Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

sábado, 29 de diciembre de 2018

viernes, 28 de diciembre de 2018

Evangelio y comentario


Fuente: ALFA Y OMEGA

Festividad de la Sagrada Familia (ciclo C)
«Iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia»

A lo largo del último siglo se han introducido, de modo paralelo al curso normal del año litúrgico, determinadas fiestas que tratan de subrayar algún misterio de la vida del Señor. Hace unas semanas celebrábamos la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Ahora nos hallamos ante una fiesta instaurada unos años antes, por el Papa León XIII. Poniendo el foco en la familia de Nazaret se destaca no solo el carácter familiar de las fiestas navideñas, sino también un aspecto esencial de la revelación de Dios a los hombres. Además, la tradición de la Iglesia ha visto en la familia un icono de la Santísima Trinidad, como lugar en el que se da una comunión de amor, en una entrega interpersonal y, al mismo tiempo, fecunda.

Un acontecimiento concreto
Tras la celebración de la encarnación y del nacimiento del Señor descubrimos que este acontecimiento toma cuerpo en el ámbito de una familia humana. Este ha sido el camino primero y ordinario escogido por Dios para encontrarse con la humanidad. Una nota que llama la atención es que el pasaje que leemos no se detiene en describir explícitamente las cualidades de Jesús, de María y de José, sino en narrar una situación de angustia, ante la pérdida del niño Jesús en el Templo de Jerusalén durante la fiesta de la Pascua. A partir del Evangelio tampoco es posible formular una norma de comportamiento sobre cómo ha de ser la vida familiar. Serán la primera lectura, del libro del Eclesiástico, y la segunda, de la carta de san Pablo a los Colosenses, las que tracen, conforme a la inspiración de Dios, las líneas básicas de la institución familiar. El Eclesiástico, escrito unos 200 años antes de Cristo, canta las bendiciones prometidas por el Señor a quien honra, respeta y cuida a sus padres. Por su parte, san Pablo inserta la vida familiar en el ámbito del mandato del amor que ha de guiar a cualquier grupo de cristianos. Con todo, pese a no incluir Lucas enseñanzas determinadas sobre la familia, a partir del texto que leemos se deducen varias consecuencias. En primer lugar, no existe la familia ideal, sino la familia real y concreta. Quizá hubiéramos esperado un pasaje en el que destacara la armonía y ausencia de problema alguno en la Sagrada Familia. Sin embargo, en la escena predomina la angustia, la sorpresa y la falta de comprensión inicial por María y José. En segundo lugar, afirma el Evangelio que Jesús «estaba sometido a ellos», es decir, vivía bajo una autoridad. De este modo, la familia, como espacio natural de la concreción del amor de Dios al hombre, camina bajo unos lazos de autoridad, donde la educación de los hijos constituye una tarea primordial para los padres. Pero ello no significa la anulación de la voluntad de los hijos. De hecho, la expresión más contundente y clara del Evangelio de este domingo es la de Jesús cuando alega: «¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».

La ayuda al crecimiento humano y espiritual
El ejercicio de la autoridad por parte de los padres no consiste, por lo tanto, en el establecimiento de unos lazos de dominio sobre los propios hijos, sino en la colaboración con Dios para que puedan ser libres, teniendo en cuenta que la libertad verdadera consiste en desarrollar al máximo la capacidad de elegir el bien, o, dicho de otra manera, en decir que sí a la voluntad de Dios. Cuando escuchamos que Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios, se sobreentiende que María y José cooperaron adecuadamente en la manutención humana del niño, pero, ante todo, se insiste en que inculcaron en el Señor las profundas raíces religiosas de su pueblo, para nunca anteponer nada a la voluntad de Dios.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid




Evangelio

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura, y en gracia ante Dios y ante los hombres.


 Lucas  2, 41-52




jueves, 27 de diciembre de 2018

Jornada de la Sagrada Familia 2018




La Jornada de la Sagrada Familia viene enmarcada este año con el lema “Familia y parroquia, respuesta a la soledad”. Con este lema somos todos invitados y de forma especial las familias de nuestra diócesis, a celebrar el próximo: DOMINGO 30 DE DICIEMBRE SANTA EUCARISTÍA a las 11.30 horas en la  SANTA IGLESIA CATEDRAL, presidiendo Mons. José Mazuelos Pérez Obispo de Asidonia-Jerez.
                               
Los delegados de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida de nuestra Diócesis hacen suyas las palabras escritas por nuestros obispos para esta festividad: “El papa Francisco recoge, al respecto, en la exhortación Amoris laetitia la siguiente proposición de los padres sinodales: «Una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad, fruto de la ausencia de Dios en la vida de las personas y de la fragilidad de las relaciones. Asimismo, hay una sensación general de impotencia frente a la realidad socioeconómica que a menudo acaba por aplastar a las familias [...] Con frecuencia, las familias se sienten abandonadas por el desinterés y la poca atención de las instituciones.” (mensaje de los obispos de la subcomisión de familia y vida, Jornada Sagrada Familia 2018).


miércoles, 26 de diciembre de 2018

Aviso importante de nuestra Tesorería



Para todos aquellos hermanos que tienen domiciliadas sus cuotas, el cobro del primer semestre de 2019 se pasará el próximo día 10 de enero.


viernes, 21 de diciembre de 2018

Felicitación navideña






El próximo sábado 29 de diciembre recibimos en la Casa de Hermandad la visita del Cartero Real




El próximo sábado 29 de los corrientes desde las 18,30 a las 21,00 horas, el Cartero Real visitará nuestra Casa de Hermandad (c/ Diego Fernández Herrera 6-8) y todos los pequeños que lo deseen podrán hacerles llegar sus cartas, que serán entregadas en mano a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Aquellos niños que deseen escribir su carta in situ también podrán hacerlo, como si prefieren traerlas escritas desde su domicilio.

La Diputación de Caridad anima a todos a participar en este  entrañable acto, así como a colaborar en la Campaña de Navidad que se prolongará hasta el día 30 (recordamos que los lugares de recogida serán la iglesia de San Francisco en su horario habitual de apertura y la casa de Hermandad los martes, miércoles y jueves de 19 a 21 horas).  


jueves, 20 de diciembre de 2018

Admirable galería del Besamanos extraordinario a María Santísima de la Esperanza


Las fotografías son obra de N.H.D. José Soto Rodríguez
















Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

IV Domingo de Adviento (ciclo C)
«Bendita tú entre las mujeres»

Si durante los últimos domingos la Palabra de Dios que la liturgia nos ofrece ha estado dominada por figuras proféticas, entre las cuales sobresale Juan Bautista, este entra en la escena María, la madre de Jesús. A lo largo del año celebramos algunas fiestas marianas en fechas señaladas, en las que conmemoramos cómo la salvación que Dios ha traído a los hombres actúa de modo especial en María. Así lo destacan particularmente días como la Inmaculada Concepción o la Asunción de María. Este cuarto domingo de Adviento se sigue un esquema distinto: la prioridad es anunciar el próximo nacimiento del Salvador y subrayar que la madre de Dios es quien mejor ha vivido la espera de la salvación, con amor de madre, abriéndose a una nueva vida, como nos recuerdan algunas de las oraciones propuestas para este tiempo.

Dios escoge lo sencillo
No es posible comprender en profundidad el Evangelio de hoy sin tener en cuenta especialmente la primera lectura, del profeta Miqueas, quien vivió en el siglo VIII a.C., en tiempos de Isaías, otro de los grandes profetas del Adviento. Esta lectura remarca la desproporción entre la pequeñez de la aldea de Belén, «pequeña entre los clanes de Judá» y la gran obra que Dios llevará a cabo en ella. De un lugar tan insignificante el Señor construirá a quien ha de ser guía para Israel y quien dominará hasta el confín de la tierra. Precisamente, debido a este oráculo de Miqueas, Herodes supo que era Belén el lugar en el que debía nacer el niño. El designio de la elección de lo humanamente insignificante no se manifiesta únicamente en un lugar, sino también en personas: en primer lugar, en la elección de David. El Mesías nacerá de la casa de David, y David era el menor de los hijos de Jesé. En segundo lugar, la elección de María, quien era una joven sin apenas valor a los ojos del mundo, pero a quien Dios llenó de su gracia incluso antes de nacer.

María se pone en camino
El episodio que hoy escuchamos es continuación del relato de la Anunciación a María. Lo primero que realiza María, pues, tras conocer que concebirá al Mesías es ponerse en camino. Esta reacción marcará no solo la vida de María, sino la de la Iglesia y la de todo creyente, pues fundamenta bíblicamente que la actitud del hombre al recibir una llamada de Dios no ha de ser la pasividad, sino el poner en juego los dones que se han recibido. María ha sido «evangelizada», pues lleva en sí la Buena Noticia. Y este es el motivo último por el que no puede detenerse. Al llevar a Cristo, su sola presencia llena de alegría a Juan y suscita las alabanzas de Isabel. De igual modo, la Iglesia no puede olvidar que también ha recibido la misión de evangelizar, porque lleva en su seno vida, lleva al Señor.

«La criatura saltó de alegría en mi vientre»
Es significativa la reacción de Juan antes de nacer, cuando Lucas dice que saltó la criatura en su vientre. En realidad, el episodio de hoy tiene resonancias bíblicas, ya que nos recuerda el traslado del Arca de la Alianza entre danzas y alegría en tiempos del rey David. En las letanías del rosario llamamos a María «Arca de la Alianza», puesto que lleva en su seno al Mesías. La alegría domina el tiempo de Adviento y está siempre presente en quien tiene verdadera esperanza. Pero el Evangelio de hoy nos permite percibir otra realidad: es el Espíritu Santo quien posibilita esa alegría. La expresión «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre», que ha permanecido para siempre en el avemaría, nace del Espíritu Santo. Es, por lo tanto, Dios mismo quien nos ayuda a reconocer los dones que hemos recibido y a dar gracias por ellos. María lo hará a través del canto del magníficat, mientras que su prima Isabel lo manifestará mediante la expresión que escuchamos en el pasaje de hoy.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid




Evangelio

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».


Lucas  1, 39-45






martes, 18 de diciembre de 2018

Recordatorio: Mañana miércoles 19 de diciembre, Solemne Besamanos de despedida a Nuestra Amantísima Titular


Permanecerá abierto de 9 a 14 y de 17 a 20 horas.



Destacados del P. David Belmonte del tercer día del Triduo a María Santísima de la Esperanza



Foto: N.H.D. Marco A. Velo


Hoy en el día de la Solemnidad de Nuestra Señora María Santísima de la Esperanza vemos en el Evangelio cómo José descubre que la criatura del seno de María viene del Espíritu Santo.
Es el tiempo de la esperanza de cara a la Navidad: el Adviento.
Ella es María Santísima de la Esperanza porque esperó y se hizo verdad aquello que esperó.
La esperanza integra confianza. La confianza de que el que viene es Cristo. Que viene a hacerse uno contigo. A por lo que estaba perdido.
La esperanza sabe que quien viene es Jesucristo. Que nuestro corazón ha sido hecho para Él.
La esperanza incluye vigilancia. Hay que estar atentos, no nos podemos distraer. Así tenemos que ser los cristianos, centrados en el Señor. Entusiasmados. Como la embarazada que se centra en el niño que viene.
La esperanza siempre es humilde. Atrévete a confiar, a ponerte en sus manos.
La esperanza implica una alegría que no se puede quitar. Todo es fácil con la Virgen María. 
La esperanza incluye paciencia. Siempre la integra, para afrontar todos los obstáculos de la vida. Porque Dios no te pide éxitos, sino que seas fiel.
Por eso le pedimos hoy a Ella : "danos la esperanza".

Tener especial confianza en esta Navidad, que hay que vivir como si fuera la última.


lunes, 17 de diciembre de 2018

Destacados del P. David Belmonte del segundo día del Triduo a María Santísima de la Esperanza


Foto: N.H.D. Ernesto Romero

El sentido de que la Iglesia nos ponga esta larga lista de la genealogía de Jesucristo es que Dios se mete en la Historia. Y en una Historia de pecado. 
El Mesías vendría, por tanto, de la casa de David, y ello en colaboración de María. Su papel es fundamental en la Historia de la Encarnación. Ella acepta ser la Madre de Dios y la Madre del Redentor.
Dios viene a través de María cómo Jesús, el Cristo, el Salvador, que viene a salvarnos del infierno.
La Encarnación viene a salvarnos desde la raíz del pecado. El amor de Dios no es en broma. Sus cinco Llagas demuestran que te ha amado muy en serio.
María se hace corredentora. En Ella contemplamos la obra perfecta de lo que el Señor quiere hacer. Lo que en Ella Dios ha hecho, lo quiere hacer en todos los bautizados.
Lo que necesita el mundo hoy es esto. La Historia sigue, pero lo que necesita el hombre es ser rescatado del pecado.
Y esto se recibe en su Iglesia por le sacramento de la reconciliación.
Si te sientes sin fuerza, mira a la Virgen. Para Dios no hay nada imposible. Una excesiva contemplación de las dificultades es una falta de esperanza.
Oh María Santísima de la Esperanza, aquí estamos tus devotos. Que en esta octava de la Navidad sea capaz de abrirme cómo Tú a esta acción salvadora de tu Hijo.
  

domingo, 16 de diciembre de 2018

Destacados del P. David Belmonte del primer día del Triduo a María Santísima de la Esperanza


Foto: N.H.D. Marco A. Velo


Este domingo la Liturgia se viste de este color que ya nos trae la alegría de la Navidad.
El profeta Sofonías ya nos llama a la alegría.

El misterio del Señor ha querido manifestarse con el dolor y el sufrimiento.
Él se establece a través de nosotros a través de la encarnación. Porque el Señor quiere estar con nosotros. Pero se nos pide conversión.

Nos pide que seamos humildes, pero también ayuda a los que se sienten deprimidos.
San Juan Bautista nos dice que tenemos que vivir en el amor. María Santísima es puro modelo. Sí hay algo en lo que es modelo María Santísima de la Esperanza. Aunque llevemos muchos advientos y navidades vividas aún tenemos solución.

La dificultad más grande es la falta de esperanza. Decimos "hay que ver cómo está el mundo, cómo son los curas... ".  Pero en el primer día del Triduo tenemos que esperar esto. El Señor quiere hacerte santo. El Señor ha padecido y ha tenido sus Llagas para ello. De buenas personas está llena el infierno; el Señor quiere hacerte santo.

San Juan habla en un lenguaje esponsal. La vida cristiana es amistad con Cristo esposo. Esta esperanza se cumple en María. Que a Navidad lleguemos con una alegría desbordante.



sábado, 15 de diciembre de 2018

viernes, 14 de diciembre de 2018

Evangelio y comentario


Fuente: ALFA Y OMEGA

III Domingo de Adviento (ciclo C)
«El pueblo estaba expectante»

Una de las notas que predomina en el tercer domingo de Adviento es la invitación a la alegría. Pese a que el término no se encuentra de modo explícito en el Evangelio de hoy, Lucas nos sitúa en una atmósfera de esperanza ilusionante en la que distintos tipos de personas formulan preguntas a Juan. En primer lugar, se cita a «la gente» en general, para más abajo concretar que algunas de estas personas eran publicanos y soldados. El clima del Evangelio está dominado por la idea de que algo nuevo va a suceder, habiendo sido preparado por la primera lectura, del libro de Sofonías, que comienza precisamente con las palabras «Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel», y más adelante subraya que el júbilo tiene su causa en que el Señor está en medio de su pueblo. Con todo, es en la segunda lectura, de la carta de san Pablo a los filipenses, donde se halla la invitación más nítida a la alegría. La frase «alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos», no solo sobresale en el pasaje de la epístola, sino que se ha incorporado al canto inicial de la Misa del día, Gaudete in Domino Semper, marcando el carácter de este domingo, conocido con el nombre de Gaudete, que significa precisamente alegraos.

El Señor está cerca
La aparición en la celebración de elementos que invitan al entusiasmo, dentro de un período litúrgico más propio para contener el gozo, pretende resaltar que la esperanza, la otra gran idea de este día, encierra en sí ya un verdadero gozo. De hecho, únicamente si existe la esperanza hay también plena alegría y optimismo. El texto del Evangelio plasma el gozo a través de la entrada progresiva en la escena de distintos personajes que interrogan al Bautista sobre cómo prepararse mejor ante lo que va a suceder. La respuesta de Juan es concreta: compartir, no oprimir al indefenso ni hacer extorsión; en definitiva, practicar la justicia y vivir la caridad con el prójimo. La convicción de que el Señor está cerca quiere orientar a los discípulos de Juan a un cambio de corazón, en la línea con lo exigido desde antiguo por los profetas (el cumplimiento del derecho y la lealtad). Juan, culminación del profetismo de Israel no se distancia de la predicación de sus predecesores, sino que confirma con su vida y su enseñanza que el verdadero culto a Dios no debe focalizarse en el ofrecimiento de holocaustos y sacrificios externos. Lo verdaderamente agradable a Dios serán los sacrificios espirituales que exigen una conversión del corazón.

El testimonio de la alegría
Durante estos días no son pocos los que viven las fiestas para las que nos preparamos con cierta nostalgia. Son jornadas entrañables y familiares en las que a menudo puede haber también lugar para la tristeza, debido al sufrimiento, a la enfermedad o a la ausencia de quienes nos acompañaron durante otros años y hoy ya no se encuentran con nosotros. Sin embargo, la alegría que nos proporciona la llegada del Señor no debe concebirse como el simple contrapeso ante una melancolía o desconsuelo personal o colectivo. La fe en Jesucristo, que viene y está con nosotros, nos permite superar el nivel del mero sentimiento, penetrando de un modo nuevo el misterio que celebramos. En este sentido, tampoco las malas noticias, como catástrofes naturales, hambrunas o desempleo constituyen de por sí un óbice para vivir con plena ilusión el Adviento y la ya cercana Navidad. A quienes hemos recibido el anuncio de la salvación de Dios se nos ha permitido ser testigos de una salvación real, que nos impulsa a comunicar a los demás que, si bien los males individuales o sociales que nos acechan tienen cierto influjo en la vida del hombre, el mal definitivo ha sido derrotado para siempre gracias al paso del Señor en nuestra vida. En la medida en que somos transmisores de este hecho es posible acrecentar también en nosotros el gozo de sabernos definitivamente salvados por el Señor.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid




Evangelio

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué debemos hacer?». Él contestaba: «El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?». Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?». Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.


 Lucas  3, 10-18






domingo, 9 de diciembre de 2018

Rogad a Dios en caridad por el alma de doña Gloria Martínez García, madre del vestidor de nuestra Dolorosa




Hoy ha fallecido la Sra. Dña. Gloria Martínez García, madre de don Jesús Tamayo Martínez, vestidor de María Santísima de la Esperanza. Permanece en el tanatorio de Jerez hasta las exequias que se celebrarán mañana lunes en la Parroquia de San Pedro a las 11,30 de la mañana.



Rogad a Dios en caridad por el alma de don Isidoro García Martínez, padre y abuelo de hermanos de la Hermandad




Ayer falleció a la edad de 87 años el Sr. D. Isidoro García Martínez, padre de N. H. D. Fernando e Isidoro García Carrasco y abuelo de Nª Hª Dª Mónica García Bazán. Las exequias por su eterno descanso se celebrarán en el tanatorio de Jerez a partir de las 17,00 horas de hoy domingo.


 

sábado, 8 de diciembre de 2018

Así luce nuestra Dolorosa el mes de diciembre


Fotos: N.H.Dª María Ruiz-Henestrosa y N.H.Dª Rosario Lupión







Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

II Domingo de Adviento (ciclo C)
«Vino la Palabra de Dios sobre Juan»

Tres son los personajes que nos acompañan durante este tiempo de Adviento: en primer lugar, los profetas. El domingo pasado escuchábamos el anuncio de salvación realizado por Jeremías. Hoy, de nuevo, otro profeta: Baruc, ayudante de Jeremías, quien se encargará de transmitir el optimismo hacia los habitantes de Jerusalén, tras tantos años de destierro en Babilonia. La segunda y principal entrada en escena será la de María, la madre de Jesús. Sin embargo, su aparición se reservará al cuarto domingo de Adviento. Por último, encontramos a Juan Bautista, quien es presentado por Lucas como el precursor del comienzo de la vida pública del Señor.

Un acontecimiento histórico
Tras la Muerte y Resurrección del Señor, la primitiva comunidad de los discípulos se va extendiendo paulatinamente por Palestina y por la cuenca del Mediterráneo. Según pasaban los años eran cada vez menos los que habían conocido a Jesús antes de su Pasión. Por ese motivo hubo quien dudó de que Jesús hubiera existido realmente o, aun habiendo vivido en Palestina en los primeros treinta años del siglo I, que muriera y resucitara realmente. Por eso Lucas, cuidadoso con los detalles, al plasmar por escrito los acontecimientos más relevantes de la vida del Señor, trata de precisar las circunstancias históricas, de sobra conocidas por las crónicas oficiales del Imperio, que rodearon el comienzo de la predicación pública del Señor y que nos sitúan en la Palestina de los años 27 y 28 de la era cristiana. Trazando con gran precisión las coordenadas espacio-temporales de la predicación del Bautista se pretende no tanto valorar la figura del precursor, como disipar las ideas de que Jesús fuera un mito o de que los acontecimientos narrados por el evangelista fueran interpretados como leyendas sin base histórica.

En la línea de los profetas
San Lucas muestra predilección por introducir al Bautista como el continuador y el último de los profetas. De hecho, presenta a Juan vinculado al nacimiento del Salvador, como recordamos diariamente a través del canto del Benedictus en las laudes, recordando que el Señor «ha visitado y redimido a su pueblo». Precisamente la primera lectura de hoy, de Baruc es la invitación a despojarnos del luto y de la aflicción para comenzar a andar por el camino allanado que Dios ha preparado a su pueblo; un itinerario que, sin embargo, es necesario realizar por cada uno. Cuando el Bautista nos invita a preparar el camino del Señor está invitándonos a dirigir nuestra mirada hacia el Señor que ya viene. Se ha cumplido el tiempo y el Señor se manifestará.

La Palabra que crea y salva
Cuando el Evangelio afirma que «vino la Palabra de Dios sobre Juan» se nos está indicando que hay una novedad, que algo va a suceder. Recordamos que la Palabra estaba presente en la creación del mundo, cuando «en el principio existía la Palabra». En pocos días recordaremos también que esa Palabra se hizo carne, de manos de María. En definitiva, cada vez que entra en juego la Palabra de Dios se pone de manifiesto que comienza la existencia, la vida o la salvación. Y, puesto que esta Palabra es eficaz, aquello que empieza ya no se detiene. Ahora bien, ello no significa que nuestra posición deba ser la de la pasividad. Para que la Palabra sea plenamente eficaz es preciso mantener una actitud de confianza en las promesas que el Señor realiza, al mismo tiempo que llevar adelante el compromiso de colaborar en allanar los senderos y rebajar los valles. En esta salida al encuentro del Señor que ya viene los cristianos debemos eliminar todo lo que impide la marcha hacia el Señor. Ese es el motivo por el cual Juan predicó un bautismo de conversión. No buscaba que sus discípulos realizaran un rito más de purificación habitual, sino que fueran preparados para la novedad de la llegada del Señor y la salvación definitiva que el traería.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid




Evangelio

En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios».




Lucas  3, 1-6





viernes, 7 de diciembre de 2018

Destacados del P. Xavi Catalá, O.P. del tercer día del Triduo a la Inmaculada del Voto


Foto: N.H.D. Ernesto Romero



Día hermosísimo del calendario de la Iglesia Católica. La Iglesia no se inventa dogmas. Reconoce lo que viene de la revelación.
A nosotros Dios nos da una oportunidad. Tenemos la posibilidad de ser santos.
Con la bula Ineffabilis Deus Pío IX proclama el dogma.

A unos les toca una cosa y a otros, otra. El Señor, un día que tenía que venir al mundo, no cogió un seiscientos, sino un Audi de alta cilindrada. No es algo genético, sino que Ella fue preservada.

El pecado, según el Génesis, lo vemos como una transgresión. Pero más que una transgresión, es una desfiguración del hombre, pues Dios lo ha creado a su imagen, y con el pecado esa imagen se desfigura.
Cuando optamos por el pecado optamos por el equipo perdedor, y nos damos cuenta en seguida porque nos sentimos tristes.
Pero en la confesión optamos de nuevo a la salvación.  Vivir en gracia es vivir contentos.

Y gracias a España, porque en el siglo XV ya lo proclamó. Debemos estar orgullosos. 
Bajo el manto de la Virgen cabemos todos.


jueves, 6 de diciembre de 2018

Destacados del P. Xavi Catalá, O.P. del segundo día del Triduo a la Inmaculada del Voto



Foto: N.H.D. Ernesto Romero



Tenemos en la liturgia de hoy una palabra esperanzadora.
Una Hermandad tiene que ser una reserva natural par vivir en Dios.Las Hermandades son una célula para evangelizar a la sociedad.
De la roca sale agua, como del costado del Señor traspasado por Longinos.

Para los antiguos era imposible predicar una cosa y hacer otra.
En una relación hay que meter la voluntad y la razón aparte de los sentimientos. Tenemos que esforzarnos por edificar la vida sobre algo sólido. 

Acudimos a María para que nos ayude a ser voluntariosos en la vida cristiana.