Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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jueves, 25 de febrero de 2016

Recordatorio: el próximo sábado, reparto de cédulas de sitio.

    -        Hermanos que realizaron estación de penitencia en la pasada Madrugada Santa de 2015 o aquellos que, no habiendo formado parte de la comitiva nazarena del pasado año, sí lo hayan hecho con anterioridad antaño–: sábado 27 de febrero en horario de 17.30 a 22,30 horas. Casa de Hermandad.

-        Hermanos de nueva incorporación para la próxima Madrugada Santa 2016: sábado 5 de marzo de 17’30  a 21,30 horas. Casa de Hermandad.

La estimación cuantitativa de la cédula de sitio comporta un valor meramente simbólico –siempre en honesta sujeción a las posibilidades económicas de cada hermano-, aunque no obstante la Junta de Señores Oficiales proponga la cantidad orientativa de 20 EUROS. Es importante constatar que las cédulas de sitio serán repartidas y despachadas de modo individual con el propósito además de que los hermanos puedan confiar y transmitir en la mayor privacidad posible aquellas circunstancias personales propias -y nunca ejerciendo de intermediario o de portavocía de terceros- que consideren de necesaria comunicación. 

Los hermanos que se encuentren en situación de desempleo y atraviesen estrecheces económicas estarán exentos de sufragar dicha cédula de sitio. Ahora bien: instamos a los hermanos que –por determinadas circunstancias específicas- no realicen Estación de Penitencia, colaboren económicamente con los gastos que conlleva la salida procesional de la Madrugada del Viernes Santo retirando al efecto una simbólica Cédula de Sitio Solidaria que en muy mucho contribuirá a favor de los afrontes de tesorería ante tan crucial y tradicional testimonio de catequesis pública.

Asimismo, y para ejercitar la teologal virtud de la CARIDAD, todo hermano se impondrá el deber de acercarse a retirar dicha cédula /papeleta junto con algún litro de leche o leche infantil para poder paliar en alguna mínima medida los siempre tristes pormenores de los más desfavorecidos.


Respecto a la petición de cruces y promesas, de todos es bien conocido que la Cofradía estacionará con un número máximo de diez cruces de penitencia y que, bajo ningún concepto o motivo aparentemente justificado, se entregará una más. En este sentido, nuestros cofrades dilucidarán que sus promesas se pueden plasmar de muchos modos o formas. Una de ellas, edificantísima, no es sino continuar aquella consuetudinaria práctica de nuestros primeros cortejos penitenciales, cuya práctica totalidad de nazarenos tenían a bien besar el frío asfalto de la Madrugada con sus pies descalzos. Ténganse no obstante muy en cuenta las palabras del Venerable Papa Pío XII en su carta encíclica Mystici Corporis Christi: “Misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante: Que la salvación de muchos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del cuerpo Místico de Cristo”.


Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

III Domingo de Cuaresma (ciclo C)
Última oportunidad

El texto evangélico de este domingo continúa con la llamada a la conversión propia del tiempo de Cuaresma. El evangelista Lucas refiere que algunos –no sabemos quiénes – se acercaron a Jesús para referirle una serie de acontecimientos que habían desconcertado a sus contemporáneos.
El primero de los hechos recuerda el asesinato por parte de los romanos de un grupo de judíos que iban a ofrecer sacrificios al templo de Jerusalén. Los impuros soldados de Pilatos incurrieron en el lugar santo del templo de Jerusalén y masacraron a un grupo de galileos, mezclando la sangre de los sacrificios con la sangre de los judíos. Se trataba de un sacrilegio que exigía venganza en aquella atormentada sociedad judía sometida al Imperio romano.
El segundo hecho relata el accidente sufrido por un grupo de 18 judíos que sucumbieron por el derrumbamiento casual de la torre de Siloé. Los oyentes de Jesús intentan dar sentido al sufrimiento ocasionado en ambas situaciones absurdas: ¿por qué han muerto? En el primer caso, fueron víctimas de los soldados romanos; en el segundo, víctimas de las imprevisibles circunstancias naturales. Y en ambas, ¿por qué este sufrimiento? Es la pregunta que se hace todo ser humano en algún momento de su vida y en todas las épocas históricas. Siempre hay acontecimientos personales e históricos que conmocionan nuestra mente y nuestro corazón por el desconcertante dolor causado por el sufrimiento y por la muerte.
La tradición judía decía que si habían muerto es porque habían pecado contra Dios. Jesús, sin embargo, se opone a esta explicación oficial, provocando la ira de las autoridades políticas y religiosas. Ni los primeros fueron «más pecadores», ni los segundos fueron «más culpables» que los demás. La causa de su muerte no fue un castigo divino, ni el pago a una mala conducta. No entra a enjuiciar los motivos políticos o naturales. Y aprovecha la ocasión no para ahondar en el pasado, buscando la causa de tales desgracias, sino para mirar al futuro, previendo males más importantes. Ni unos ni otros tuvieron tiempo ni oportunidad de prepararse para la muerte, porque fue imprevista, no la esperaban. Sin embargo, los oyentes de Jesús, advertidos por tales hechos, pueden prever el final inesperado viviendo una vida según Dios, arrepintiéndose de sus pecados para lograr la salvación. Tienen oportunidad de convertirse y cambiar de vida antes de un posible fin inesperado.
Es entonces cuando acude al ejemplo de la higuera para explicar, en forma de parábola, la oportunidad que Dios nos da en el presente a la constante conversión. La higuera plantada en una viña desde hace años no da fruto. Ante tal evidencia, la paciencia del dueño se agota y decide cortarla, porque hace inútil el terreno. Sin embargo, el viñador que, muy probablemente, la plantó, la regó, la cuidó y vio crecer… pide una oportunidad más al dueño: «déjala un año más». Él mismo se ofrece a proseguir su esfuerzo y cuidarla más, para esperar su fruto.
Esta sencilla parábola de la higuera es una metáfora del pueblo de Israel y de todo el pueblo de Dios. Dios es el dueño. Nosotros somos la higuera. Jesús es el viñador. La parábola ilustra la paciencia de Dios; el amor y el sacrificio de Jesucristo por nosotros; y nuestra vida «sin frutos». Tenemos en esta Cuaresma oportunidad de arrepentirnos, de cambiar de vida, de convertirnos, mientras dura nuestro vivir. Aquellos judíos murieron sin advertencia; pero los oyentes de Jesús son conscientes del peligro de vivir sin conversión: «si no os convertís, pereceréis». Arrepentirse o perecer. Parece un duro mensaje para la posmoderna sensibilidad actual, pero es muy realista. El perdón transforma la vida del ser humano. Y no hay perdón sin arrepentimiento constante. Solo el arrepentimiento y el perdón producen buenos frutos. Y se arrepiente quien es consciente de la gracia que le espera. El que se abre a la conversión, se salva. ¡Aprovecha la oportunidad!

Aurelio García Macías
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos


Evangelio

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos 18 sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?” Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Lucas 13, 1-9





Mañana viernes se suspende el semanal rezo del Via Crucis al coincidir en hora con el Solemne Quinario de la querida Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración

Fotografía amablemente cedida por N.H.D. José Soto



Ha fallecido el Rvdo. P. Fray Celestino Pinilla Valdés, O.F.M., que fuera Guardián del Convento de San Francisco y Director Espiritual de la Hermandad

Las exequias por su eterno descanso se desarrollarán en el Santuario de Nuestra Señora de Regla de Chipiona mañana viernes a las 11,00 horas.

Esta Santa Hermandad acompaña en la oración a toda la familia franciscana por tan irreparable pérdida.



Interesante Curso de "Reconocimiento de la fertilidad" de la Delegación de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida de la Diócesis de Asidonia Jerez



Artículo de Andrés Cañadas Salguero en el suplemento "Cuaresma" de Diario de Jerez del pasado martes día 23


jueves, 18 de febrero de 2016

Recordatorio: mañana viernes a las 20,30 horas en San Francisco, como cada viernes de Cuaresma, ejercicio del Santo Via Crucis







Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

II Domingo de Cuaresma (ciclo C)
Vieron su gloria

A pesar de los buenos propósitos, quien emprende la senda cuaresmal pronto experimenta la fuerza de la tentación y la fragilidad de la propia existencia. Precisamente, ante las primeras dificultades corre el riesgo de desanimarse y abandonar el camino propuesto; como los discípulos de Jesús. El Evangelio nos dice que Jesús y sus discípulos subían hacia Jerusalén y en el camino, Jesús les confía el secreto más profundo de su corazón: en Jerusalén, será rechazado, padecer á sufrimiento y muerte…, pero resucitará. Esta información escandaliza y desanima a los discípulos, porque pone en crisis su seguimiento. ¿Qué sentido tiene entonces que hayan dejado todo, que sigan a ese Maestro, si conduce al fracaso? Es un momento de verdadera crisis en todos los que acompañaban a Jesús, especialmente en el grupo de los Doce, hasta el punto de que muchos de ellos lo dejaron y se fueron. Jesús, presintiendo el desánimo, desconcierto y tristeza de los suyos, escoge a los «tres íntimos»: Pedro, Santiago y Juan, y sube con ellos al monte Tabor.
El monte es siempre sinónimo de distanciamiento de la realidad, soledad y silencio para escuchar a Dios en oración. Y es precisamente en este clima orante donde sucede un hecho nuevamente desconcertante para aquellos torpes discípulos: mientras oraba, cambió el rostro de Jesús y sus vestidos brillaban de resplandor; es decir, cambió su figura habitual, se «transfiguró». Esta imagen brillante habla de la presencia de lo divino, refleja la shekináh de Dios, la gloria del Mesías; como dice el texto: «vieron su gloria». Jesús aparece ante sus desconcertados discípulos como el Mesías de Dios en gloria, transfigurado.
No es casual que junto a Él aparezcan también dos figuras muy conocidas por todos los judíos: Moisés y Elías. Moisés es el representante de la Ley; Elías, el representante de los profetas; y en ambos se significan todas las Escrituras. Dice el texto que ambos conversaban sobre Jesús y de su «éxodo», que iba a consumar en Jerusalén. El recurso a ambos personajes indica claramente que todas las Escrituras hablaban de Jesús y que en Él se cumplen las antiguas profecías. Los discípulos comprenden, después de recibir la ingrata noticia de su muerte y resurrección en Jerusalén, que tiene que ser así, que este es el camino del Mesías, ya anunciado en las Sagradas Escrituras: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado. [...] ser ejecutado y resucitar al tercer día». Una vez más, los discípulos entienden que Jesús es el Mesías prometido por Dios y esperado por el pueblo de Israel.
Más aún, el texto evangélico habla de una nube que cubre la admirable escena de luz tabórica y desde la nube se oye una voz: «Éste es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Es la voz del mismo Dios que confirma la filiación y mesianidad de Jesús. Jesús es Hijo y Mesías de Dios. Parafraseando un texto del profeta Isaías, se cambia el término «siervo» por «hijo». Dios se manifiesta como Padre de su Hijo Jesús, el Amado y Elegido de Dios, el Mesías enviado al pueblo de Israel. Y Dios mismo hace una llamada y petición a los atemorizados discípulos: «Escuchadlo». De este modo, la experiencia tabórica de los discípulos se convierte en un estímulo y aliento para superar la tristeza y continuar en el seguimiento, porque han confirmado claramente que Jesús es el Mesías. Saben que Jesús pasará por el sufrimiento y por la muerte, pero llegará también a la resurrección y a la gloria que han experimentado anticipadamente. Éste es el mensaje que la Iglesia quiere transmitir en este domingo con la proclamación de este hermoso texto evangélico. A pesar de las primeras dificultades de la senda cuaresmal, Jesús nos invita a proseguir en el camino, a continuar escuchando la Palabra de Dios, a mantener nuestra perseverancia en medio de las dificultades para poder llegar un día, al final de la Cuaresma, a participar de la alegría y de la gloria de su resurrección. ¡Qué bien lo expresa la liturgia de este domingo: «Quien después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección»! Todo cristiano tiene que comprender bien teórica y prácticamente el misterio pascual de Jesucristo, que es el misterio de la propia existencia humana: «por la pasión a la resurrección».
Aurelio García Macías
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos



Evangelio

En aquél tiempo, tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.


Lucas 9, 28b-36




El pasado viernes día 12 celebramos la misa mensual de Hermandad en la Capilla del Voto


domingo, 14 de febrero de 2016

Recordatorio: Mañana, primer lunes de Cuaresma, Solemne Vía Crucis de las Hermandades de Jerez

Fuente: La Levantá Digital

La bendita imagen de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento saldrá desde la Iglesia Parroquial de Santiago, todavía en obras, para la realización del tradicional Vía Crucis de las Hermandades del primer lunes de Cuaresma. A las 15'00 horas, está previsto el traslado desde la Capilla del Asilo de San José a la Iglesia de Santiago. El cortejo, debido a la imposibilidad de hacerlo desde una Iglesia en obras, efectuará su salida a las 17'45 horas desde la Capilla Asilo San José, recorriendo el siguiente itinerario: Capilla del Asilo de San José, Plaza Santiago, Ancha, Porvera, Plaza Rafael Rivero, Tornería, Plaza Plateros, José Luis Díez, Plaza del Arroyo, Cruces, Reducto Cardenal Bueno Monreal y Santa Iglesia Catedral (20'00 horas). Tras el rezo de las Estaciones del Vía Crucis en el Primer Templo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, la comitiva regresará a la Capilla del Asilo de San José por el siguiente itinerario: Santa Iglesia Catedral (21'15 horas), Reducto Cardenal Bueno Monreal, Cruces, Plaza Domecq, Barranco, Curtidores, Plaza Peones, Carpintería Baja, Carmen, Sedería, Francos, Plaza San Juan, San Juan, Plaza de los Ángeles, Oliva, Plaza Santiago, Taxdirt, Capilla del Asilo de San José (23'30 horas).





viernes, 12 de febrero de 2016

Galería del multitudinario besamanos de Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis

Fotografías amablemente cedidas por nuestros hermanos don José Soto, doña Carmen Mª Ruiz-Henestrosa  y doña Esperanza Villena 




























Así luce nuestra Amantísima Titular María Santísima de la Esperanza de hebrea en Cuaresma

Fotografías amablemente cedidas por N.H.D. Mariano Sánchez





Recordatorio: Esta tarde a las 20,30 horas y en la Capilla del Voto, santa Misa de Hermandad







El programa 'El cuarto de la cera', del portal web Cofrademanía, reseña en su titular el origen de su tradicional ciclo de conferencias -que ahora cumple cincuenta años - haciendo alusión a nuestro ejemplar cofrade fundador Manuel Martínez Arce


Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

I Domingo de Cuaresma (ciclo C)
Camino hacia la Pascua

Con el Miércoles de Ceniza se inicia un largo tiempo de casi cien días de gracia, en cuyo centro celebramos el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, precedido por los 40 días de la Cuaresma y prolongado por los 50 días del tiempo pascual. La fiesta más importante de estos santos días es la Vigilia Pascual, como decía san Agustín, «madre de todas las vigilias» del año; en la que se celebra el glorioso misterio de la resurrección de Jesucristo y la gran noche sacramental dedicada a la iniciación de los nuevos cristianos. Precisamente en el contexto de la Vigilia Pascual se hacen dos preguntas a quienes conforman la asamblea litúrgica: «¿Renuncias…?» «¿Crees…?».
Para poder responder con verdad en esa santa noche, se necesita preparación. Este es precisamente el sentido de la Cuaresma, que se inaugura con las mismas palabras con las que Jesús inició su ministerio público: «Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15). Hay una estrecha relación entre el inicio y el final de la santa Cuaresma. Para poder responder afirmativamente a las preguntas de la Vigilia Pascual, hay que experimentar un tiempo oportuno de conversión y confianza en Dios, de renovación espiritual de todo el pueblo de Dios. El tiempo cuaresmal no tiene sentido en sí mismo, sino en cuanto itinerario de preparación para la fiesta de la Pascua, como recuerdan las oraciones litúrgicas de estos días: «Que las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para celebrar dignamente el misterio pascual».
Camino penitencial: «¿Renuncias...?» Quien se encamina a profesar la fe bautismal advierte que el seguimiento de Jesucristo requiere lucha y renuncia a toda clase de mal, como nos recuerda el evangelio de este domingo. El mismo Jesús experimenta la tentación del mal en el desierto, al inicio de su ministerio mesiánico. Es la misma tentación que experimenta todo ser humano y cristiano, también quien se dispone a iniciar el camino cuaresmal. La tentación existe. Así nos lo enseñó Jesús en su misma oración: «No nos dejes caer en la tentación». Y se manifiesta en forma de placer (las piedras convertidas en pan abundante para quien llevaba cuarenta días sin comer), o de tener (le mostró los reinos del mundo y le dijo: «Te daré poder y gloria»), o de ser más (le prueba para dudar si es el Hijo de Dios).
La Cuaresma sirve al cristiano para tomar conciencia de su verdad y condición pecadora. Nadie es perfecto. Cuando el cristiano percibe las consecuencias del pecado, experimenta la fragilidad humana y busca la gracia divina para superar esta situación de desgracia. El pecado destruye y mata. Es entonces cuando surge el deseo y la necesidad de la conversión. Y este es el sentido de la imposición de la ceniza al inicio del tiempo cuaresmal. Al principio era un signo propio de los penitentes públicos, pero cuando estos desaparecen, el Papa Urbano II extiende esta costumbre en el año 1001 a todos los fieles de la Iglesia, incluidos los clérigos. Es un gesto bíblico penitencial que permanece como invitación a la conversión personal y eclesial.
Camino bautismal: «¿Crees...?» La Cuaresma surgió como el momento último del largo proceso catecumenal de la iniciación cristiana. Durante este largo tiempo, la Iglesia hace una gran catequesis sobre la importancia de la fe que conduce al bautismo. Por eso en la Vigilia Pascual, en el corazón mismo de la Pascua, se nos pregunta: «¿Crees...?». La pregunta directa requiere una respuesta directa, un convencimiento pensado, orado, creído y vivido cada día. Este aspecto sacramental de la Cuaresma ayuda a vivir el renacimiento bautismal de la Pascua; tal como expresa una de las últimas oraciones del tiempo cuaresmal: «Señor todopoderoso, que por la confesión de tu nombre nos haces renacer a la vida eterna en el sacramento del Bautismo, recibe nuestros dones y atiende nuestras súplicas, para que cuantos en ti esperan puedan ver realizados sus deseos y perdonadas sus culpas».
La tradición litúrgica romana reservó el texto evangélico de las tentaciones de Jesús para ser proclamado el primer domingo de Cuaresma. Con él, presentaba a Jesús como el modelo a seguir por parte de los fieles en este santo tiempo; como recuerda el prefacio de este domingo: «Al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado». La tentación existe, pero es posible vencerla. Como Jesús, todos experimentamos nuestra propia fragilidad frente al mal; pero, como Jesús, todos podemos vencerlo con la fuerza de la Palabra de Dios y la ayuda materna de la Iglesia. La lectura de este texto es estímulo y aliento para los que inician el camino cuaresmal con el buen propósito de prepararse para la santa Pascua.

Aurelio García Macías
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos



Evangelio

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante 40 días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer, y al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”». Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto”». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”; y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Acabada toda tentación el demonio se marchó hasta otra ocasión.


Lucas 4, 1-13




¿Qué es la Cuaresma?

Fuente: CATHOLIC.NET 
La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia
Por: P. Antonio Rivero, L.C.


El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó en el desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 y siguientes).

También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo, de la muerte  a la vida.

La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia, si es que nos hubiéramos alejado de Él, como aquel hijo pródigo (Lucas 15, 11-32) que se fue de la casa del padre y le ofendió con una vida indigna y desenfrenada. Esta conversión se logra mediante una buena confesión de nuestros pecados. Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, y su corazón se le rompe en pedazos mientras no comparta con nosotros su amor hecho perdón generoso. ¡Ojalá fueran muchos los pecadores que valientemente volvieran a Dios en esta Cuaresma para que una vez más experimentaran el calor y el cariño de su Padre Dios!

Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios, la Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados pasados y presentes que han herido el amor de ese Dios Padre; esta purificación la lograremos mediante unas prácticas recomendadas por nuestra madre Iglesia; así llegaremos preparados y limpios interiormente para vivir espiritualmente la Semana Santa, con todo la profundidad, veneración y respeto que merece. Estas prácticas son el ayuno, la oración y la limosna.

Ayuno no sólo de comida y bebida, que también será agradable a Dios, pues nos servirá para templar nuestro cuerpo, a veces tan caprichoso y tan regalado, y hacerlo fuerte y pueda así acompañar al alma en la lucha contra los enemigos de siempre: el mundo, el demonio y nuestras propias pasiones desordenadas. Ayuno y abstinencia, sobre todo, de nuestros egoísmos, vanidades, orgullos, odios, perezas, murmuraciones, deseos malos, venganzas, impurezas, iras, envidias, rencores, injusticias, insensibilidad ante las miserias del prójimo. Ayuno y abstinencia, incluso, de cosas buenas y legítimas para reparar nuestros pecados y ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de amor; por ejemplo, ayuno de televisión, de diversiones, de cine, de bailes durante este tiempo de cuaresma. Ayuno y abstinencia, también, de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos; ayuno aquí significará renunciar a todo lo que alimenta nuestra tendencia a la curiosidad, a la sensualidad, a la disipación de los sentidos, a la superficialidad de vida. Este tipo de ayuno es más meritorio a los ojos de Dios y nos requerirá mucho más esfuerzo, más dominio de nosotros mismos, más amor y voluntad de nuestra parte.

Limosna, dijimos. No sólo la limosna material, pecuniaria: unas cuantas monedas que damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir más allá: prestar ayuda a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que nos lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. La limosna es esa disponibilidad a compartir todo, la prontitud a darse a sí mismos. Significa la actitud de apertura y la caridad hacia el otro. Recordemos aquí a san Pablo: “Si repartiese toda mi hacienda...no teniendo caridad, nada me aprovecha” (1 Corintios 13, 3). También san Agustín es muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aún cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna”.

Y, finalmente, oración. Si la limosna era apertura al otro, la oración es apertura a Dios. Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. La oración es generadora de amor. La oración me induce a conversión interior. La oración es vigorosa promotora de la acción, es decir, me lleva a hacer obras buenas por Dios y por el prójimo. En la oración recobramos la fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio. Cuaresma, pues, tiempo fuerte de oración.

Miremos mucho a Cristo en esta Cuaresma. Antes de comenzar su misión salvadora se retira al desierto cuarenta días y cuarenta noches. Allí vivió su propia Cuaresma, orando a su Padre, ayunando...y después, salió por nuestro mundo repartiendo su amor, su compasión, su ternura, su perdón. Que Su ejemplo nos estimule y nos lleve a imitarle en esta cuaresma. Consigna: oración, ayuno y limosna.



Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2016

“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13).
Las obras de misericordia en el camino jubilar

1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada

En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios.
María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en elMagnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales.

2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia

El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo.
Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.
Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.

3. Las obras de misericordia

La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe.
Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.
La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida.
No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).

Vaticano, 4 de octubre de 2015
Fiesta de San Francisco de Asís



Francisco 






jueves, 4 de febrero de 2016

Misiva de Cuaresma

Hermandad y Cofradía de Nazarenos de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo, Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis
y María Santísima de la Esperanza

Sala Capitular: C/ Diego Fernández Herrera 6 y 8, 11401 ‐ Jerez de la Fra.
Blog oficial: http://cincollagasjerez.blogspot.com
Correo electrónico oficial: cincollagasjerez@gmail.com


“Sentimos la inmensa tristeza de que la Semana Santa empieza... a terminar.
 Hoy comienza la nostalgia. Todo será ya como un largo fin.
 Un reencuentro con la ciudad perdida, desafiando al tiempo,
 retrato de Dorian Gray donde siempre todo es lo mismo que entonces”. 

ANTONIO BURGOS BELINCHÓN
Pregón de la Semana Santa de Sevilla de 2008



Querido hermano en el Señor de la Vía-Crucis: Paz y Bien.

Continuando con las convocatorias habituales propias de nuestra Hermandad de las Cinco Llagas, y gozosamente instalados en este anhelado tiempo de vísperas, ponemos en su conocimiento las siguientes informaciones:


1.- SOLEMNE CEREMONIA DE BESAMANOS

Miércoles de Ceniza, 10 de febrero: Solemne Ceremonia de Besamanos a Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis.

(Nota bene: Nuestro Sagrado Titular sólo permanecerá en Solemne Ceremonia de Besamanos durante el día anunciado, no prolongándose su exposición durante ninguna jornada añadida).


2.- RECORDATORIO: VIA-CRUCIS LOS VIERNES DE CUARESMA

Todos los viernes de Cuaresma, a las 20.30 horas -excepto los segundos viernes de mes que tendrá lugar la mensual Eucaristía de Hermandad- y en la Iglesia de San Francisco, celebramos Piadoso Ejercicio del Vía-Crucis. Subrayemos las palabras del Papa Francisco: “Continuemos este Vía Crucis en la vida de cada día. Caminemos juntos por la vía de la Cruz, caminemos llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón. Caminemos esperando la resurrección de Jesús, que nos ama tanto. Es todo amor”.


3.- REPARTO DE CÉDULAS DE SITIO

-  Hermanos que realizaron estación de penitencia en la pasada Madrugada Santa de 2015 o aquellos que, no habiendo formado parte de la comitiva nazarena del pasado año, sí lo hayan hecho con anterioridad antaño–: sábado 27 de febrero en horario de 17,30 a 22,30 horas. Casa de Hermandad.

-        Hermanos de nueva incorporación para la próxima Madrugada Santa 2016: sábado 5 de marzo de 17,30  a 21,30 horas. Casa de Hermandad.

La estimación cuantitativa de la cédula de sitio comporta un valor meramente simbólico –siempre en honesta sujeción a las posibilidades económicas de cada hermano-, aunque no obstante la Junta de Señores Oficiales proponga la cantidad orientativa de 20 EUROS. Es importante constatar que las cédulas de sitio serán repartidas y despachadas de modo individual con el propósito además de que los hermanos puedan confiar y transmitir en la mayor privacidad posible aquellas circunstancias personales propias -y nunca ejerciendo de intermediario o de portavocía de terceros- que consideren de necesaria comunicación. 

Los hermanos que se encuentren en situación de desempleo y atraviesen estrecheces económicas estarán exentos de sufragar dicha cédula de sitio. Ahora bien: instamos a los hermanos que –por determinadas circunstancias específicas- no realicen Estación de Penitencia, colaboren económicamente con los gastos que conlleva la salida procesional de la Madrugada del Viernes Santo retirando al efecto una simbólica Cédula de Sitio Solidaria que en muy mucho contribuirá a favor de los afrontes de tesorería ante tan crucial y tradicional testimonio de catequesis pública.

Asimismo, y para ejercitar la teologal virtud de la CARIDAD, todo hermano se impondrá el deber de acercarse a retirar dicha cédula /papeleta junto con algún litro de leche o leche infantil para poder paliar en alguna mínima medida los siempre tristes pormenores de los más desfavorecidos.

Respecto a la petición de cruces y promesas, de todos es bien conocido que la Cofradía estacionará con un número máximo de diez cruces de penitencia y que, bajo ningún concepto o motivo aparentemente justificado, se entregará una más. En este sentido, nuestros cofrades dilucidarán que sus promesas se pueden plasmar de muchos modos o formas. Una de ellas, edificantísima, no es sino continuar aquella consuetudinaria práctica de nuestros primeros cortejos penitenciales, cuya práctica totalidad de nazarenos tenían a bien besar el frío asfalto de la Madrugada con sus pies descalzos. Ténganse no obstante muy en cuenta las palabras del Venerable Papa Pío XII en su carta encíclica Mystici Corporis Christi: “Misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante: Que la salvación de muchos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del cuerpo Místico de Cristo”.


4.- CABILDO GENERAL ORDINARIO ‘INFORMATIVO DE SALIDA PROCESIONAL’ VIERNES 4 DE MARZO


En virtud de lo tipificado en la Normativa Diocesana de Hermandades y Cofradías (Capítulo 6, Apartado 6.2, artículo 43), esta señera corporación nazarena celebrará, en su Sala Capitular, Cabildo General Ordinario ‘Informativo de Salida Procesional’ el viernes 4 de marzo, a las 21,15 horas en primera convocatoria y media hora después en segunda, con arreglo al siguiente:


ORDEN DEL DÍA

1.    Invocación al Espíritu Santo.
2.    Lectura del borrador del acta del Cabildo General Ordinario anteriormente celebrado y su aprobación si procediese.
3.    Información relativa a la Estación de Penitencia de la Madrugada Santa.
4.    Ruegos y preguntas.
5.    Acción de Gracias y oración por los hermanos cofrades difuntos.

Lo que comunicamos a efectos de citación y asistencia al mismo, rogándole la máxima puntualidad.



5.- CERA DE LA CANDELERÍA DEL PASO DE PALIO

Motivado por los cuantiosos gastos que la Estación de Penitencia conlleva, la Junta de Gobierno ruega encarecidamente a todos los hermanos –que así lo deseen- acepten sufragar el valor equivalente a uno o varios cirios de la candelería del paso de palio de nuestra Amantísima Titular María Santísima de la Esperanza, pues en muy mucho sanearán las arcas de la corporación ante la inminente Semana Santa. Los precios se expondrán visiblemente durante el reparto de cédulas de sitio.


6.- ASISTENCIA A LOS DIVINOS OFICIOS

Indudablemente todos los cristianos y, por ende, los cofrades de nuestra corporación nazarena deben considerar el día del Jueves Santo como jornada de verdadero retiro espiritual, encaminando a ello todos sus actos, redoblando su recogimiento y piedad con elevado sentimiento interno de oración y penitencia. En consecuencia, los hermanos de esta Santa Hermandad han de asumir el deber de asistir a los Santos Oficios del día, así como recibir el sacramento de la confesión y comulgar, para que se ratifique y profundice en cada uno la Institución del Santísimo Sacramento, a la vez que templen y preparen su espíritu para la mayor autenticidad de la Estación de Penitencia.


7.- PROCESIÓN DEL RESUCITADO Y PONTIFICAL

Emplazamos a todos los hermanos a la procesión de Cristo Resucitado que, desde la Santa Iglesia Catedral, recorrerá su feligresía en la mañana del Domingo de Resurrección, así como a la Pontifical de Pascua.


8.- NOTICIAS OFICIALES PUBLICADAS EN EL BLOG DE LA HERMANDAD

Invitamos a los hermanos a visitar con regularidad el tablón de anuncios oficial que, en formato de blog de noticias, la Hermandad viene actualizando durante los últimos años en Internet. Todos los comunicados, crónicas, recordatorios y acuerdos subidos a dicho blog -http://cincollagasjerez.blogspot.com- contienen la oficialidad que les otorga la verificación de la Junta de Gobierno o comunicados institucionales publicados textualmente y remitidos por la Delegación Diocesana, la Delegación de Medios o el Consejo Local dela Unión de Hermandades así como documentos eclesiales que se consideran de seguro interés general.


9.- CAMBIOS DE DOMICILIO O CORREO ELECTRÓNICO


Finalmente solicitamos a los hermanos que detecten algún error técnico en el envío de las comunicaciones de la Hermandad o incluso una prolongada ausencia en la recepción de las mismas, se pongan de inmediato en contacto –cualquier viernes del año, día de los cultos semanales de la Hermandad o a través del correo electrónico oficial- con las directas y autorizadas personas responsables que bien pudieran subsanar pronto cualquier anomalía al respecto. Del mismo modo aquel hermano que cambie de domicilio o de dirección de correo electrónico ha de notificarlo a la mayor brevedad posible a dichos responsables de la Junta de Gobierno pues de lo contrario la correspondencia difícilmente alcanzará la identidad de su auténtico destinatario. 


Sin otro particular por el momento y augurando que nuestro comportamiento será fiel reflejo de tan señera, señorial y seráfica corporación nazarena, nos despedimos de usted enviándole un fortísimo abrazo en Jesucristo Nuestro Señor, Redentor y Salvador del Mundo.



LA JUNTA DE SEÑORES OFICIALES
                                                                 




Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera, mes de febrero del año de Gracia del Señor de 2016.