéis dado, nos habéis dicho y nos habéis transmitido en estos días. No es posible leer, releer, cada mensaje recibido sin que se nos salten las lágrimas. Por vosotros seguiremos trabajando con más fuerza que nunca. La Junta de Gobierno, todos vosotros, los que habéis demostrado empatía y sentido de Hermandad, hemos salido fortalecidos.  ¡Nos habéis dado tanto cariño! ¡Tanto!

 

Muchísimas gracias al presidente del Consejo de la Unión de Hermandades, nuestro querido José Manuel García Cordero ‘Nene’, por su entrega plena, por su abrazo necesario al fiscal del paso de palio, por ponerse en nuestro lugar, por hacerse servidor, por no dejarnos solos, por estar a las duras y a las maduras, por su mensaje de ánimo y su respaldo sin fisuras. Cuanto expresó a nuestro hermano mayor -dando lo mejor de sí- es digno de un presidente que quiere a las Hermandades con locura y que se sabe representante de todos y cada uno de los hermanos mayores de la ciudad. ¡Gracias, presidente! ¡Gracias, hermano! Muchísimas gracias por el señorío y la amistad sincera de todos los consejeros de nuestra Unión de Hermandades quienes, por separado, cada uno a su manera, nos han inyectado toda la fuerza que han podido. Gracias Edu, gracias Jesús, gracias Antonio, Patri, Elena, Carlos, Javier, María, Alfonso, Rafa, Rocío, Mercedes y Antonio.

 

Muchísimas gracias a gran parte del clero de la diócesis de Jerez, al amplísimo número de sacerdotes que han llamado y escrito a nuestro hermano mayor. ¡Qué excelentes reflexiones y cuánta paz interior habéis regalado! Gracias a la preocupación y al afecto demostrado por delegados de diversas delegaciones diocesanas. Gracias a varios profesores del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense (ISCRA). Gracias a ex hermanos mayores de las cofradías de Jerez. Y ex presidentes del Consejo que también han querido estar junto a nosotros. Y a cofrades clásicos -¡cuánto calor y cuánta verdad en Luis Cruz, en Fernando Fernández-Gao, en José Luis Zarzana, en Fernando Cano, en Manuel Martínez Cano -hijo del recordado Manuel Martínez Arce-, y tantos y tantos otros…

 

Muchísimas gracias a los hermanos mayores de otras cofradías, sobre todo los de la Madrugada, por vuestra fuerza. Por vuestra mano tendida. Muchísimas gracias a los jerezanos que no dudaron en desprenderse de sus chaquetas y abrigos para in situ meterse debajo del paso de nuestra Madre de la Esperanza, encomendándose todos ellos a la ayuda que tan duros momentos precisaba. Gracias a los dignísimos miembros de la saga de los Gorrión -¡tan valientes, tan marianos, tan héroes!- por llevar casi en volandas a la Virgen hasta San Francisco, gracias a la buena gente de la Hermandad del Huerto. Gracias a los costaleros de la cuadrilla del Señor de la Vía-Crucis, por lo que sólo ellos y un palio de Esperanza saben, gracias a los aplausos del pueblo de Jerez que no dejaron a solas jamás y acompañaron y rezaron con ovaciones la apresurada recogida de nuestra Sagrada Titular.

 

Muchísimas gracias a tantísima gente anónima, a tantísimos gestos inesperados, a tantísimas voces que nos han dictado mucho ánimo. Muchísimas gracias a los informadores cofrades que se han puesto a nuestra disposición para ayudar en cuanto hiciese falta, que han demostrado una elegancia y una profesionalidad y una empatía con la situación digna de los mejores encomios. Queremos en este capítulo agradecer muy especialmente a Antonio Moure, Eduardo Fernández, Rafa Delgado, Gabriel Álvarez, Andrés Cañadas, Álvaro Ojeda, Miguel Perea, Miguel A. Moreno, David Puerto, Juan Antonio Sánchez Galindo, Adri, Kiko… ¡En momentos de dificultad no imagináis cómo se agradece vuestra sensibilidad, vuestro tratamiento informativo y el afecto personal trasmitido!

 

SEGUNDO: Para los hermanos de las Cinco Llagas la vivencia de lo sucedido ha sido muy dolorosa y triste, lo que lamentamos desde lo más profundo de nuestro corazón. Y aunque como bien dice el hermano mayor de la Exaltación Manuel Tristán -y es afirmación muy repetida estos días- “ninguna Hermandad está libre de que pueda sucederle salgo así”, y a sabiendas de cuanto también el hermano mayor de la Sacramental de Santiago y periodista Andrés Cañadas ha señalado como que “la cosa no se ha hecho mal, sino la cosa ha salido mal”, la profunda tristeza e impotencia son sensaciones que no terminan de abandonarnos del todo desde la aciaga jornada de la Madrugada. La Junta de Gobierno lamenta profundamente lo sucedido. Nos duele y nos hiere la mala experiencia que han tenido que vivir nuestros queridos hermanos integrados en la cofradía -nazarenos, costaleros, monaguillos, acereros, etcétera-. Queremos lo mejor para nuestros hermanos. Sabemos la ilusión y autenticidad con la que los hermanos nuevos afrontaban su primera estación d penitencia, porque nos han confiado y confesado los motivos de su reciente integración en la Hermandad. Sabemos muchas cuestiones personales, emocionales, de los hermanos que integran la cofradía sostienen dentro de sí. Y aunque el apoyo ha sido grandioso, nosotros no podemos por menos que pedir disculpas a los hermanos y no hermanos, a la cofradía entera, por este desagradable accidente. Para los cristianos limpios de corazón el amor al prójimo está por encima de todo y nada más lejos de nuestros deseos que observar el sofocón del latido humano de la cofradía durante la pasada Madrugada Santa. Somos una familia y como tal debemos sentirnos y presentirnos. Por esta causa, y porque sabemos que nuestra Madre de la Esperanza sabrá fortalecernos, pondremos todo nuestro celo y nuestra determinación al objeto de que este hecho no vuelva a producirse jamás. No son pocos los hermanos que quieren aportarnos ideas y colaborar en el asunto que nos ocupa. El ofrecimiento de colaboraciones es amplísimo, tanto del seno de la Hermandad como del exterior. En este nuevo impulso trabajaremos. Y pedimos a todos los hermanos que tengan ideas, y que deseen aportarlas, lo hagan sin ningún tipo de pudor.

 

TERCERO: Cronología de los hechos con datos aportados por la mayordomía de la Hermandad.   

 

18 de diciembre de 2021: Toma de posesión, coincidiendo con la celebración del tercer día de Triduo de María Santísima de la Esperanza, de la nueva junta de gobierno de la Hermandad, presidida por nuestro hermano Ernesto Romero del Castillo.

 

26 de enero de 2022: El Cabildo de Oficiales de la Hermandad elige por unanimidad a los capataces de la cofradía. Manuel Campos para el paso del Señor de la Vía-Crucis y Álvaro Barba para el paso de palio de María Santísima de la Esperanza. La elección de Álvaro Barba se sustenta en la consideración de tratarse de un capataz con experiencia al frente de distintos martillos tales como Mayor Dolor y Piedad hace ya algún tiempo, y de unos años a esta parte palios como los del Socorro y Patrocinio. Nunca, que se sepa, este capataz ha tenido problema reseñable en su labor al frente de los pasos.  Se le presume, pues no hay indicio de lo contrario, garantía y experiencia. Cabe añadir el matiz -no determinante- de que se trata del Hermano Mayor de la Sagrada Resurrección,  Hermandad de la que las Cinco Llagas es madrina desde su fundación, existiendo entre ambas un vínculo muy estrecho de fraternidad.

 

1 de febrero: La Hermandad contacta con Álvaro Barba.

 

3 de febrero: Álvaro Barba responde afirmativamente y acepta ser capataz de María Santísima de la Esperanza. La mayordomía de la Hermandad se ofrece a su persona para todo cuanto necesite en su cometido.  

 

1 de marzo: Igualá de la cuadrilla de María Santísima de la Esperanza. En la iglesia de San Francisco. Acuden unos 60 costaleros aproximadamente. Álvaro Barba se muestra muy satisfecho con la respuesta y anuncia a los asistentes que cuenta con unos 20 costaleros más que no han acudido a la convocatoria. El hermano mayor ofrece unas palabras de bienvenida, transmite a todos los asistentes que siempre se sientan como hermanos de la Hermandad, que la Junta de Gobierno está para apoyarlos en todo y que nunca habrá ninguna interferencia ni ninguna injerencia en el trabajo y en las decisiones que por oficio corresponde al capataz.

 

6 de marzo: El capataz Álvaro Barba, acompañado de parte de su equipo y auxiliares, realiza una ofrenda a María Santísima de la Esperanza en la señalada jornada de su Veneración.

 

10 de marzo. Primer ensayo con mudá a San Francisco. Se ponen kilos y ensayan por la calle. Total normalidad. Asiste un buen número de costaleros.

 

17 de marzo. Segundo ensayo. Con techo de palio y candelabros de cola. Se encuentran con un problema de mala calibración de las trabajaderas. El capataz nunca echa la culpa de ello a la mayordomía. Es falsa la afirmación contraria.  Sale el paso hasta la puerta y vuelven las andas a su lugar original de la Capilla del Voto. El capataz anuncia que no hay motivo de preocupación, que de cara al próximo ensayo se soluciona este aspecto y todo saldrá bien. Se advierten algunos costaleros muy jóvenes junto a otros costaleros hechos. Se le pregunta al capataz y comenta que sólo 4 son menores de edad pero esos 4 menores de edad tienen la autorización paterna.

 

19 de marzo: La mayordoma queda con el capataz para nivelar las trabajaderas. Y así se hace.

 

 24 marzo: Tercer ensayo y convivencia costaleros palio: por causa de la lluvia se ensaya dentro de la iglesia y a puerta cerrada por petición expresa del capataz, debido a los videos en redes del último ensayo (fallido). Asisten unos 50 costaleros. Hora y media de ensayo llevando el paso al altar mayor y volviendo a la Capilla del Voto con levantás al cielo. La cuadrilla se muestra fuerte. No existe el menor inconveniente ni imprevisto. Posteriormente la Junta de Gobierno ofrece un ágape a todos los costaleros asistentes en la Casa de Hermandad. Gran ambiente de confraternización.

 

30 de marzo: cuarto ensayo: por la calle con todos los elementos: techo, candelería, peana y pollero. Acuden unos 55 costaleros. Algunos miembros de la Junta y de la Diputación Mayor de Gobierno graban vídeos del ensayo que demuestran la fortaleza de la cuadrilla y el número suficiente de costaleros. Estos vídeos posiblemente se publiquen en los fuentes oficiales de comunicación de la Hermandad para evidencia de cuanto se expresa.

 

5 de abril: Retranqueo del paso de palio. Faltaron algunos costaleros por la lluvia, pero el paso se pudo pasear por la iglesia para comprobar que todos los elementos están correctamente ajustados. Como faltan costaleros, los mayordomos de la Hermandad preguntan al capataz si no habrá problemas en la Madrugada. El capataz responde que en absoluto, que la mayordomía puede dormir tranquila porque para la madrugada, además de la cuadrilla que tiene y que ha estado ensayando, traerá otra más de refuerzo.

 

La versión de la Junta de Gobierno al respecto de los hechos ocurridos en la Madrugada no dista de los vertidos por el capataz Álvaro Barba en su comunicado. Es absolutamente falso que la Junta de Gobierno supiese de antemano lo que iba a ocurrir, como cabe fácilmente deducir. La cuadrilla de salida acude completa a San Francisco. La Junta de Gobierno confía plenamente en los capataces de ambos pasos, en sus respectivos equipos y en sus listeros. Sin más ni más. El capataz del paso de palio no informa antes de la salida que hubiese incidencia alguna.

 

El fiscal del paso de palio y el celador del cortejo de la Virgen advierten que el palio de María Santísima de la Esperanza ya no puede avanzar más -y que resultará imposible completar la estación de penitencia- a la altura del palquillo de la Plaza Aladro. Este hecho se le informa al Hermano Mayor, en el cortejo del Señor, en primer lugar a través de hermanos acereros y asimismo de un hermano costalero del Señor y miembro de la Diputación Mayor de Gobierno. No fragua, por cuestión de altura física, la ayuda de hombres que el capataz del Señor Manuel Campos envía como refuerzo a la cuadrilla del paso de palio.

 

El fiscal del paso de palio y el celador del cortejo de la Virgen se adelantan al paso del Señor para comunicar la imposibilidad de avance del palio. El celador del cortejo del paso de la Virgen -miembro más veterano y titular de la Diputación Mayor de Gobierno o dirección de cofradía- propone recogernos de inmediato, no desmembrar a la cofradía, y coger el atajo del Gallo Azul. La propuesta se ve acertada por los miembros de la Diputación Mayor de Gobierno que conversan con el hermano mayor. La situación es dolorosa y desconcertante. Hay quien, desde el exterior, plantea dejar a la Virgen de la Esperanza en la iglesia de Santo Domingo. Pero surge la ayuda ejemplar y decisiva de los miembros de la familia de la saga de los Gorrión, la valentía de los cofrades del Huerto, la iniciativa colaboradora de público que presenciaba el cortejo y que se desprende de sus abrigos para meterse debajo del paso y la intervención decisiva de muchísimas personas que acompañan aplaudiendo cada levantá, cada chicotá, del palio hasta llegar a San Francisco.

 

El hermano mayor de la Hermandad, al recibir la información de que el paso estaba avanzando con ayuda, y había dejado atrás Santo Domingo, decide que lo mejor para todos es recoger la cofradía completa, todos juntos y unidos, en San Francisco. Y esto por varias razones: a) porque el paso de palio no podría avanzar ni un metro más, b) por evitar graves lesiones físicas en los costaleros, c) por no acumular más minutos de retrasos “en las tres cofradías que venían por detrás”, en tanto también miembros del Consejo presentes -Antonio Espinar y Carlos Ríos- solicitaban -con razón- una rápida determinación y d) porque desde el principio se tuvo claro no partir la cofradía ni dejar a la Virgen sola. Esta decisión es felicitada por el respaldo incondicional, numerosísimo, de los hermanos que se abrazan, uno tras otro, al hermano mayor de la Hermandad y así se lo hacen saber. La confirmación de que se ha tomado la mejor decisión dadas las circunstancias es una constante en los hermanos de la Hermandad tanto una vez recogida la cofradía como al día siguiente en las incesantes llamadas de adhesión y apoyo a la Junta de Gobierno.

 

 

CUARTO: La Hermandad, a través de su Hermano Mayor, ha pedido personal y directamente disculpas -y aún así las reiteramos a través de este comunicado- a todas las Hermandades que sufrieron el retraso producido por la imposibilidad de avance del palio de María Santísima de la Esperanza.  Nada más lejos de nuestra voluntad que acarrear este perjuicio a tan admiradas corporaciones hermanas.

 

QUINTO: La Junta de Gobierno hubiese deseado enviar el presente comunicado conjuntamente con el del capataz Álvaro Barba pero éste nos solicitó difundir el suyo tan pronto nos fue entregado.

 

Nuestro Señor Jesucristo nos guíe y proteja siempre.

 

 

EL HERMANO MAYOR Y LA JUNTA DE GOBIERNO

 

 

 

 

Jerez de la Frontera, 20 de abril del año de Gracia del Señor de 2022


Recordatorio: Mañana jueves a las 20,30 en San Francisco, volvemos a encontrarnos con el Señor y Nuestra Madre de la Esperanza en los rezos semanales





 


domingo, 17 de abril de 2022

Felicitación Pascual





 


La Hermandad de las Cinco Llagas de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera le desea una muy feliz y gozosa Pascua de Resurrección.



Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

Domingo de Resurrección (ciclo C)

«Verdaderamente ha resucitado el Señor»

 

La historia de Dios con el hombre siempre está entretejida de hechos reales, de acontecimientos históricos, de pasajes que han sucedido verdaderamente. La noche del Sábado Santo empieza a vislumbrarse, con la tumba vacía, la noticia más sorprendente de la historia. Una tumba vacía y, en torno a ella, muchas interpretaciones. Pero hubo una interpretación basada en apariciones, en encuentros, en un choque con la nueva realidad: «Verdaderamente ha resucitado el Señor» (Lc 24, 34). Esta es la primera confesión de fe. Es el primer paso que dan los discípulos para empezar a ser cristianos; no solo oyentes de Jesús, sino cristianos, partícipes de su vida. Es el choque con un acontecimiento real. Fue el primer credo, la primera canción cristiana, el primer coro de la Iglesia: «Verdaderamente ha resucitado el Señor».

En aquella noche, el «hágase» del comienzo de la creación (cf. Gn 1) fue pronunciado por Dios de un modo enteramente nuevo. Aquella noche empezó el día octavo de la creación, la plenitud de la creación. Pero a este «hágase» de Dios, cuya respuesta es la Resurrección de Jesús, responde esta confesión de fe: «Verdaderamente ha resucitado el Señor». Ahora la respuesta no es simplemente la gratitud de los primeros hombres, sino la conciencia pronunciada de que Dios ha intervenido definitivamente en la vida.

Hoy, el credo, la confesión de fe, está amenazado. A veces se piensa que lo importante son los valores: si Jesús resucitó verdaderamente o si aquello fue un símbolo no es esencial, lo fundamental es que eso genere bondad, justicia… Si el punto de partida es un símbolo o una realidad sería secundario. ¿Pero cómo va a ser secundario? ¿Cómo puede generar valores reales, conductas hondas, un símbolo o una mentira? ¿Cómo la no verdad puede engendrar bien? Así podemos llegar a un cierto cristianismo de valores éticos, donde lo importante es ser buenos, donde se predique el pluralismo, el respeto, pero nada más. Estos cristianos están a punto de dejar de serlo, si no lo han dejado ya.

El cristiano auténtico sigue gritando: «Verdaderamente ha resucitado el Señor». ¿Sabéis cuál es el mayor obstáculo para creer esto? La crisis de esperanza. Cuando tanta gente dice: «Estoy perdiendo la fe», al final uno se da cuenta de que lo que está sucediendo no es una crisis de fe, sino de esperanza, que afecta a la fe. Puede creer en la Resurrección, pero como no ve los efectos, como la vida sigue igual, como la violencia es la misma, como no avanza en santidad, afirma que no puede seguir creyendo. La crisis de esperanza afecta negativamente a la fe.

Este domingo es el día para gritar con fuerza: «Verdaderamente ha resucitado el Señor». Encendamos las luces de la fe, recuperemos el uso de la palabra. Fuera los rumores, las dudas y vacilaciones. Pronunciemos afirmativa y claramente: «Verdaderamente ha resucitado el Señor».

Esto conduce al testimonio, y el testimonio puede conducir, antes o después, al martirio. Empiezan el acoso, la antipatía, el ataque, de unos y de otros, por unos motivos o por otros. Entonces, el miedo, la inseguridad, conducen al silencio, al disimulo, al anonimato. Y poco a poco, conforme uno va ocultando su pertenencia y su confesión, la fe va desapareciendo. Hoy hay tantos mártires en tantos lugares. Personas que dan la cara para mantener la fe en la plaza pública, para defender la vida frente al aborto y la eutanasia, médicos que se juegan su porvenir y el pan de sus hijos, fieles y sacerdotes que mueren en atentados en países donde la Iglesia está perseguida, familias que tienen que hacer sus maletas y emigrar para empezar y tratar de vivir con un mínimo de seguridad…

Es tiempo de martirio, es tiempo de confesión de fe. No basta ser bueno, porque no se puede ser bueno si no se recibe la bondad de Dios, que viene por la fe: «Verdaderamente ha resucitado el Señor».

 

 

JUAN ANTONIO RUIZ RODRIGO

Director de la Casa de Santiago de Jerusalén

 

 

 

 

 

Evangelio

 

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro, e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

 

Juan 20, 1-9






sábado, 16 de abril de 2022

jueves, 14 de abril de 2022

¡Hoy nuestra Hermandad se hace de nuevo cofradía!

 

¡Gracias a todos los hermanos nazarenos, costaleros, monaguillos, acólitos, acereros por ser artífices de esta grandeza anual que nos legaron nuestros mayores!









martes, 12 de abril de 2022

Homenaje a Luis Santiago

 

La Junta de Gobierno ha reservado para la Semana Santa el merecido homenaje que tributara este pasado Miércoles de Ceniza al ejemplar devoto del Señor Luis Santiago Vargas por las saetas -siempre prodigiosas, siempre poderosas- que cada año dedica al Divino Nazareno Franciscano.

Las lágrimas de Luis, tras recibir el tributo de nuestra Hermandad, hablan por sí mismas de la nobleza de su corazón.










sábado, 9 de abril de 2022

¡Todo preparado para la Madrugada Santa!





 


Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

Domingo de Ramos (ciclo C)

El pórtico de la Semana Santa

 

Es Domingo de Ramos, el pórtico de la Semana Santa, la semana mayor de los cristianos, en la que vamos a celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Un año más, entraremos de lleno en el misterio que es el corazón de nuestra fe: seguiremos de cerca al Señor en su entrada triunfal en Jerusalén, penetraremos en los sentimientos de Cristo, que intuyen las oscuras cavilaciones del sanedrín judío y la cobardía cómplice de las autoridades romanas. Viviremos con Jesús la angustia del prendimiento, el amargo dolor de la flagelación, de la coronación de espinas y del camino hacia el Calvario, la soledad y el abandono del Padre en la cruz, y también la inmensa alegría de su Resurrección en la mañana de Pascua.

En el Domingo de Ramos proclamamos lecturas preciosas que merecen comentarios profundos. Es tan bella la liturgia de este día que basta dejarse llevar por ella para acceder al mensaje del misterio que celebramos.

La primera lectura está tomada del profeta Isaías: el tercer canto del siervo, que tanto nos impresiona en la liturgia del misterio pascual. Habla del discípulo que recibe la palabra para poder consolar al que está agobiado, y que esa palabra que él ha recibido al abrir de verdad el oído del corazón le va a poner frente a unos enemigos que le golpean, le tiran de la barba, le ofenden, escupen… Este canto presenta al siervo sufriente como el oyente de la Palabra, el que escucha atentamente la voluntad de Dios. ¡Qué bonito canto! ¡Y qué profético! ¡Cómo encierra en unos versos prácticamente toda la historia de la salvación!

Esta lectura, que apunta al sufrimiento, viene respondida por el salmo 21 (22): «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Es un salmo muy especial, en primer lugar, por el contenido: el siervo, el hombre justo, que está en una situación de sufrimiento en el límite y que, sin embargo, continúa fiel a Dios. Pero, sobre todo, es importante para nosotros este salmo porque lo rezó Jesús en la cruz: es la oración que conservamos de Él. Es cierto que el Evangelio solo cita la primera frase («Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»: Mc 15, 34; Mt 27, 46), y que incluso algunos –quedándose en estas palabras– han interpretado el grito de Jesús como cercano a la desesperación, como si en ese momento hubiera acogido en su alma todo el sufrimiento del condenado para pagar por él. Aunque puede haber parte de esto: de solidaridad con el hombre que está en el borde de la esperanza, la lectura completa del salmo nos indica otra cosa: es un salmo de esperanza en el límite del sufrimiento. Después de narrar una situación imposible, insufrible, se abre a la esperanzay grita su confianza en Dios: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

En el Evangelio encontramos la lectura de la Pasión. Es la primera vez que se lee la Pasión completa en estos días. Es una lectura para meditar durante muchas horas. Hay tantos detalles en este amplio relato de la Pasión de Jesús: la Cena, la traición, Pedro, el juicio religioso y civil… Nosotros nos centraremos en ese grito de Jesús: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Y nos fijaremos en el grado de soledad, de abandono, de tristeza.

La cruz tiene mucho contenido. Y una de sus grandes dimensiones es la soledad, la no compañía: ni de Dios ni de los hombres. La soledad en el corazón de Jesús es tremenda. Sus discípulos le han abandonado: uno le ha traicionado, otro le ha negado… Jesús desciende a los infiernos de la soledad, del abandono, de la miseria. Su cruz es un descenso a la tristeza, a las burlas de lo más profundo que Él había mostrado al hombre. La cruz es un gran signo del exilio de Dios: Dios es el gran exiliado por amor al hombre. El hombre expulsado del «paraíso» –porque él se ha expulsado– va a tener ahora una compañía: la compañía de Dios que se expulsa del «paraíso» por amor y con amor.

¡Qué mejor súplica a Dios para estos días que pedirle que introduzca en nuestros corazones los sentimientos de su Hijo en la cruz, como la carta de san Pablo a los filipenses! ¡Sería un regalo tan hermoso! Que el Señor nos conceda los sentimientos de Cristo, que penetren en nuestro corazón, que se hagan carne de nuestra carne, que suframos con Él y en Él, que sintamos en sus sentimientos. ¡Qué Semana Santa sería más distinta! ¡Y qué vivencia del misterio pascual tan hermosa! Solo entonces el Señor nos hará comprender el sentido tan profundo de aquello que miramos y contemplamos: la cruz.

 

 

JUAN ANTONIO RUIZ RODRIGO

Director de la Casa de Santiago de Jerusalén

 

 

 

 

 

Evangelio

 

En aquel tiempo, Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Él le responde: «Tú lo dices». Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «No encuentro ninguna culpa en este hombre». […] Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes, que estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió. […] Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. […] Pilato, después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo: «Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya veis que no ha hecho nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré». Ellos vociferaron en masa: «¡Quita de enmedio a ese! Suéltanos a Barrabás». […] Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!». […] Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús. Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces empezarán a decirles a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las colinas: “Cubridnos”; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?». Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él. Y cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suertes. […] Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso». Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y, dicho esto, expiró.


 

Lucas 23, 1-49