BLOG OFICIAL DE LA HERMANDAD Y COFRADÍA DE NAZARENOS DE LAS SAGRADAS CINCO LLAGAS DE CRISTO, NUESTRO PADRE JESÚS DE LA VÍA-CRUCIS Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA ESPERANZA
Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

miércoles, 30 de junio de 2021
martes, 29 de junio de 2021
lunes, 28 de junio de 2021
Destacados de Fray Julián Bartolomé Rivera, O.F.M., en la charla de formación franciscana del pasado viernes
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Foto: N.H.D. José Soto |
Una Hermandad
tiene que ser fundamentalmente una fraternidad (el término latino del que
procede – frater- significa hermano).
San Francisco
siempre consideró a sus hermanos como un don del Señor.
Él insiste en
la Eucaristía como centro de la fraternidad. Francisco se hizo hermano porque
en todas las criaturas descubrió al Altísimo.
La fraternidad es un lugar hecho para
servir. Servir es una de las claves de la espiritualidad franciscana.
La hermandad
a la que nos lleva San Francisco es abrirse a lo universal, ya que no se puede
vivir el Evangelio en soledad.
Pero cuidado,
porque la maledicencia mina la fraternidad.
Hay que creer
en el hermano, porque su progreso y su conversión siempre es posible.
La alegría de
Francisco consistió en ayudar a cada uno
a llegar a todas sus posibilidades.
Ser hermano es buscar la paz. Haber hecho
de la paz una opción de vida. Dejamos todavía bastante que desear a nivel de
paz.
La
fraternidad ora y busca al Señor por encima de todas las cosas. Seguir las
huellas de Cristo consiste en vivir siempre movidos por ese espíritu.
¿Qué implica
ser franciscano? Es vivir el Evangelio; y eso no se lo puede apropiar nadie,
porque es universal. Vivir el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo como
anuncio gozoso del Señor para con todos nosotros. La llamada que escucharon Francisco
y Clara continúa siendo actual.
Los puntos fuertes de la espiritualidad
franciscana son la centralidad del misterio de Dios y la misión por la vida
fraterna. El sacramento del hermano
está en el corazón de la identidad franciscana. Todo hombre es para mí un
hermano. Si vivimos nuestra fe profunda que de sentido a nuestra existencia ,
en comunidad de fiesta y de perdón, siendo distintos del mundo, nos
presentaremos como hermanos y servidores, como menores.
La misión está
en respetar todo lo que existe, aportando serenidad, paz y alegría
franciscanas, la felicidad y el gozo de vivir. Y como decía San Francisco: “comencemos,
hermanos, que hasta ahora poco o nada hemos hecho”.
sábado, 26 de junio de 2021
Evangelio y comentario
Fuente: ALFA Y OMEGA
XIII
Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)
La
cercanía con el que sufre
En continuidad con el domingo pasado, tenemos ante
nosotros una nueva muestra de dominio y poder sobre una realidad que pone en
peligro la vida del hombre. Si en la tempestad calmada Jesús era capaz de
dominar los fenómenos meteorológicos, de nuevo vamos a ver su fuerza ante una
realidad que acecha al hombre, e incluso históricamente ha fomentado que se
cuestione la misma existencia de Dios: la existencia de la enfermedad y de la
muerte. No son pocos, de hecho, quienes ante el dolor y el sufrimiento se
rebelan contra Dios o llegan a negar su presencia en el mundo. San Marcos nos
coloca frente a dos momentos que manifiestan cómo actúa el Señor: la curación
de una mujer que desde hacía mucho tiempo padecía hemorragias y la resurrección
de la hija de Jairo, el jefe de la sinagoga. En estos versículos asistimos a
una respuesta privilegiada: la que Jesús en persona da a quien vive afligido
ante la amenaza de la enfermedad o la muerte, mostrándonos que el Reino de Dios
está presente entre nosotros. De nuevo un domingo más vemos que su acción
refleja el señorío y dominio de Jesucristo como Señor de la vida plena, en la
que ha de ser eliminado cualquier atisbo de enfermedad y sufrimiento. Jesús nos
dice que aunque estos sean una realidad humana no tienen, en cambio, la última
palabra. Así lo presenta también el libro de la Sabiduría, uno de cuyos pasajes
leemos este domingo como primera lectura: «Dios no ha hecho la muerte», sino
que esta entró en el mundo a causa de la envidia del diablo. Igualmente hay una
referencia a la creación, cuando se señala que Dios ha hecho al hombre a imagen
de su propio ser, remitiéndonos, al mismo tiempo, a la bondad de la creación
que manifiesta el libro del Génesis. En línea con el interés mostrado por Jesús
en responder a los problemas reales de las personas con las que se encuentra,
el pasaje de este domingo contempla dos planos de la salvación: en primer
lugar, la salud física. Este es el sentido primero e inmediato que se descubre.
El Señor suprime un mal que aqueja a alguien, provocando la admiración y el
reconocimiento entre quienes son testigos de ello. En segundo lugar, lo
sucedido remite a la identidad de su artífice, desencadenando la pregunta sobre
quién es Jesús. En este sentido, junto a la revelación de su persona, los
discípulos fueron descubriendo progresivamente que las acciones curativas del
Señor eran signo de la salvación completa que Dios ha venido a traer al hombre
mediante su Hijo. A través del encuentro con Jesucristo el hombre descubre que
la salvación íntegra no puede circunscribirse a la mera salud física, a una
ausencia de aflicción o a solucionar un determinado aspecto parcial de nuestra
existencia; el hombre aspira a una salud total y definitiva, para lo cual
Jesucristo aparece como la verdadera respuesta.
Los gestos
concretos
No es indiferente el modo concreto a través del
cual Jesús lleva a cabo la salvación. Aparte de las palabras del Señor, el
Evangelio da cuenta de varios gestos, tales como la imposición de manos, el
contacto con el manto o el hecho de coger de la mano a la niña. El encuentro de
Jesús con la hemorroísa, ampliamente difundido en la iconografía cristiana, ha
servido siempre como paradigma de comprensión de lo que sucede cuando la
Iglesia celebra los sacramentos. Así, el Catecismo de la Iglesia católica se
refiere a ellos como a fuerzas que brotan del Cuerpo de Cristo. Con todo, en
ninguno de los dos episodios de este domingo podemos pasar por alto la enorme
confianza tanto de Jairo como de la mujer que padecía flujos de sangre. La
eficacia de la acción del Señor, pues, es real, pero ello no significa que Dios
fuerce la voluntad. En definitiva, solo es posible acceder a la salvación que
Dios prepara para nosotros si respondemos afirmativamente a lo que Él nos
propone.
Daniel A. Escobar Portillo
Delegado episcopal de Liturgia de Madrid
Evangelio
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca
a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al
mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se
echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven,
impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». Se fue con él y lo seguía
mucha gente. Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se
ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que
hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No
permitió que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de
Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de
los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo: «¿Qué
estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta, está dormida». Se
reían de Él. Pero Él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la
niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le
dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña
se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía 12 años. Y quedaron fuera de sí
llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase, y les dijo que dieran
de comer a la niña.
Marcos 5, 21-24. 35b-43
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miércoles, 23 de junio de 2021
El hermano Tesorero, don José Soto Rodríguez, representó a nuestra Hermandad en el último Pleno de Hermanos Mayores
Asímismo, la Unión de Hermandades
de Jerez ha hecho pública en el día de hoy esta nota de prensa:
"El consejo local de esta Unión de Hermandades, hace partícipe a los
Hermanos Mayores y medios de comunicación, de la inauguración el próximo
jueves 24 de Junio a las 21.00h y en la sede del Consejo en la calle
Curtidores, de un azulejo conmemorativo obra de Cerámica Nazaret, para Memoria
e Historia de nuestras Cofradías, donde quedará reflejado la concesión por
parte de la Casa de su Majestad el Rey, del título de Real a la Unión de
Hermandades de Jerez, aceptando S. M. el Rey Felipe VI la Presidencia de Honor
de nuestra entidad."
lunes, 21 de junio de 2021
El próximo viernes día 25 tras los Rezos semanales, charla de FORMACIÓN FRANCISCANA
Como fue anunciado en
su momento, de cara a la concesión para nuestra Hermandad del título de FRANCISCANA, y tras el paréntesis que
para la formación ha supuesto el tiempo de pandemia, se van a retomar tan
interesantes charlas formativas.
Nuestro Director
Espiritual, Fray Julián Bartolomé Rivera, O.F.M., nos dirigirá la última de las
sesiones de formación franciscana que tendrá lugar el próximo viernes 25 de
junio en la Capilla
del Voto tras los Rezos semanales.
sábado, 19 de junio de 2021
Evangelio y comentario
XII
Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)
«¡Hasta
el viento y el mar le obedecen!»
A menudo nos encontramos con situaciones en
nuestra vida en las que podemos experimentar gran paz y tranquilidad; en otros
momentos, en cambio, parece que todo se nos tambalea y podemos sentirnos
confusos o preocupados ante determinadas circunstancias que nos cuestionan
nuestro horizonte vital. Si la semana pasada san Marcos nos animaba a tener
confianza ante la llegada del Reino de Dios como una realidad que, aunque
visible y poco aparente, tiene gran fuerza por tratarse de una semilla plantada
por el mismo Creador, este domingo el evangelista nos sitúa ya ante acciones
concretas de Jesús. A través de una descripción que nos hace casi palpar y ver
las imágenes de lugar, vemos, de una parte, una situación externa, dominada por
la tormenta y el vaivén de la barca por las olas, al mismo tiempo que un miedo
subjetivo ante los posibles efectos de este intenso fenómeno meteorológico. Sin
duda, el punto de inflexión de la narración lo constituyen las contundentes
palabras del Señor: «¡Silencio, enmudece!», tras las que de inmediato
desaparece el peligro objetivo y, por consiguiente, el miedo entre los
discípulos. Sin embargo, al igual que ocurre con otros ejemplos de portentos
realizados por Jesús, sería parcial comprender este pasaje como una simple
manifestación del poder del Cristo, Señor también de la creación. El milagro de
la tempestad calmada va a ser la oportunidad para que quienes albergan alguna
duda sobre la identidad del Señor, lo reconozcan como su Señor y su Dios. Si
nos centramos en cómo actúa Jesús en la barca, lo primero que percibimos es que
estaba durmiendo. De hecho, existe un contraste casi imposible entre la
tormenta, las olas rompiendo y las probables expresiones de miedo de sus
discípulos, por un lado, y el Señor plácidamente dormido sobre un cabezal. En
esta circunstancia, sin embargo, hay algo interesante: cuando uno piensa en ese
momento intuye ya que Jesús, incluso dormido, tenía dominada la tormenta y sabe
que nada les iba a pasar. Esa intuición la tendremos igualmente dentro de dos
domingos, cuando veamos al Señor siendo reclamado por Jairo, cuya hija estaba
extremadamente grave: aunque no conociéramos el milagro, el lector sabe con
anticipo que la niña no va morir de esta enfermedad.
Como el paso
del mar Rojo
Jesús
brilla como verdadero y único artífice del milagro. Si a ello sumamos que para
la cultura de la época el mar era sinónimo de lo incontrolable, de una fuerza
desmesurada, imposible de contener, o de un lugar habitado por seres
desconocidos y terribles, potencialmente amenazantes y, en cierto modo
diabólicos, el Señor muestra ahora un poder superior frente a las potencias del
mal. Job lo deja entrever también en la primera lectura de la Misa. Pero
todavía existe un episodio aún más memorable y paradigmático en el Antiguo
Testamento con respecto al señorío de Dios sobre las aguas: el paso del mar
Rojo. Allí fueron liberados de la esclavitud, en un anticipo de la salvación
definitiva que se realizaría siglos después por medio de Jesucristo. Desde
antiguo se ha asumido la imagen de la barca para referirla a la Iglesia,
metáfora que presenta a la misma en su faceta humana y de debilidad,
susceptible de ser tambaleada y agitada, pero que también, a la luz del
Evangelio de este domingo, podemos verla dirigida por el mismo Cristo. Nuestra
propia vida de fe está, asimismo, marcada por momentos en los que se alternan
la agitación y la incertidumbre, y por otros de mayor paz interior. Por eso los
cristianos de todos los tiempos estamos llamados a vivir la confianza y la fe
en la acción de Dios, aunque pensemos que, como en el Evangelio, está ausente,
dormido o indiferente con respecto a lo que nos aflige. Por último, este
episodio supone una llamada a la oración perseverante sin desanimarnos jamás y
sin pensar que podemos incordiar a un Dios que, sin que lo percibamos, está
siempre pendiente de nuestra vida.
Daniel A. Escobar Portillo
Delegado episcopal de Liturgia de Madrid
Evangelio
Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus
discípulos: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la gente, se lo llevaron en
barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte
tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él
estaba en la popa, dormido sobre su cabezal. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Se puso en pie, increpó al viento y
dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». El viento cesó y vino una gran calma. Él
les dijo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Se llenaron de miedo y
se decían unos a otros: «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar le
obedecen!».
Marcos 4, 35-40
viernes, 18 de junio de 2021
La crisis obliga a Cáritas Diocesana a elevar a 3 millones su inversión en 2020
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Presentación de la
Memoria de Cáritas 2020: el director Juan González, el administrador apostólico
Federico Mantaras, la coordinadora Mila Díaz y el secretario general Manuel
Pareja |
Fuente: COPE Jerez
Que las cosas se han
ido poniendo peor por lo que a la atención de personas desfavorecidas se
refiere no era nuevo. Pero este miércoles en el que Cáritas Diocesana de
Asidonia-Jerez ha presentado su memoria anual corresponiente a 2020 hay cifras
que permiten ya evaluar en qué porcentajes ha sido preciso incrementar los
recursos puestos a disposición de la causa: ha sido preciso subir a los 3
millones de euros la cantidad al servicio de sus labores asistenciales y
programas específicos porque las cifras de personas atendidas ha
llegado a las 24.447.
La emergencia
social y sanitaria producida por la Covid-19 marca el balance presentado en
un ejercicio de transparencia que ha contado con las intervenciones de Federico
Mantaras, administrador diocesano, y Juan Pérez, director de Cáritas
Diocesana, así como Manuel Pareja y Mila Díaz, secretario general y
coordinadora general de esta organización eclesial respectivamente. Y el "año
especial y doloroso en el que Cáritas ha multiplicado en la Diócesis sus
esfuerzos para poder seguir cerca de las personas más vulnerables y soportar el
incremento de peticiones de ayuda" ha presidido el contenido de la
rueda de prensa.
3 DE CADA 10 HOGARES SIN INGRESO ALGUNO
Las familias que
nunca habían acudido a la entidad son el santo y seña de las novedades que
las cifras desvelan. "De hecho, tal y como indica el Observatorio de la
Realidad Social realizado por Cáritas a nivel nacional, y centrado en la crisis
de la Covid-19, el impacto de la pandemia en los ingresos de los hogares
ha sido de tal envergadura, que ha provocado que tres de cada diez hogares, no
dispongan ahora mismo de ningún ingreso. Además, la paralización de una parte
importante de la economía por la pandemia ha Provocado una rápida subida del
desempleo, así como un incremento de la precariedad e inestabilidad laboral.
De este modo, el
incremento del desempleo para las familias más vulnerables (acompañadas por
Cáritas) ha sido ocho veces superior al incremento medio. A ello se une que
existen nuevos elementos de precariedad que la pandemia ha incorporado entre
los que destacan la exposición al contagio y la fragilidad ante eventuales
cuarentenas, que dificultaría considerablemente el trabajo y los ingresos para
el 71% de las personas vulnerables que están trabajando.
INCREMENTADA LA POBREZA ENERGÉTICA
En 2020 también se
pone de relieve la delicada situación de la vivienda, ya que se ha incrementado
el número de personas que viven en hogares que no pueden hacer frente a los
gastos de suministros de su vivienda, es decir, no pueden calentarse
adecuadamente o no pueden encender la luz siempre que lo necesitan. Para
casi el 45% de los hogares atendidos por Cáritas afrontar los gastos derivados
de la vivienda supone una grave dificultad, tal y como indica el informe
mencionado anteriormente. Otro de los fenómenos destacados de esta pandemia es
el aumento de la brecha digital, ya que el confinamiento y la
adaptación a las restricciones actuales ha acelerado la imparable
digitalización de la sociedad y ha incrementado la desigualdad.
De hecho, muchas
personas acompañadas por Cáritas han encontrado barreras para realizar
gestiones telemáticas como la petición del Ingreso Mínimo Vital, ya que,
en numerosas ocasiones, no tienen ni los conocimientos ni los medios como para
realizar estas gestiones y se ven desbordadas. Otra de las consecuencias del
estado de alarma y de las distintas intensidades de confinamiento han sido
las dificultades y las necesidades relacionadas con la conciliación, que
han vivido las familias con menores de edad, monoparentales o con personas
mayores con una situación de dependencia o discapacidad. Unido al
incremento de las situaciones de soledad por el aislamiento, que ha afectado
especialmente a las personas mayores.
LA RESPUESTA DIOCESANA ANTE LA PANDEMIA
Durante el pasado
año, Cáritas Diocesana incrementó sus esfuerzos para atender a 24.447
personas, un 23% más respecto al año anterior. Del total de personas
beneficiarias, 10.757 pertenecen al término municipal de Jerez. En cuanto
al perfil mayoritario de las personas acompañadas, se observa que son mujeres
(72%), de nacionalidad española (85%), de entre 45 a 64 años (46%) y
que forman parte de un hogar formado por una pareja con hijos (41%). En
relación a las principales demandas recibidas, y por tanto las respuestas
ofrecidas por la entidad, cabe destacar que el primer lugar lo ocupan las necesidades
básicas (84,4%), seguidas por los gastos asociados a la vivienda y el pago
de suministros (33,6%) y el empleo y la formación (27,5%).
Ante la situación de
emergencia sanitaria, Cáritas Diocesana multiplicó durante el pasado año las
acciones de acompañamiento y se reinventó para poder seguir cerca de las
personas más vulnerables. De este modo, durante los meses de confinamiento
domiciliario, la entidad recibió más de 7.350 llamadas de emergencia a
través de los números de teléfono habilitados y puso en marcha un servicio de
acompañamiento telefónico para paliar la soledad de personas que no
contaban con redes de apoyo. También se activó una iniciativa de apoyo
socioeducativo para menores de familias vulnerables que ponía el foco en la
desigualdad educativa que viven los niños, niñas y adolescentes en situación de
exclusión social.
El volumen de datos
aportado por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez es abrumador. Tanto como el
sobreesfuerzo de técnicos y voluntarios permanentes o aquellos que no lo eran
habitualmente pero que han entendido que la situación merecía arrimar el hombro
a esta entidad eclesial. Por todo ello, los comparecientes en este
presentaciín de la memoria 2020 han hecho gala de gratitud por cuanto
afortunadamente se ha podido hacer. Preparados están para continuar en
esta briega que promete mantener el nivel de exigencia detectado el pasado año
y también en el primer semestre de 2021. Pero esto último ya formará parte de
la siguiente memoria.
miércoles, 16 de junio de 2021
Pablo Baena Rodríguez queda ratificado como pregonero de la Semana Santa de Jerez para 2022
El Consejo directivo de la Unión
de Hermandades de Jerez junto a los tres candidatos a la presidencia del
Consejo: D. José Luis Sánchez, D. Antonio Yesa y D. José Manuel García, anunció
ayer el nombramiento de D. Pablo Baena Rodríguez, como pregonero de la Semana
Santa de 2022.
martes, 15 de junio de 2021
Monseñor José Ángel Saiz Meneses tomó posesión como Arzobispo de Sevilla
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Saiz Meneses, junto a sus dos antecesores, Asenjo y Amigo Vallejo. - J. M. Serrano |
Fuente: ABC - Javier Rubio
«El desafío de la desvinculación y la
liquidez, porque hemos pasado de una sociedad moderna que buscaba la solidez en
los grandes principios, a una sociedad posmoderna líquida y voluble. Como
consecuencia, la fragmentación de las vidas, la desconfianza, la precariedad de
los vínculos humanos. También el nuevo desafío del enjambre digital, en que
cada uno se construye su propio mundo, y acaba originándose una suma de
individualidades que nunca llegan a ser un’nosotros’».
Este párrafo de Saiz Meneses señala el
principal desafío –la secularización, en suma– que se le plantea a la Iglesia
de Sevilla al asumir el oficio el prelado número 130 de su episcopologio.
El nuevo prelado sevillano se encargó de
definir el modelo que busca para la porción del pueblo de Dios que desde ayer
pastorea: «Una Iglesia que se conmueve, que se compadece y se acerca, que
afronta las situaciones y aplica los remedios adecuados, que cura las heridas y
ofrece calidez al corazón, como Jesús». Frente al «enjambre digital» con sus
celdas independientes de la colmena, «la amistad vivida en la comunidad
cristiana».
Su mensaje fue profundamente cristológico,
centrado en la persona de Jesucristo, pero en la misa de toma de posesión quiso
sevillanizar este mensaje y para ello se valió de los mártires (las santas
patronas Justa y Rufina o la beata Victoria Díez fusilada en Hornachuelos al
inicio de la Guerra Civil), los evangelizadores (San Leandro y, sobre todo, San
Isidoro de Sevilla) y otros santos hispalenses como San Fernando, el beato
Marcelo Spínola (el obispo de los pobres), San Manuel González (el obispo de
los sagrarios abandonados) o ese joyel que atesoran las hermanas de la Cruz en
las dos santas de la compañía: sor Ángela y madre María de la Purísima.
Homilía directa
y sin adornos
Fue una homilía directa y sin adornos. Sin
apuntes teológicos ni citas de la Escritura ni de los santos en refuerzo de sus
planteamientos, muy pegados a la actualidad que se vive en los núcleos urbanos
de Tarrasa, de donde procede, como de Sevilla, a la que desde ahora va a
servir.
Se echó en falta, eso sí, alguna
referencia más detallada de las hermandades y cofradías que constituyen un
hecho diferencial de la religiosidad popular sevillana, se mire por donde se
mire. Tal vez porque ese jalón del discurso le correspondió a monseñor Asenjo,
que en su breve alocución al resignar el cargo dejó esta recomendación que él
mismo hubiera agradecido cuando inició su pontificado: «Te esperan cerca de 700
hermandades y cofradías, una auténtica riqueza en esta Iglesia particular.
Quiérelas, valóralas y acompáñalas. Que sientan tu cercanía y tu calor. Son un
dique formidable contra la secularización».
Monseñor Saiz Meneses estuvo acompañado en su
toma de posesión por cerca de cuarenta prelados, entre cardenales, arzobispos y
obispos, algunos de ellos ya eméritos. Estuvo la plana mayor del episcopado
español con el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de
Barcelona, Juan José Omella, a la cabeza; también el cardenal Cañizares,
arzobispo de Valencia y los eméritos Amigo y Rouco. Estuvieron
presentes, casi al completo, los titulares de las provincias eclesiásticas de
Sevilla (Cádiz, Córdoba, Huelva, Jerez a través de su administrador
apostólico), Granada (con la excepción del dimisionario de Jaén) y todas las
diócesis catalanas a excepción de Tarragona y Lérida.
Autoridades
En cuanto a las autoridades civiles y
militares presentes, encabezaban la nutrida representación el alcalde de la
ciudad, Juan Espadas, por el cabildo civil; el teniente general José
Rodríguez como general jefe de la Fuerza Terrestre; y la consejera de
Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, por el gobierno
regional.
Para la celebración eucarística en sí, se
entronizó a la Virgen de los Reyes en el altar del jubileo de
Laureano de Pina ante el que tuvo lugar la ceremonia, iniciada con el ingreso
en la Catedral por la puerta de la Asunción o de los Reyes, acceso principal
del templo metropolitano cuya apertura excepcional tiene en la entrada a la
sede de un nuevo obispo uno de sus motivos.
En el introito de la ceremonia, el
nuncio Bernardito Auza hizo aprecio de monseñor Asenjo como «pastor
delicado solícito y cerca». Y presentó al nuevo ordinario como alguien cuyo
lema episcopal ‘Duc un altum’ «es expresión de confianza en el Señor y ardor
pastoral». Le exhortó a hacer de la unidad tarea de su episcopado.
La capilla musical, a cargo de Herminio
González Barrionuevo y el organista Carlos Navascués, subrayó con solemnidad el
acto litúrgico cantando la misa pontifical de Perosi.
sábado, 12 de junio de 2021
Evangelio y comentario
Fuente: ALFA Y OMEGA
XI
Domingo del Tiempo Ordinario (ciclo B)
«¿Con
qué podemos comparar el Reino de Dios?»
Retomamos los domingos del tiempo ordinario a
través de una lectura semicontinua del Evangelio de san Marcos, que nos
acompañará hasta el final del año litúrgico, con la excepción de varios
domingos de verano en los que escucharemos el capítulo sexto de san Juan con el
conocido discurso del Pan de Vida. A diferencia de otros evangelistas, el
núcleo del Evangelio de Marcos no lo conforman ni las parábolas ni las
enseñanzas del Señor. Para este autor, que nos ofrece una versión breve del
Evangelio, es más importante dedicar sus páginas a mostrarnos acciones y gestos
concretos mediante los cuales Jesucristo hace patente que el Reino de Dios está
ya presente en medio del pueblo. Por esto tiene mayor relevancia, si cabe,
escuchar por boca de san Marcos las parábolas de la semilla y del grano de
mostaza, bastante cercanas para nosotros, puesto que aparecen también en Mateo
y Lucas. Como es corriente en el modo de enseñar de Jesús, la base de la
narración la conforma la comparación a modo de parábolas. El Señor utiliza aquí
el recurso del símil para hacer comprender a sus discípulos qué es el Reino de
Dios a través de dos elementos parecidos: la semilla y el grano de mostaza.
Como sabemos, son muchas las ocasiones en las que acude a realidades concretas
de la agricultura o de la ganadería, facilitando la claridad de su enseñanza.
De hecho, Marcos destacará que Jesús «les exponía la Palabra, acomodándose a su
entender». Con todo, la grandeza de la enseñanza del Señor estriba en que es
capaz de compaginar un lenguaje accesible a personas de cualquier condición o
cultura sin menoscabar la hondura de su mensaje. A la hora de acercarnos a los
discursos del Señor a quienes lo siguen es bueno pensar en los destinatarios, y
entre ellos no solo se encuentran los que oyeron estas palabras de viva voz de
Jesús, sino también todos los que a lo largo de los siglos nos encontramos con
estas parábolas. Pero si existe un grupo de destinatarios especialmente
significativo lo son, sin duda, los oyentes del evangelista que escribe. En
efecto, sabemos que el cristianismo no se fue extendiendo con la rapidez y el
vigor que los apóstoles y los primeros cristianos quizá esperarían. Cuando Jesús
consigna a los once la misión de anunciar el Evangelio hasta los confines del
orbe y reciben la fuerza del Espíritu Santo, les ofrece una misión y la
garantía de que la evangelización se llevará a cabo. Sin embargo, el Señor no
les anuncia un plazo de cumplimiento, como si de una obra humana se tratase.
Una anécdota
en el Imperio
El paso de los años fue haciéndoles ver que la
tarea que tenían por delante exigía dos cualidades, entre otras: paciencia y
confianza. Frente a la vida y costumbres romanas de la época, el cristianismo
era prácticamente anecdótico en la configuración social del Imperio.
Probablemente, al igual que nos puede suceder a los cristianos actuales, muchos
seguidores del Señor de la primera época se desanimarían al no ver un éxito palpable
de aquello a lo que tantos entregaban la vida. Por eso, pasajes como este
buscan mostrar que a pesar de las dificultades, el Reino de Dios proclamado y
cumplido en Jesucristo posee una fuerza interior que es imposible detener.
Desde siempre la fe ha convivido con la tribulación, y el misionero ha sido
enviado por el Señor para no solo perseverar sin desanimarse, sino para, ante
todo, fomentar la esperanza. La alusión al grano de mostaza posee un matiz
específico en el marco de la referencia a otras semillas. Así se nos descubre
al acercarnos a la primera lectura de este domingo, en la que, a través del
contraste entre humillar al elevado y exaltar al humilde, se confirma, por una
parte, que es Dios el que actúa, sin tener en cuenta las apariencias ni los
cálculos humanos, ya que, como canta el magnificat, «derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes». Por otro lado, no podemos olvidar que la
unión de los términos semilla, humillar y enaltecer es una inequívoca
referencia a Cristo, humillado en la cruz y enaltecido en la Resurrección,
quien es también el grano que muere para dar mucho fruto.
Daniel A. Escobar Portillo
Delegado episcopal de Liturgia de Madrid
Evangelio
En aquel tiempo Jesús decía al gentío: «El Reino
de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche
y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo sin que él sepa cómo.
La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga,
después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha
llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios?
¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es
la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que
las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a
su sombra». Con muchas parábolas parecidas les exponía la Palabra, acomodándose
a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos les
explicaba todo en privado.
Marcos 4, 26-34
jueves, 10 de junio de 2021
PRIMER SALUDO A LOS FIELES DEL OBISPO ELECTO DE ASIDONIA-JEREZ, D. JOSÉ RICO PAVÉS
¡Paz a vosotros!
El pasado 23 de mayo, Domingo de
Pentecostés, día grande de las Fiestas en honor de Ntra. Sra. de los Ángeles,
Patrona de la Diócesis de Getafe, el Nuncio Apostólico me comunicó en nombre
del Papa Francisco el nombramiento como obispo de la diócesis de
Asidonia-Jerez. Refiere el libro de los Hechos de los apóstoles que los
discípulos y apóstoles perseveraban en oración junto a la Virgen María cuando,
el día de Pentecostés, se llenaron del Espíritu Santo; Pedro entonces se puso
en pie y levantó la voz: dio testimonio de Jesús el Nazareno anunciando su
muerte y resurrección; traspasó con sus palabras el corazón de quienes le
escuchaban y con santa audacia los llamó a la conversión. Nacía así la Iglesia,
en misión. Como en aquel primer Pentecostés, en la voz del Sucesor de Pedro he
reconocido el empuje del Espíritu Santo que me lleva a la Diócesis de
Asidonia-Jerez para dar testimonio de Cristo Resucitado, llamar a la conversión
y seguir impulsando con toda la Iglesia una nueva etapa evangelizadora.
Desde la joven diócesis de Getafe voy a la
también joven diócesis de Jerez a tomar el testigo en la sucesión apostólica.
Por eso, mi recuerdo se dirige agradecido, en primer lugar, al Sucesor de
Pedro, el Papa Francisco, por confiarme esta nueva tarea. Con Pedro y bajo
Pedro, en comunión con mis hermanos obispos, asumo esta misión con la confianza
puesta en el Señor y en mi Madre la Iglesia. Mi agradecimiento se dirige, en
segundo lugar, a quienes me han precedido en el ministerio apostólico: a don
Rafael Bellido, primer obispo de la restaurada diócesis de Asidonia-Jerez, que
hizo de su lema episcopal (“servir a Dios con alegría”) un estilo de ejercicio
pastoral; al muy querido y recordado don Juan del Río, discípulo entusiasta de
san Juan de Ávila, que ha dejado profunda huella con el testimonio siempre
alegre de su vida y de su muerte; y a mi inmediato predecesor don José Mazuelos,
tiempo atrás compañero romano de estudios, que ha hecho crecer lo que otros
sembraron y ha seguido sembrando con dedicación ejemplar la semilla siempre
viva del evangelio, puesta la mirada en Jesucristo Redentor de los hombres. Mi
gratitud sincera también a don Federico Mantaras que ha cuidado con sabia
prudencia, como Administrador diocesano, la diócesis en este último curso,
especialmente complejo por la situación de pandemia que aún padecemos.
Reconozco y valoro el buen trabajo de mis predecesores, consciente de
incorporarme a un cauce de rica vida eclesial con la misión de recibir,
custodiar y acrecentar con la Gracia de Dios lo que nuestros mayores nos han
legado.
Dirijo mi saludo lleno de afecto a mis
hermanos sacerdotes, colaboradores inmediatos del ministerio episcopal. Con
ellos, saludo también a diáconos y seminaristas. Nada puede el obispo sin su
presbiterio. Os pido que me recibáis con paciencia, que me ayudéis a ser
vuestro obispo, de modo que, juntos, en la familia del presbiterio, seamos amor
del Corazón de Cristo para nuestro pueblo.
Saludo de todo corazón a las personas
consagradas que, en la diversidad de carismas, embellecen la Iglesia: las de
vida activa y las contemplativas. Confío en unas y otras para que la Iglesia
muestre toda su belleza y radicalidad: unas llevando el bálsamo de la
misericordia divina a nuestros contemporáneos, especialmente a los más heridos
por la adversidad; otras sosteniendo con su vida escondida en Cristo la
evangelización; todas recordándonos con su consagración que hemos sido creados
para el Cielo.
Recibid, en fin, mi afecto entrañable
todos los fieles laicos, llamados a ser luz del mundo y sal de la tierra en el
cumplimiento responsable de las tareas temporales. El mundo necesita el
testimonio de vuestra vida santa para sanar las heridas de nuestro mundo y
compartir con todos la alegría de creer. Cuento con todos vosotros, fieles
laicos de las parroquias y hermandades, de movimientos y asociaciones de
fieles, para hacer que nuestra diócesis sea cada día más sinodal, según la
reiterada petición de nuestro Papa Francisco, es decir, para que todos
caminemos juntos como verdadera familia diocesana, en la familia grande de la
Iglesia Católica.
Mi saludo cordial se dirige también a las
autoridades civiles, a quienes expreso mi deseo sincero de una colaboración
respetuosa en la búsqueda conjunta del bien común y en la construcción de una
sociedad más fraterna.
De los fieles de la Diócesis de Getafe,
con el permiso de don Ginés, no me despido. No puedo. Me habéis arrebatado el
corazón. Poniendo mi confianza en el Sagrado Corazón de Jesús, os pedí hace
casi nueve años que me ayudarais a ser vuestro obispo auxiliar. Me habéis
ayudado infinitamente más de lo que nunca podré y sabré agradecer. Ahora vuelvo
a experimentar el desgarro que como sacerdote he vivido en otros traslados. Es
el momento de hacer, de las lágrimas, oración. Sé que vuestro afecto me seguirá
sosteniendo y seguiré contando con vuestra ayuda y plegaria. Contáis para
siempre con la mía.
Pongo mi ministerio episcopal en manos de
la Inmaculada Concepción, Patrona de la Diócesis de Jerez, a la vez que acudo a
la intercesión de su Patrono, san Juan Grande, para que en el cumplimiento de
la tarea que ahora la Iglesia me encomienda solo busque la mayor gloria de Dios
y la santificación de los fieles que me son confiados. Pedid al Señor que me
conceda ser vuestro obispo al estilo de san José: enamorado siervo de María
Santísima, custodio del Redentor, trabajador servicial y padre en la sombra.
Con mi bendición y afecto, en Cristo y
María,
En Getafe, a 9 de junio de 2021.
Nombramiento del obispo de Jerez de la Frontera (España)
Fuente: Boletín oficial de la SANTA SEDE del 9 de junio de 2021
Nombramiento del obispo de Jerez de la Frontera
(España)
El Santo Padre
ha nombrado obispo de Jerez de la Frontera (España) a S.E. Mons. José Rico
Pavés, hasta ahora obispo titular de Mentesa y auxiliar de Getafe.
Currículum vitae
S. E. Mons. José
Rico Pavés nació el 9 de octubre de 1966 en Granada. Completó sus estudios
eclesiásticos en el Seminario Mayor San Ildefonso de Toledo (1985-1992). En la
Pontificia Universidad Gregoriana de Roma obtuvo la licenciatura en Teología
Dogmática (1994) y la licenciatura en Teología Patrística (1998).
Fue ordenado
sacerdote en Toledo el 11 de octubre de 1992, donde ocupó los siguientes
cargos: coadjutor en la parroquia del Corpus Christi de Granada (1994-1995),
profesor adjunto en la Pontificia Universidad Gregoriana (1996-1998), párroco
de Nuestra Señora de la Purificación, Toledo (1998-2001), director del Secretariado
de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal
Española (2001-2012), profesor ordinario del Instituto Teológico San Ildefonso
(1998-2012) y director del mismo (2008-2012), profesor de la Facultad de Teología
de la Universidad San Dámaso de Madrid (1999-2012), profesor ordinario del
Instituto de Teología Espiritual de Barcelona (1996-2012), colaborador de la
parroquia de Santo Tomé de Toledo (2001-2012) y director del Secretariado para
la Doctrina de la Fe y el Ecumenismo de la archidiócesis metropolitana de
Toledo (2005-2012).
Fue nombrado
obispo titular de Mentesa y auxiliar de Getafe el 6 de julio de 2012 y recibió
la consagración episcopal el 21 de septiembre siguiente. Dentro de la
Conferencia Episcopal fue miembro de la Comisión de Enseñanza y Catequesis
(2014-2020) y desde este año es miembro de la Comisión Episcopal de Evangelización,
Catequesis y Enseñanza.
Monseñor José Rico, obispo de Jerez de la Frontera