Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 30 de marzo de 2013

TEXTO COMPLETO: Primera audiencia general del Papa Francisco, sobre Semana Santa



¡Hermanos y hermanas, buenos días!
Me alegra darles la bienvenida a mi primera Audiencia general. Con profunda gratitud y veneración tomo el ‘testigo’ de las manos de mi amado predecesor Benedicto XVI. Después de Pascua vamos a reanudar las catequesis del Año de la fe. Hoy quisiera detenerme sobre la Semana Santa. Con el Domingo de Ramos comenzamos esta Semana –centro de todo el Año Litúrgico– en la que acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección.
Pero ¿qué puede significar para nosotros vivir la Semana Santa? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino del Calvario hacia la Cruz y la Resurrección?
En su misión terrenal, Jesús recorrió las calles de Tierra Santa; llamó a doce personas simples para que permanecieran con Él, compartieran su camino y continuaran su misión; las eligió entre el pueblo lleno de fe en las promesas de Dios.
Habló a todos, sin distinción, a los grandes y a los humildes, al joven rico y a la pobre viuda, a los poderosos y a los débiles; trajo la misericordia y el perdón de Dios; curó, consoló, comprendió; dio esperanza; llevó a todos la presencia de Dios que se interesa de cada hombre y mujer, como hace un buen padre y una buena madre con cada uno de sus hijos. Dios no esperó a que fuéramos a Él, sino que es Él que se mueve hacia nosotros, sin cálculos, sin medidas. Dios es así: Él da siempre el primer paso, Él se mueve hacia nosotros.
Jesús vivió las realidades cotidianas de la gente más común: se conmovió delante de la multitud que parecía un rebaño sin pastor; lloró ante el sufrimiento de Marta y María por la muerte de su hermano Lázaro; llamó a un publicano como su discípulo; sufrió también la traición de un amigo.
En Él, Dios nos ha dado la certeza de que Él está con nosotros, en medio de nosotros. "Los zorros –ha dicho Jesús– tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". (Mt 8:20). Jesús no tiene hogar, porque su casa es la gente, somos nosotros, su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios.
En la Semana Santa nosotros vivimos el culmen de este camino, de este plan de amor que recorre a través de toda la historia de la relación entre Dios y la humanidad. Jesús entra en Jerusalén para cumplir el paso final, en el que resume toda su existencia: se entrega totalmente, no se queda con nada para sí mismo, ni siquiera con su vida.
En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz "para nosotros". El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, ofrece en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar siempre con nosotros, para habitar entre nosotros.
Y en el Huerto de los Olivos, al igual que en el juicio ante Pilatos, no opone resistencia, se da; es el Siervo sufriente ya anunciado por Isaías, que se despoja de sí mismo hasta la muerte (cf. Is 53:12).
Jesús no vive este amor que lleva al sacrificio de manera pasiva o como un destino fatal; desde luego no oculta su profunda perturbación humana frente a la muerte violenta, pero se entrega plenamente a la confianza del Padre.
Jesús se entregó voluntariamente a la muerte para corresponder al amor de Dios Padre, en perfecta unión con su voluntad, para demostrar su amor por nosotros. En la cruz, Jesús "me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gal 2:20). Cada uno de nosotros puede decir: me amó y se entregó a sí mismo por mí. Cada uno puede decir este "por mí".
¿Qué significa todo esto para nosotros? Significa que éste es también mi camino, el tuyo, nuestro camino. Vivir la Semana Santa, siguiendo a Jesús, no sólo con la conmoción del corazón; vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos –como dije el domingo pasado– para salir al encuentro de los demás, para ir hasta las periferias de la existencia, ser nosotros los primeros en movernos hacia nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que están más alejados, los olvidados, los que están más necesitados de comprensión, de consuelo y de ayuda. ¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y lleno de amor!
Vivir la Semana Santa es entrar cada vez más en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es en primer lugar la del dolor y la muerte, sino la del amor y la de la entrega de sí mismo que da vida. Es entrar en la lógica del Evangelio. Seguir, acompañar a Cristo. Permanecer con Él requiere una "salir", salir.
Salir de sí mismos, de un modo de vivir la fe cansado y rutinario, de la tentación de ensimismarse en los propios esquemas que terminan por cerrar el horizonte de la acción creadora de Dios. Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros, colocó su tienda entre nosotros para traer su misericordia que salva y da esperanza. También nosotros, si queremos seguirlo y permanecer con Él, no debemos contentarnos con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, debemos "salir", buscar con Él a la oveja perdida, a la más lejana. Recuerden bien: salir de nosotros, como Jesús, como Dios salió de sí mismo en Jesús y Jesús salió de sí mismo para todos nosotros.
Alguien podría decirme: "Pero Padre no tengo tiempo", "tengo muchas cosas que hacer", "es difícil", "¿qué puedo hacer yo con mi poca fuerza, también con mi pecado, con tantas cosas?". A menudo nos conformamos con algunas oraciones, con una Misa dominical distraída e inconstante, con algún gesto de caridad, pero no tenemos esta valentía de "salir" para llevar a Cristo.
Somos un poco como San Pedro. Tan pronto como Jesús habla de la pasión, muerte y resurrección, de darse a sí mismo, de amor a los demás, el Apóstol lo lleva aparte y lo reprende. Lo que Jesús dice altera sus planes, le parece inaceptable, pone en dificultad las seguridades que él se había construido, su idea del Mesías.
Y Jesús mira a los discípulos y dirige a Pedro quizá una de las palabras más duras del Evangelio: "¡Retírate, vade retro, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres". (Mc 8:33). Dios piensa siempre con misericordia: no olviden esto. Dios piensa siempre con misericordia: ¡es el Padre misericordioso! Dios piensa como el padre que espera el regreso de su hijo y va a su encuentro, lo ve venir cuando todavía está muy lejos...
¿Esto qué significa? Que todos los días iba a ver si el hijo volvía a casa: éste es nuestro Padre misericordioso. Es la señal que lo esperaba de corazón en la terraza de su casa. Dios piensa como el samaritano que no pasa cerca del desventurado compadeciéndose o mirando hacia otra parte, sino socorriéndolo sin pedir nada a cambio; sin preguntar si era judío, si era pagano, si era samaritano, si era rico, si era pobre: no pide nada. No pide estas cosas, no pide nada. Va en su ayuda: así es Dios. Dios piensa como el pastor que da su vida para defender y salvar a las ovejas.
La Semana Santa es un tiempo de gracia que el Señor nos da para abrir las puertas de nuestros corazones, de nuestra vida, de nuestras parroquias –¡qué pena tantas parroquias cerradas! – de los movimientos, de las asociaciones, y "salir" al encuentro de los demás, acercarnos nosotros para llevar la luz y la alegría de nuestra fe ¡Salir siempre! Y hacer esto con amor y con la ternura de Dios, con respeto y paciencia, sabiendo que ponemos nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón, pero que es Dios quien los guía y hace fecundas todas nuestras acciones.
Les deseo a todos que vivan bien estos días siguiendo al Señor con valentía, llevando en nosotros mismos un rayo de su amor a todos los que encontremos.

Pastoral Juvenil






Jerez de la Frontera, 22 de Marzo de 2013

Apreciados/as hermanos/as en el Señor,

Como bien sabéis, nuestro Santo padre Francisco ha confirmado su presencia en la Jornada Mundial de la juventud del próximo mes de Julio en Río de Janiero (Brasil).
Como habíamos comentado a principio de curso, las Diócesis de Andalucía están organizando un encuentro en EL ROCÍO para todos aquellos jóvenes que no puedan desplazarse hasta Brasil.
Por ello queremos tener una reunión con todos los responsables de los grupos de nuestra Diócesis para presentaros todos los detalles, el día 8 DE ABRIL, A LAS 20:00 EN EL OBISPADO DE JEREZ (SALA JUAN PABLO II).
Sois muchos los que nos habéis contactado en estas semanas para preguntarnos acerca de este encuentro. Por ello preferimos reunirnos todos y resolver las dudas.
Esperamos veros a todos,


Carlos Redondo
Pastoral Juvenil Asidonia-Jerez

Carta Pastoral Semana Santa 2013

Junto a María caminemos hacia la Pascua




A todos los fieles diocesanos

Queridos hermanos en el Señor:

Celebrando aún la elección de nuestro Papa Francisco nos disponemos a vivir intensamente la Semana Santa en este proclamado Año de la Fe, un tiempo de reflexión, de conversión y de renovación. Un año en el que hemos sido invitados a entrar por la 'puerta' de la vida verdadera que es Cristo. Y el primer paso en esa vida es descubrir el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, que viene al mundo y se ofrece en la cruz como precio y rescate a favor de la humanidad.

Este Año de la Fe será fructífero si nos abrimos a la acción  salvífica  del Señor, aceptando su gracia redentora y respondiendo con una actitud de sincera y humilde conversión, pues el Buen Pastor ha muerto por todas sus ovejas para que también nosotros estemos dispuestos a dar nuestra vida por los hermanos.

Este año ha de servir para que todos nos esforcemos en vivir, con auténtico sentido cristiano, el Misterio Pascual. Es decir, celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para que fortalezca nuestra fe y así, recobrada la alegría y la esperanza, podamos responder a los desafíos que, en tantos ámbitos nos presenta la sociedad actual.

Y para vivir la Semana Santa pienso que en este año nada mejor que seguir la recomendación que se nos hace en la Cara “Porta Fidei” y contemplar a María.
Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38)… Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con Él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1-4)  (C.AP. 13).
La fe de María sostiene nuestra fe y, como a San Juan, nos invita a acompañarla en la Pasión de su Hijo y a permanecer firmes al pie de la Cruz recibiendo con gozo el mandato de Cristo que nos lleva a venerarla como Madre y con Ella decir: nada sin Dios.
Junto a María viviremos con fe el Triduo Pascual, atravesando el pórtico del Jueves Santo, celebrando la Santa Misa in Coena Dominis, donde haremos memoria de lo que sucedió en el Cenáculo de Jerusalén aquella noche del Jueves Santo.
Atravesado el pórtico, celebraremos los oficios sagrados del Triduo Pascual. Y para ello, hemos de ponernos en espíritu de oración y de fe, recogernos espiritualmente, abrir bien el corazón y orar en unión con María,  como Madre de la Iglesia y espejo donde todos debemos encontrar la imagen del verdadero seguimiento del Señor. Para celebrar más intensamente esos misterios os invito a escuchar y aplicar a vuestra vida personal las últimas palabras de Jesús, el testamento que nos dejó el Señor para ayudarnos a recorrer bien el camino de la vida y trabajar por devolver a la historia el rostro de la nueva humanidad, nacida en el Misterio Pascual.

Os animo a adorar la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, pues es a sus pies donde entendemos bien las palabras por Él pronunciadas en su vida terrena: «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13). Cristo efectivamente, dio su vida, pues nadie podía privarlo de ella en contra de su voluntad. «Nadie me la quita, yo la doy voluntariamente» (Jn 10,18). Un hombre no puede mostrar mayor amor por sus amigos que dando la vida por ellos. Y no sólo por sus amigos, sino también por sus enemigos, los pecadores, para hacerlos –hacernos­- sus hermanos y co-herederos y conjuntamente poseedores con Él de la alegría eterna en el Reino de los Cielos.

Acudamos con María, figura de la Iglesia, al Calvario para ser testigos de cómo Jesús muere en la serenidad de una fe que consuma su destino, respirando oración y confianza. La última palabra que el mundo escucha de sus labios moribundos antes de morir será... PADRE... ABBA... PAPA. Enseñándonos que morir –para el cristiano-  es acurrucarse con Cristo Jesús en el regazo de Dios. Morir es caer blandamente en las manos del Padre. Porque el cielo es eso: los brazos del Padre. Nuestro cielo es sentir su Paternidad: “Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu”. Y expiró desplomándose todo su cuerpo llagado. Cinco llagas. Cinco fuentes de vida y de Gracia.

Como afirmaba Su Santidad, nuestro recordado Obispo emérito de Roma, Benedicto XVI, en la Carta Spe Salvi:
“En el momento extremo, Jesús deja que su corazón exprese el dolor, pero deja emerger, al mismo tiempo, el sentido de la presencia del Padre y el consenso a su designio de salvación de la humanidad. También nosotros nos encontramos siempre y nuevamente ante el «hoy» del sufrimiento, del silencio de Dios —lo expresamos muchas veces en nuestra oración—, pero nos encontramos también ante el «hoy» de la Resurrección, de la respuesta de Dios que tomó sobre sí nuestros sufrimientos, para cargarlos juntamente con nosotros y darnos la firme esperanza de que serán vencidos (cf. Carta enc. Spe salvi, 35-40).

Vivamos junto a María nuestra participación en el Misterio Pascual que se da a través de la celebración litúrgica del Triduo Santo, referente ineludible de la vida cristiana, y llevemos allí los dolores y alegrías de nuestra vida, de la Iglesia y del mundo; renovemos nuestros compromisos bautismales, y compartamos la victoria de Cristo Resucitado en la Eucaristía.

Y sobre todo no olvidemos que la Vigilia Pascual es el momento álgido, el momento más significativo de nuestra vida de fe, es el centro de la iniciación cristiana, la noche de Pascua es la noche de nuestra salvación.

Preparémonos para escuchar la Buena Noticia que resonará como himno de victoria: ¡Cristo ha resucitado¡ La muerte y el mal no tienen la última palabra, sino la Verdad y el Bien, Dios mismo. Dispongámonos a entrar en este tiempo de alegría y de fiesta.

Pidámosle a la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la primera, según piadosa tradición, en ver a su Hijo resucitado, que por su poderosa intercesión nos conceda la gracia de experimentar en la propia vida la resurrección gloriosa de Cristo, que es también la nuestra. ¡Feliz Pascua de Resurrección!

+ José Mazuelos Pérez
Obispo Asidonia jerez

lunes, 11 de marzo de 2013

Acuerdo entre la Unión de Hermandades y la Clínica Beiman





Informa: Portavoz de la Unión de Hermandades. La Unión de Hermandades de Jerez y la Clínica Beiman han llegado a un acuerdo mediante el cual esta empresa privada prestará los servicios habituales de fisioterapia que hasta ahora ofrecía el Centro de Atención al Costalero.

El convenio recoge tarifas muy reducidas a aquellos costaleros que justifiquen su condición presentando únicamente la papeleta de sitio.
 
La oferta del servicio de Fisioterapia avanzada es de 10 euros por sesión (el precio habitual de este servicio en la clínica es de 30 euros) y abarca la Semana de Pasión, la Semana Santa y la semana posterior a los desfiles procesionales. De esta forma, se garantiza la preparación física previa a la salida procesional y la recuperación posterior.

Por otro lado, la clínica Beiman ha puesto en marcha una campaña especial de Podología bajo el título: "Que el dolor de pies no sea tu penitencia", dirigida no sólo a los costaleros y cargadores, sino también a los nazarenos y penitentes. De esta forma, toda aquella persona que presente su papeleta de sitio se podrá realizar una Quiropodia por el precio de 18 euros.

Tanto para la Fisioterapia como para la Podología, es necesario pedir cita previa llamando al 956 158 225, bien directamente en las instalaciones de la
Clínica Beiman, sita en Travesía de Guadalcacín o bien enviando un correo electrónico a: atencionalcliente@clinicabeiman.com

Entradas para el Pregón de Semana Santa



Informa: Portavoz de la Unión de Hermandades. Por medio de la presente les informamos de que las entradas del pregón se pueden retirar a partir del próximo lunes, día 11 de marzo, hasta el viernes, día 15, en horario de 20,30 a 22,00 horas, en los siguientes puntos:

·        Hermandad del  Santo Crucifijo
·        Hermandad del Nazareno
·        Hermandad de la Paz de Fátima
·        Hermandad de la Yedra
·        Hermandad de la Amargura
 
Asimismo, pueden retirarse igualmente en Abrines Música en calle Lancería en horario comercial de mañana y tarde. El donativo único es de 3 euros para cualquier localidad, yendo destinada a Cáritas Diocesana de Jerez.

Hoy lunes, nuevo ensayo de la cuadrilla costalera del paso de Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis

Nuestra Hermandad de las Cinco Llagas asistió ayer domingo a la Función Principal de Jesús Nazareno

Sentida Saeta de Luis Vargas Santiago a Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis en el Solemne Besamanos del pasado Miércoles de Ceniza

Con motivo del Solemne Besamanos de Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis el pasado Miércoles de Ceniza Luis Vargas Santiago rezó ante nuestro Sagrado Titular como sólo él sabe hacerlo: a modo de sentida y profunda saeta. Ofrecemos a continuación, con la gentileza de Antonio Montesinos, el vídeo del recogidísimo momento que todos pudimos sentir aquel día ante Nuestro Padre Jesús de la Vía-Crucis.

Fuente: Antonio Montesinos (www.sentimientocofrade.net)


Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 15, 11-32


Domingo 4º de Cuaresma

 Jesús dijo esta parábola a los fariseos y escribas: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.


Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a donde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.

Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”. Y empezaron el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y, llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.

El padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado”».

Comentario: Rvdo. P. D. Juan A. Mateo García

Hoy, domingo Laetare (“Alegraos”), cuarto de Cuaresma, escuchamos nuevamente este fragmento entrañable del Evangelio según San Lucas, en el que Jesús justifica su práctica inaudita de perdonar los pecados y recuperar a los hombres para Dios.

Siempre me he preguntado si la mayoría de la gente entendía bien la expresión “el hijo pródigo” con la cual se designa esta parábola. Yo creo que deberíamos rebautizarla con el nombre de la parábola del “Padre prodigioso”. Efectivamente, el Padre de la parábola —que se conmueve viendo que vuelve aquel hijo perdido por el pecado— es un icono del Padre del Cielo reflejado en el rostro de Cristo: «Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente» (Lc 15,20). Jesús nos da a entender claramente que todo hombre, incluso el más pecador, es para Dios una realidad muy importante que no quiere perder de ninguna manera; y que Él siempre está dispuesto a concedernos con gozo inefable su perdón (hasta el punto de no ahorrar la vida de su Hijo).
Este domingo tiene un matiz de serena alegría y, por eso, es designado como el domingo “alegraos”, palabra presente en la antífona de entrada de la Misa de hoy: «Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría». Dios se ha compadecido del hombre perdido y extraviado, y le ha manifestado en Jesucristo —muerto y resucitado— su misericordia.

Juan Pablo II decía en su encíclica Dives in misericordia que el amor de Dios, en una historia herida por el pecado, se ha convertido en misericordia, compasión. La Pasión de Jesús es la medida de esta misericordia. Así entenderemos que la alegría más grande que damos a Dios es dejarnos perdonar presentando a su misericordia nuestra miseria, nuestro pecado. A las puertas de la Pascua acudimos de buen grado al sacramento de la penitencia, a la fuente de la divina misericordia: daremos a Dios una gran alegría, quedaremos llenos de paz y seremos más misericordiosos con los otros. ¡Nunca es tarde para levantarnos y volver al Padre que nos ama!

domingo, 3 de marzo de 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 13, 1-9



Domingo 3º de Cuaresma

Se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”. Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás”».

Comentario: Cardenal D. Jorge Mejía

Hoy, tercer domingo de Cuaresma, la lectura evangélica contiene una llamada de Jesús a la penitencia y a la conversión. O, más bien, una exigencia de cambiar de vida.

“Convertirse” significa, en el lenguaje del Evangelio, mudar de actitud interior, y también de estilo externo. Es una de las palabras más usadas en el Evangelio. Recordemos que, antes de la venida del Señor Jesús, San Juan Bautista resumía su predicación con la misma expresión: «Predicaba un bautismo de conversión» (Mc 1,4). Y, enseguida, la predicación de Jesús se resume con estas palabras: «Convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15).

Esta lectura de hoy tiene, sin embargo, características propias, que piden atención fiel y respuesta consecuente. Se puede decir que la primera parte, con ambas referencias históricas (la sangre derramada por Pilato y la torre derrumbada), contiene una amenaza. ¡Imposible llamarla de otro modo!: lamentamos las dos desgracias —entonces sentidas y lloradas— pero Jesucristo, muy seriamente, nos dice a todos: —Si no cambiáis de vida, «todos pereceréis del mismo modo» (Lc 13,5).

Esto nos muestra dos cosas. Primero, la absoluta seriedad del compromiso cristiano. Y, segundo: de no respetarlo como Dios quiere, la posibilidad de una muerte, no en este mundo, sino mucho peor, en el otro: la eterna perdición. Las dos muertes de nuestro texto no son más que figuras de otra muerte, sin comparación con la primera.

Cada uno sabrá cómo esta exigencia de cambio se le presenta. Ninguno queda excluido. Si esto nos inquieta, la segunda parte nos consuela. El “viñador”, que es Jesús, pide al dueño de la viña, su Padre, que espere un año todavía. Y entretanto, él hará todo lo posible (y lo imposible, muriendo por nosotros) para que la viña dé fruto. Es decir, ¡cambiemos de vida! Éste es el mensaje de la Cuaresma. Tomémoslo entonces en serio. Los santos —san Ignacio, por ejemplo, aunque tarde en su vida— por gracia de Dios cambian y nos animan a cambiar.

viernes, 1 de marzo de 2013

Reparto de Cédulas de Sitio: 2 y 9 de marzo

RECORDATORIO REPARTO DE CÉDULAS DE SITIO: SÁBADOS 2 Y 9 DE MARZO EN LA CASA DE HERMANDAD

Recordamos al cuerpo de hermanos que el reparto de cédulas de sitio para la Estación de Penitencia de la próxima Madrugada Santa se llevará a cabo los sábados 2 y 9 de marzo –esta segunda fecha reservada para los hermanos nazarenos de nueva incorporación- en horario, respectivamente, de 16,30 a 21,30 horas y 17,00 a 21,00 horas. Recordamos que el valor cuantitativo de la antedicha cédula de sitio contiene carácter simbólico, aunque no obstante la Junta de Señores Oficiales proponga la cantidad orientativa de 20 EUROS. También cabe recordar que las cédulas de sitio serán repartidas de modo individual / personalizado. Igualmente, y para ejercitar la teologal virtud de la CARIDAD, todo hermano se impondrá el deber de acercarse a retirar la susodicha cédula / papeleta junto con algún litro de leche o aceite para poder paliar en alguna mínima medida las siempre tristes circunstancias de los necesitados.


Ni que decir tiene nuestra encarecida recomendación de vestir el santo hábito nazareno. Reproducimos, textualmente, unas magistrales palabras de quien fuese nuestro hermano fundador y cofrade ejemplar D. Manuel Martínez Arce: “Pero la estación es también obra de misericordia, en aras de un mundo mejor, por cuanto se ordena a dar buen ejemplo al pueblo cristiano, a poner de manifiesto los misterios de la Redención y servir de testimonio en las calles de la ciudad. Ha de servir igualmente para que durante el tiempo de nuestra reunión en torno a Jesús de la Vía-Crucis y María Santísima de la Esperanza, en nuestro silencio y compostura elevemos los corazones, demos gracias al Señor por los beneficios constantes de que nos hace objeto, le pidamos perdón por nuestras infidelidades y por los pecados del mundo entero, pues unas y otros hicieron necesaria la Divina Tragedia. Al dar tu nombre a la Hermandad te obligaste voluntariamente. Si este año, por imposibilidad física no puedes cumplir, el Señor lo sabe y te eximirá bondadoso. Pídele entonces fuerzas y salud para años sucesivos. Si fútiles excusas te inducen a eludir tu compromiso también el Señor lo sabe. No opongas que vas tras el “paso” del Señor, de particular e individualmente, ajeno a la comunidad cofradiera, y que es lo mismo. Sabes bien que no lo es. Es una callejuela, un medio fácil de querer persuadirse de que se ha cumplido, contribuyendo a la creación y mantenimiento de una corruptela y práctica viciosa. Tu puesto está en las filas de la Cofradía, junto a tus hermanos, con tu túnica, con tu cirio, con tu cruz, con lo que se te depare. Por tu parte pondrás… tu esfuerzo, tu fervor, tu compostura, tu silencio, tu buen ejemplo y hasta tu gozo interior. No rehúyas el puesto que el Señor y la Santísima Virgen, con amor, te han reservado en la Cofradía. Consciente de tu deber acepta generoso y entusiasta esa cruz que el Señor quiere que lleves con Él, como Él la lleva por ti”.
...
Fotografía de N. H. D. Javier Fernández

Participación de la Hermandad de las Cinco Llagas en el Vía-Lucis Mariano




PARTICIPACIÓN DE LA HERMANDAD DE LAS CINCO LLAGAS EN EL VÍA-LUCIS MARIANO ORGANIZADO POR EL CONSEJO LOCAL DE LA UNIÓN DE HERMANDADES

Sobre nuestra Hermandad de las Cinco Llagas ha recaído el honor de asumir la encomienda delegada por el Consejo Local de la Unión de Hermandades consistente en la organización del traslado de la histórica y bellísima imagen de la Virgen del Buen Suceso -una de las copatronas de Jerez- de cara al Solemne Vía-Lucis Mariano que tendrá lugar el sábado 20 de abril del corriente año de 2013. La participación de esta Hermandad de las Cinco Llagas no implica, por consiguiente, ni la salida de ninguno de nuestros Sagrados Titulares ni tampoco de alguno de sendos pasos procesionales de la cofradía a tal fin.

Nuestra participación, por tanto, se centrará en organizar la procesión de ida con esta Sagrada Imagen desde el Convento de la Santísima Trinidad (donde radica) hasta el lugar donde se rezarán las Estaciones del Vía-Lucis y viceversa. El texto íntegro de la fundamentación, desarrollo, imágenes propuestas (y entidades responsables de sus correspondientes traslados) y composición de los cortejos podrá usted conocerlo en nuestro blog oficial http://cincollagasjerez.blogspot.com.es así como igualmente –impreso a su disposición- en nuestra Casa de Hermandad. Los hermanos que deseen integrarse en el cortejo podrán hacerlo retirando una cédula de sitio –gratuita- realizada ex profeso que se entregará individualmente coincidiendo con el reparto de cédulas de sitio para la Estación de Penitencia.


CABILDO GENERAL ORDINARIO INFORMATIVO DE SALIDA PROCESIONAL

Para así también poder informar igualmente de manera completa al cuerpo de hermanos de todos los detalles organizativos del traslado de la Virgen del Buen Suceso en el Vía-Lucis Mariano, la fecha del Cabildo General Ordinario Informativo de Salida Procesional inicialmente prevista para el viernes 1 de marzo del presente se trasladará al viernes 15 de marzo a las 21:00 horas en primera convocatoria y media hora después en segunda, con arreglo a idéntico ORDEN DEL DÍA ya cursado al cuerpo de hermanos, esto es:

1. Invocación al Espíritu Santo.
2. Lectura del borrador del acta del Cabildo General Ordinario anteriormente celebrado y su aprobación si procediese.
3. Información relativa a la Estación de Penitencia de la Madrugada Santa.
4. Ruegos y preguntas.
5. Mensaje del Hermano Mayor, Acción de Gracias y oración por los hermanos cofrades difuntos.

Lo que comunicamos para su conocimiento.