M. C. S. Cristo Sacramentado recorrió las calles del centro de Jerez. Prolongación de la celebración de la Eucaristía, oficiada en la Santa Iglesia Catedral del Salvador y celebrada como la del mediodía de ayer en la localidad serrana de El Gastor por el obispo diocesano, la solemnidad del Corpus Christi alcanza los brillos tradicionales de una cita litúrgica de indudable predicamento popular.
Antes de la procesión, en la homilía de la misa, monseñor José Mazuelos, que contó con la concelebración de unos cuarenta miembros de su presbiterio, subrayó que "en la Eucaristía se hacen realidad las palabras de Cristo sobre el pan vivo, es el único alimento que nos fortalece el alma y nos concede santidad". Del mismo modo, señaló que "consiste en unir nuestro destino a su destino".
"Unidos todos a Dios formamos todos un mismo ser, como hacen los granos de trigo en la espiga", añadió explicando con qué actitudes en nuestra vida puede hacerse realidad esta unidad. "Si tenemos más compartamos más", dijo al recordar el Día de la Caridad que celebra Cáritas. "Cristo está en la Eucaristía para ser adorado y la procesión del Corpus nos enseña como levantarnos en la vida y seguir caminando", indicó
La alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo, se hizo presente en la celebración junto a buena parte de la corporación municipal jerezana. Otras representaciones políticas, del Colegio de Abogados, la Policía Nacional o la Academia de San Dionisio, se sumaron a las expresamente religiosas de las distintas delegaciones diocesanas o la Unión de Hermandades de Jerez.
Las cofradías de la ciudad son precisamente las representadas en mayor número en un cortejo procesional que contó a su paso con alrededor de 25 alfombras florales y 7 altares con diversas imágenes de la Virgen Santísima o santos con raigambre en Jerez.
La Banda Municipal acompañó musicalmente al Santísimo, que procesionó en su artística custodia sobre la carroza sacramental, como la Capilla Musical Catedralicia durante la misa.