Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

miércoles, 31 de marzo de 2021

Solemne Veneración a nuestros Sagrados Titulares

 Fotografías: N.H.D. José Soto Rodríguez


















lunes, 29 de marzo de 2021

domingo, 28 de marzo de 2021

Esta mañana hemos celebrado la Misa de Palmas





 Foto: N.H.D. Jose Soto Rodríguez



sábado, 27 de marzo de 2021

Evangelio y comentario

 

Fuente: ALFA Y OMEGA

Domingo de Ramos (ciclo B)

La Pasión en el contexto de la entrada en Jerusalén

 

Como gran pórtico de la Semana Santa, el Domingo de Ramos nos anticipa el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Al igual que no es posible separar estos misterios, tampoco es posible desvincular la lectura de la Pasión del relato de la entrada del Señor en Jerusalén. Aclamación y humillación van paradójicamente unidas en esta fiesta, que reconoce a Jesús como rey. De hecho, la celebración eucarística de este día comienza con la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, en la cual, dependiendo de la fórmula elegida, se pueden escuchar aclamaciones como «Hosanna al Hijo de David», salmos reales o el himno a Cristo Rey «Gloria, alabanza y honor». Asimismo, la oración de bendición de los ramos se refiere a estos vítores y a nuestra misión de acompañar al Señor durante nuestra vida hasta que entremos en la Jerusalén del cielo. El punto central de esta primera parte es la proclamación del Evangelio, que describe el encargo de Jesús a sus discípulos de preparar su entrada en la Ciudad Santa en un pollino. El ver a Jesús sobre una borriquilla aclamado como rey es la antesala del relato de la Pasión, donde da la impresión de estar presenciando una continua parodia y burla hacia el Salvador. Si contempláramos estas escenas desde una visión meramente humana así sería. Sin embargo, la estructura del inicio de la celebración insiste en dos realidades. La primera es Jesucristo como rey aclamado por los judíos, como representación de todos los que a lo largo de los siglos lo reconocerán como Rey; la segunda se refiere a Jerusalén como destino final de ese itinerario. De un modo que puede pasar desapercibido, se nos está recordando que del mismo modo que la obra iniciada en humildad por el Señor caminando hacia Jerusalén culmina con su Muerte y Resurrección, así también nosotros, acompañando al Señor con el fruto de las buenas obras esperamos entrar un día en la Jerusalén celestial. Frente al relato de la entrada en Jerusalén, la lectura de la Pasión acentúa el dramatismo de las últimas horas de Jesús. Así se subraya que, conforme al plan de salvación de Dios, el Señor no será exaltado a la gloria sin antes culminar un recorrido de completa solidaridad con el hombre. En definitiva, se trata de mostrarnos que cuando nosotros vivimos también en unión con Cristo el sufrimiento, la enfermedad o la muerte, no hacemos más que acompañar al mismo Señor en este camino, para que, asociándonos a Él en la cruz, podamos participar también de la gloria de la Resurrección. Por último, la imagen del velo del templo rasgado en dos va a poner de manifiesto que con su muerte, Jesús es confirmado como verdadero templo y auténtico lugar del encuentro del hombre con Dios.

 

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

 

 

Evangelio

 

Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Él respondió: «Tú lo dices». Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan». Jesús no contestó más, de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre. Pilato les preguntó: «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?». Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?». Ellos gritaron de nuevo: «¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «Pues, ¿qué mal ha hecho?». Ellos gritaron más fuerte: «¡Crucifícalo!». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!». Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante Él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz. Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecían vino con mirra; pero Él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con Él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz». De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos burlándose: «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos». También los otros crucificados lo insultaban. Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente: «Eloí, Eloí, lemá sabaqtaní» (que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»). Algunos de los presentes, al oírlo, decían: «Mira, llama a Elías». Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo: «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo». Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

 

Marcos 15, 1-39

 


Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, de Pietro Lorenzetti. Fresco en la basílica de San Francisco, Asís (Italia)



viernes, 26 de marzo de 2021

Recordatorio: mañana sábado día 27 de marzo, REPARTO DE PAPELETAS DE SITIO SOLIDARIAS, CAMPAÑA DE ALIMENTOS Y ACTUALIZACIÓN DE CUOTAS

 




Sábado 27  de marzo en horario de 17,30 a 21,00 horas, y en nuestra Casa de Hermandad, para los hermanos que deseen tener un recuerdo de la Madrugada Santa de 2021. Podrá colaborarse con la campaña de alimentos para nuestros hermanos más necesitados y actualizarse los pagos de cuotas en esta misma jornada para los hermanos que no las tienen domiciliadas.



domingo, 21 de marzo de 2021

Misiva para todos los hermanos



 Hermandad y Cofradía de Nazarenos de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo,               Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis y María Santísima de la Esperanza

Establecida canónicamente en el Real Convento de San Francisco
Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera
Sala Capitular: C/ Diego Fernández Herrera 6 y 8, 11401 - Jerez de la Fra.
Blog oficialhttp://cincollagasjerez.blogspot.com
Correo electrónico: cincollagasjerez@gmail.com




Queridos hermanos en el Señor de la Vía-Crucis: Paz y Bien.

Mediante la presente queremos mostrar nuestro fraternal apoyo y solidaridad a todos aquellos hermanos a los que la crisis sanitaria provocada por la pandemia les haya afectado de manera más directa, sufriendo la pérdida de algún familiar, amigo o allegado. Para ellos nuestro consuelo, apoyo y disponibilidad.


Ha transcurrido un año desde el comienzo de esta situación y somos conscientes además en todo momento del impacto que sobre la economía familiar está teniendo en multitud de hogares. Y en lo tocante a la tesorería de nuestra Hermandad, seguimos haciendo un serio llamamiento institucional a los hermanos. Ya tenemos conocimiento que la crisis del coronavirus ha mermado, muy particularmente, la economía de todas las Hermandades.

 

Aunque los ingresos de las cuotas domiciliadas nos llegan, las cuotas que una parte importante de hermanos debieran haber abonado en el año 2020 aún están pendientes. En aras de que no se acumulen los recibos del presente año, hemos optado por incluir una jornada  para actualizar cuotas, y en la que también todos aquellos hermanos que lo deseen, puedan retirar una papeleta de sitio que también será simbólica –ya que tampoco este año será posible poner la cofradía en la calle-.


De igual  modo, y para ayudar a nuestros hermanos que más necesitados están, ponemos en marcha la tradicional campaña de alimentos que venimos realizando en las jornadas de cédulas de sitio, solicitando la entrega de algún litro de leche o un kilo de alimento no perecedero.


Aunque ya estamos trabajando para dar contenido a la Madrugada Santa – se informará oportunamente en nuestro blog oficial- este año, más que nunca volcaremos en la Liturgia y muy especialmente en el Triduo Sacro, nuestra espiritualidad. Para introducirnos en al mismo, y como ya se anunció, nuestros venerados Titulares serán expuestos a la veneración de todos los fieles el Jueves Santo. Se mantendrá un circuito para extremar la seguridad. Y serán lo miembros de  la Junta de Señores Oficiales los encargados de velar por el cumplimiento de la normativa sanitaria evitando la acumulación de personas en el interior de la iglesia de San Francisco.


Por tanto, tengamos muy en cuenta los siguientes días y horarios:

1- CAMPAÑA DE ALIMENTOS, PAGO DE CUOTAS  Y REPARTO DE PAPELETAS DE SITIO MADRUGADA SANTA 2021

-         Sábado 27  de marzo en horario de 17,30 a 21,00 horas, y en nuestra Casa de Hermandad, para los hermanos que deseen tener un recuerdo de la Madrugada Santa de 2021. Podrá colaborarse con la campaña de alimentos anteriormente mencionada y actualizarse los pagos de cuotas en esta misma jornada para los hermanos que no las tienen domiciliadas.

2- SOLEMNE VENERACIÓN A NTRO. P. JESÚS DE LA VÍA-CRUCIS Y MARÍA STMA. DE LA ESPERANZA

Se llevará a cabo el Miércoles Santo, 31 de marzo, en horario de 11 a 13 horas, así como el Jueves Santo, 1 de abril, en horario de 10 a 14 horas y de 16 a 20,30, con el único paréntesis de los  Santos Oficios del día.

A las 12,00 horas del Jueves Santo se procederá a un pequeño homenaje a los hermanos que cumplen cincuenta años como miembros de la Corporación: N.H.D. Rafael Cordero Jaén y N.H.D. José Muñoz Natera.

2- HORARIOS DE OFICIOS DE SEMANA SANTA EN SAN FRANCISCO

-Domingo de Ramos: Misa de Palmas a las 11,00 horas

-Jueves Santo: Celebración de la Cena del Señor: 17,00 horas

                                       Hora Santa: 20,00 horas

-Viernes Santo, 2 de abril: Celebración de la Pasión del Señor:

17,00 horas

-Sábado Santo, 3 de abril: Vigilia Pascual: 20,00 horas.

Esperando saludarle personalmente, y con el anhelo de que el próximo año podamos vestir el santo hábito nazareno me despido con el deseo de que Nuestro Señor Jesucristo resucite en nuestros corazones y nos llene de la vida nueva de su Espíritu.

VºBº PA: José Barrera Jiménez     Fdo.: Ernesto Romero del Castillo

Tte. Hermano Mayor                                  Secretario

Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera, a 21 días de marzo del año del Señor de 2021

sábado, 20 de marzo de 2021

Evangelio y comentario

 

Fuente: ALFA Y OMEGA

Quinto Domingo de Cuaresma (ciclo B)

El grano de trigo que da fruto

 

La inminencia de la celebración anual de la Pascua está reflejada en los pasajes evangélicos de estos últimos días. Para ayudarnos a esta conmemoración, la Palabra de Dios centra su mirada en los episodios más destacados de Jesús a pocos días de su Pasión. Como preparación a este acontecimiento, el Evangelio subraya la creciente tensión entre Jesús y los judíos, reflejada habitualmente en las controversias con las autoridades religioso-civiles israelitas. Pero hay otro modo de comprender lo que va a suceder: el acercamiento a la comprensión de Jesús sobre su propio destino, condensada en los versículos que escuchamos este domingo. El inicio del texto evangélico nos permite divisar ya un horizonte de actuación del Señor que va a tener consecuencias más allá de las fronteras de Jerusalén o del pueblo elegido. Con el objetivo de celebrar la Pascua acuden a la Ciudad Santa algunos griegos que, a su vez, quieren ver a Jesús. Así se lo comunican a Felipe. Es significativo que Felipe, al igual que Andrés, tenga un nombre de origen griego. De hecho, reflejar el origen de este apóstol, Betsaida de Galilea, puede querer indicar que procedía también de una tierra de gentiles, de personas que, a diferencia de los habitantes de Judea, en el sur, no eran especialmente conocidas por su religiosidad. Así pues, en línea con el hilo temático de los Evangelios de los dos últimos domingos, en los que contemplábamos a Jesús como templo de Dios y dando vida eterna elevado en la cruz, ahora la Pascua judía se va a convertir en Pascua de Jesús, un acontecimiento imposible de encerrar ya en las fronteras de un territorio. Al mismo tiempo, lo que en principio constituía un anhelo, el deseo de ver a Jesús, algo que naturalmente superaría la mera curiosidad de quien se acerca a un personaje célebre, será la verdadera finalidad de la peregrinación. De dirigirse a Jerusalén, los griegos van a caminar directamente hacia el Señor. Con este recuerdo, san Juan pretendió, años después de este encuentro, rememorar la voluntad de Jesús de ofrecer una salvación abierta a todos los hombres. Se trata del cumplimiento de la nueva alianza, ya anunciada por el profeta Jeremías en la primera lectura; una alianza que queda sellada en los corazones, va ligada al perdón de los pecados y cuya universalidad se garantiza con la expresión: «Todos me conocerán».

 

La hora de la glorificación

 La respuesta de Jesús a los discípulos encierra el sentido más profundo de su entrega en la cruz. Mediante la imagen del grano de trigo que cae y muere, de la glorificación y del juicio, su muerte se presenta como un acontecimiento que no aparece nunca como un fracaso. Por el contrario, san Juan presenta a Jesús triunfando en la cruz, como recordaba el Evangelio del domingo pasado con la comparación de Jesús levantado como la serpiente de Moisés en el desierto. De nuevo, aquí se afirma: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». De este modo, aunque Muerte y Resurrección son hechos distintos y sucesivos, la adopción del mismo término –elevar– para los dos acontecimientos constata, tanto la unidad del misterio pascual, dado que en Jesús no podemos separar muerte, resurrección y glorificación, así como una visión gloriosa de estos sucesos. Ello no significa, sin embargo, que el Señor pase por alto o se desentienda de los padecimientos, o que sean comprendidos como una apariencia o ficción. Las palabras de Jesús reflejan la condición de caer en tierra y morir, de no buscarse a sí mismo o de convertirse en servidor de los demás para acceder a esta gloria. Asimismo, no oculta el Señor la agitación de su alma, algo que presenta también con dramatismo la carta a los hebreos, al indicar que Cristo «a gritos y con lágrimas presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte». En resumidas cuentas, Jesús es plenamente consciente de los sufrimientos reales que le aguardan, pero completamente confiado en la fecundidad de su propia entrega.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

Evangelio

 

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

 

Juan 12, 20-33







viernes, 19 de marzo de 2021

Hoy comienza el AÑO DE LA FAMILIA








Toda la información en el enlace: 


https://www.conferenciaepiscopal.es/interesa/familia-amoris-laetitia/

 


domingo, 14 de marzo de 2021

Destacados del P. Jesús Castro Simancas del quinto día de Quinario



Foto: N.H.D. Ernesto Romero





Cuando era adolescente y venía a ver la Madrugá del brazo de mi madre lo que más me llamaba la atención era la oscuridad.

Hoy el Señor nos viene a recordar la oscuridad de nuestra vida. Aunque nos digan que todo tiene que ser júbilo, hay oscuridad en nuestras vidas; por no cumplir la ley del Señor, por  o tener claro el sentido de la vida… vivimos en oscuridad.

Los israelitas lo perdieron todo, pero lo levantaron desde cero.

A veces nos conviene aferrarnos a la oscuridad porque no nos gusta ver cómo somos realmente.

Pero para disfrutar del gran regalo que es la vida nos tenemos que acercar a la luz.

Tenemos que encender la luz de nuestra vida para que podamos ver y nos puedan ver también a nosotros.

Que podamos ver la gloria y la gracia de Dios.



sábado, 13 de marzo de 2021

Recordatorio muy importante: Mañana domingo día 14 de marzo, Función Principal de nuestra Santa Hermandad a partir de las 12,30 horas







Evangelio y comentario


Fuente: ALFA Y OMEGA

Cuarto Domingo de Cuaresma o Laetare (ciclo B)

Salvados por amor y misericordia

 

Durante el tiempo de Cuaresma, del mismo modo que sucede en Adviento, el ritmo de las celebraciones está particularmente caracterizado por una preparación para un gran acontecimiento de salvación, la Pascua, como hecho que engloba la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. En las lecturas de estos días descubrimos progresivamente estas tres dimensiones pascuales, tal y como fueron vividas por Jesús, así como la repercusión que tienen en nuestra propia vida. En concreto, el episodio evangélico de este domingo se centra en este último rasgo, es decir, qué consecuencia tiene para nosotros —para el «mundo», como designa este pasaje a los beneficiarios de la acción de Dios—el hecho de que Dios haya enviado a su Hijo para ser salvados por su entrega sin límites. La entrega de Cristo en la cruz tendrá como efecto la vida eterna en «el que cree en Él». Y reconocer esto invita al gozo, adelantando ya la alegría pascual, en especial en este cuarto domingo de Cuaresma. La Sagrada Escritura conserva el testimonio de un vínculo singular entre Dios y su pueblo, sellado por sucesivas alianzas. Aunque Dios permanecía fiel a ellas, el hombre las quebrantaba reiteradamente. El recorrido por las principales alianzas con Dios lo hemos escuchado este año desde el principio de este tiempo litúrgico, a través de pactos sellados con Noé, con Abrahán o con Moisés. Deteniéndonos en la primera lectura de este domingo, del segundo libro de las Crónicas, observamos que el pueblo, representado por los jefes y los sacerdotes, multiplica sus infidelidades, comete aberraciones y profana el templo del Señor. El pecado es concebido como algo que supera una mera desviación del cumplimiento de la voluntad del Creador. El Antiguo Testamento lo presenta a menudo parangonándolo con la ruptura de una alianza y considerándolo incluso como un adulterio. A pesar de las advertencias del Señor a través de sus mensajeros, los israelitas prosiguen con frecuencia en su obstinación, a lo cual Dios responde dejándolos desasistidos. Sin embargo, lo más interesante es que la ira del Señor no permanece eternamente. En los pasajes bíblicos de este domingo observamos dos testimonios de cómo el Señor manifiesta su misericordia cuando el pueblo se halla en dificultad por haber apartado su mirada de Dios: el primero de ellos es la experiencia del exilio en Babilonia. Tras los años de destierro, Dios utilizará a Ciro, rey de Persia, como instrumento para que los israelitas puedan regresar a Jerusalén en libertad, y allí volver a ofrecer un culto agradable a su Señor. El segundo caso es el reflejado en el pasaje evangélico. El libro de los Números describía que quienes habían sido mordidos por reptiles en el desierto quedaban sanados al contemplar la serpiente elevada por Moisés en el desierto. Junto al castigo con el pecado, Dios ha previsto el remedio.

 

Salvados por Cristo

Sin embargo, el sentido de las palabras de san Juan va más allá de declarar que toda ofensa al Señor puede ser perdonada. El evangelista quiere destacar el modo a través del cual Dios perdona y salva definitivamente a los transgresores de la ley de Dios. La elevación de Jesucristo en la cruz será el instrumento mediante el cual somos salvados. Y, en realidad, todas las acciones salvíficas de Dios anteriores a este acontecimiento único en la historia eran solo un anticipo a esta redención definitiva del hombre. El motivo y la consecuencia de este hecho serán descritos no solo por el Evangelio, sino también por san Pablo en la segunda lectura: por amor, por don y por gracia. La última sección del texto evangélico busca identificar a Cristo en la cruz con la luz que ha venido al mundo. A pesar de que humanamente sería incomprensible percibir luz en alguien torturado y desfigurado, san Juan quiere hacernos ver que precisamente ahí está la referencia y el lugar al que hemos de mirar, pidiendo a Dios los ojos de la fe para reconocer la salvación en la cruz.

 

Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia de Madrid

 

 

 

 

Evangelio

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».

Juan 3, 14-21

 

 


 

Destacados del P. Jesús Castro Simancas del cuarto día de Quinario




 Foto: N.H.D. Ernesto Romero




El shemá nos dice que no hay mayor mandamiento que éste: “amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.

Porque no hay amor más grande que el de dar la vida por los amigos.

¿Sabemos lo que es el amor de Dios, que hace salir el sol sobre malos y buenos?

¿Cómo podremos experimentar en nuestra vida el amor de Jesús?

En este último año de pandemia y confinamiento cuántos habrán experimentado el amor de verdad… y cuántos habrán comprobado que lo que creían amor no era nada en realidad.

Dios es el que mueve el mundo a través del amor.

Que experimentemos el gozo de ser hijos de Dios.



viernes, 12 de marzo de 2021

Destacados del P. Jesús Castro Simancas del tercer día de Quinario




 Foto: N.H.D. José Soto



La consecuencia del pecado no es la enfermedad corporal; la que enferma es nuestra alma, y nos hace mudos, soberbios (no queremos reconocer nuestros fallos…).

Nos quedamos mudos y callados porque nos empecinamos en nuestro propio pecado y no somos capaces de pedir ayuda.

Dejamos de ser lo que verdaderamente somos.

Ser conscientes de lo malo que es el pecado y de lo malvado que  es el demonio.

Al médico no le mentiríamos. El Señor quiere que seamos sinceros y que confiemos en Él y en su medicina.

Los que nacen sordos terminan mudos también. Si no escuchamos al Señor no somos capaces de hablar con Él. Recordar el rito del éfeta en el sacramento del bautismo.

Que el Señor nos de la paz y el entendimiento.



jueves, 11 de marzo de 2021

Destacados del P. Jesús Castro Simancas del segundo día de Quinario



Foto: N.H.D. Ernesto Romero
 


 Hoy la Escritura nos enseña a valorar lo que tenemos.

Tenemos un Dios tan grande que nos ha dado unas normas tan justas, una ley que no tiene fallo. Y el que la cumple es un ser humano completo.

Pero además Dios nos hace libres para seguirlos o no seguirlos.

Nos gusta poner trabas a la acción de Dios en nuestras vidas. Nos gusta poner piedras en el camino para después quejarnos. Y no nos acordamos del Señor que es puro amor.

Lo mínimo que nos pide el Señor es amor; seguir su Ley, su Palabra…

Tienes que amar no sólo al que te ama, sino al que te odia también, al que no puedes ver también.

Que la Ley del Señor sea nuestro estandarte. Que todo lo que hagamos lo hagamos con amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo.