Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 11 de febrero de 2017

Destacados del P. Ignacio Gaztelu en el cuarto día de Quinario




Alcanzamos este cuarto día del Quinario.
La Iglesia arrastra consigo estas heridas/llagas y hoy vamos a profundizar en otra, que es la falta de las vocaciones.

Hoy me acompaña Jesús, el seminarista mayor de los que tenemos, que si Dios quiere, será el próximo en ser ordenado.
Las dos lecturas nos hablan de la acción salvífica de Dios en los hombres. Dichoso el que está absuelto de su culpa, decía el salmo. El Señor nos ha dejado un instrumento con el cual se puede recuperar la santidad primera del bautismo. Con la confesión. Por eso hacen falta hombres que puedan celebrar este sacramento.

El santo cura de Ars reflexionaba ante sus fieles: ¿Quién es el que da la vida divina, quién el que trae al Señor, quien es el que bendice la unión, el que da el perdón, el que a la hora de la muerte nos da el viático....?  Siempre el sacerdote.

El sacerdote es una vasija de barro, somos débiles. Pero llevamos la gracia de Dios a los fieles. El Señor quiso escoger a los débiles. Y a veces en hombres tan torpes quiso el Señor poner su confianza. 

Recemos por los sacerdotes, para que sean santos, para que sean un puente entre Dios y los hombres.  Pedid por los que estamos y para que lleguen más. Hoy que vivimos esta escasez de vocaciones. Pedid por el seminario, por la perseverancia de los seminaristas. Para que no les falte nunca la ilusión. Para que busquen la gloria de Dios.  Y también por las vocaciones religiosas. Por los contemplativos. Es un tesoro tremendo para la Iglesia. Pero hay que pedirlo.  Hacen falta hombres y mujeres que cumplan con su vocación. Que haya lluvia de vocaciones.

Muchos y santos sacerdotes; porque un solo sacerdote santo hace más que cien que no lo sean. Como el santo cura de Ars a aquél niño: “tú me muestras el camino para llegar a Ars, yo te enseñaré el camino para llegar al cielo”.