Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 26 de mayo de 2012

Foto de Archivo. Año 2007. El Divino Nazareno Franciscano en la Catedral presidiendo el Vía-Crucis de la Unión de Hermandades

Nuestra Hermandad participó en la misa de acción de gracias y convivencia organizada por el Consejo de la Unión de Hermandades




Nuestra Hermandad participó el pasado 14 de abril en un muy entrañable acto organizado por el Consejo Local de la Unión de Hermandades. Convocados los Hermanos Mayores y los medios de comunicación de la ciudad, que respondieron prácticamente en su totalidad a dicha cita, el encuentro consistió en una participativa misa de acción de gracias en la Iglesia de Capuchinos así como en un generoso ágape posterior servido en el Hotel Villa Jerez, sito en la Avenida de la Cruz Roja.  Esta iniciativa, que viene a sustituir la tradicional convivencia de Feria de la Unión de Hermandades con los Hermanos Mayores y medios de comunicación, fue del agrado de todos los asistentes estableciéndose desde el principio un ambiente de cordialidad y afectos recíprocos. Como no podía ser de otra manera, entre copa y copa, entre tertulia y tertulia, fueron analizados oficiosamente –y siempre de manera constructiva- todos los pormenores de la pasada Semana Santa. Cabe decir que nuestra Hermandad recibió multitud de elogios-provenientes de miembros del Consejo, Hermanos Mayores y periodistas cofrades- por la compostura, el orden y la seriedad del cortejo nazareno en su estación de penitencia así como por el buen andar de los pasos. Agradecemos la cesión de estas fotografías a Diario de Jerez y muy particularmente a su redactor y hermano de nuestra Hermandad Francisco Abuín Valle.

Imágenes de la pasada Cuaresma: Convivencia de los costaleros del Señor








Recuperamos varias fotografías y texto publicado durante la pasada Cuaresma en el periódico La Voz. Iremos publicando, igualmente, fotografías de la Estación de Penitencia. Esperamos que sea del disfrute de los hermanos. La mayor satisfacción de entre las posibles, el latido sin tregua, la máxima recompensa que un cofrade puede recibir en sus adentros durante el tiempo de vísperas, a lo largo y ancho de los preludios, no es sino el disfrute intenso e intensivo de la vida interna de su Hermandad. Esa gratificante reciprocidad, la retroalimentación entre el cofrade y la institución, entre la institución y el cofrade. La vivencia, la quintaesencia, la excelencia. No tiene precio ni parangón ni analogía. Se trata de la dulcificación, de la integración, de la compensación más cimera, más gloriosa, más perdurable, más paradigmática de cuantas puede recibir un hermano de a pie, un miembro de junta de gobierno, un cofrade anónimo de la mano del día a día de su institución cofradiera. Actos, encuentros, confidencias, fraternidades, gestos, apoyos. Hoy publicamos una convivencia costalera a modo de ejemplo de otras tantas celebradas estas semanas en las Casas de Hermandad. El clásico pescaíto a los costaleros en la noche de la mudá de los pasos. O del penúltimo ensayo. O cuando cada cofradía lo tenga estipulado. Ilustran esta página la correspondiente a la cuadrilla de costaleros del Señor de la Vía-Crucis (Hermandad de las Cinco Llagas). Una noche memorable de compañerismo, de excelente ambiente, de prometedores augurios y de confesiones personalizadas. La Cuaresma en estado puro.  

jueves, 24 de mayo de 2012

Ofrenda floral a María Santísima de la Esperanza



El próximo viernes 25 de mayo, se celebrará ofrenda floral a María Santísima de la Esperanza. Durante el día, en horario de apertura de la Iglesia conventual de San Francisco, todos los hermanos y devotos podrán depositar sus oraciones en forma de flor ante la Santísima Virgen.

La jornada continuará a las 20:00 h donde se celebrará Solemne Eucaristía y, seguidamente, oración final ante María Santísima de la Esperanza.

La Junta de Gobierno ruega y anima a los hermanos, fieles y devotos participen de este acto depositando su ofrenda floral ante la Virgen María.

domingo, 20 de mayo de 2012

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 16, 15-20


SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR


Se apareció Jesús a los Once, y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. A los que crean, los acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos».

Después de hablarles, el Señor Jesús ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la palabra con los signos que los acompañaban.






Comentario: Fray Lluc Torcal

Hoy en esta solemnidad, se nos ofrece una palabra de salvación como nunca la hayamos podido imaginar. El Señor Jesús no solamente ha resucitado, venciendo a la muerte y al pecado, sino que, además, ¡ha sido llevado a la gloria de Dios! Por esto, el camino de retorno al Padre, aquel camino que habíamos perdido y que se nos abría en el misterio de Navidad, ha quedado irrevocablemente ofrecido en el día de hoy, después que Cristo se haya dado totalmente al Padre en la Cruz.

¿Ofrecido? Ofrecido, sí. Porque el Señor Jesucristo, antes de ser llevado al cielo, ha enviado a sus discípulos amados, los Apóstoles, a invitar a todos los hombres a creer en Él, para poder llegar allá donde Él está. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará» (Mc 16,15-16).

Esta salvación que se nos da consiste, finalmente, en vivir la vida misma de Dios, como nos dice el Evangelio según San Juan: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).

Pero aquello que se da por amor ha de ser aceptado en el amor para poder ser recibido como don. Jesucristo, pues, a quien no hemos visto, quiere que le ofrezcamos nuestro amor a través de nuestra fe, que recibimos escuchando la palabra de sus ministros, a quienes sí podemos ver y sentir. «Nosotros creemos en aquel que no hemos visto. Lo han anunciado aquellos que le han visto. (...) Quien ha prometido es fiel y no engaña: no faltes en tu confianza, sino espera en su promesa. (...) ¡Conserva la fe!» (San Agustín). Si la fe es una oferta de amor a Jesucristo, conservarla y hacerla crecer hace que aumente en nosotros la caridad.

¡Ofrezcamos, pues, al Señor nuestra fe!

domingo, 13 de mayo de 2012

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15, 9-17



6º Domingo de Pascua

Dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más que grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Comentario: Rvdo. P. D. Francisco Catarineu

Hoy celebramos el último domingo antes de las solemnidades de la Ascensión y Pentecostés, que cierran la Pascua. Si a lo largo de estos domingos Jesús resucitado se nos ha manifestado como el Buen Pastor y la vid a quien hay que estar unido como los sarmientos, hoy nos abre de par en par su Corazón.

Naturalmente, en su Corazón sólo encontramos amor. Aquello que constituye el misterio más profundo de Dios es que es Amor. Todo lo que ha hecho desde la creación hasta la redención es por amor. Todo lo que espera de nosotros como respuesta a su acción es amor. Por esto, sus palabras resuenan hoy: «Permaneced en mi amor» (Jn 15,9). El amor pide reciprocidad, es como un diálogo que nos hace corresponder con un amor creciente a su amor primero.

Un fruto del amor es la alegría: «Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros» (Jn 15,11). Si nuestra vida no refleja la alegría de creer, si nos dejamos ahogar por las contrariedades sin ver que el Señor también está ahí presente y nos consuela, es porque no hemos conocido suficientemente a Jesús.

Dios siempre tiene la iniciativa. Nos lo dice expresamente al afirmar que «yo os he elegido» (Jn 15,16). Nosotros sentimos la tentación de pensar que hemos escogido, pero no hemos hecho nada más que responder a una llamada. Nos ha escogido gratuitamente para ser amigos: «No os llamo ya siervos (...); a vosotros os he llamado amigos» (Jn 15,15).

En los comienzos, Dios habla con Adán como un amigo habla con su amigo. Cristo, nuevo Adán, nos ha recuperado no solamente la amistad de antes, sino la intimidad con Dios, ya que Dios es Amor.

Todo se resume en esta palabra: “amar”. Nos lo recuerda San Agustín: «El Maestro bueno nos recomienda tan frecuentemente la caridad como el único mandamiento posible. Sin la caridad todas las otras buenas cualidades no sirven de nada. La caridad, en efecto, conduce al hombre necesariamente a todas las otras virtudes que lo hacen bueno».

domingo, 6 de mayo de 2012

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15, 1-8

5º Domingo de Pascua

Dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé más fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos»

<b>Comentario: Rvdo. P. D. Juan Marqués i Suriñach

Hoy, el Evangelio presenta la alegoría de la vid y los sarmientos. Cristo es la verdadera vid, nosotros somos los sarmientos y el Padre es el viñador. El Padre quiere que demos mucho fruto. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).

Eres un elegido. Dios se ha fijado en ti. Por el bautismo te ha injertado en la viña que es Cristo. Tienes la vida de Cristo, la vida cristiana. Posees el elemento principal para dar fruto: la unión con Cristo, porque «el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid» (Jn 15,4). Jesús lo dice taxativamente: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). «Su fuerza no es sino suavidad; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme» (San Francisco de Sales).

¿Cuántas cosas has querido hacer sin Cristo? El fruto que el Padre espera de nosotros es el de las buenas obras, el de la práctica de las virtudes. ¿Cuál es la unión con Cristo que nos hace capaces de dar este fruto? La fe y la caridad, es decir, permanecer en gracia de Dios.

Cuando vives en gracia, todos los actos de virtud son frutos agradables al Padre. Son obras que Jesucristo hace a través tuyo. Son obras de Cristo que dan gloria al Padre y se convierten en cielo para ti. ¡Vale la pena vivir siempre en gracia de Dios! «Si alguno no permanece en mí [por el pecado], es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego (...) los echan al fuego y arden» (Jn 15,6). Es una clara alusión al infierno. ¿Eres como un sarmiento lleno de vida?

Que la Virgen María nos ayude a aumentar la gracia para que produzcamos frutos en abundancia que den gloria al Padre.