En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo: «Este es el cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscáis?» Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» Él les dijo «Venid y lo veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)».
Comentario: José Pedro Manglano Castellary, sacerdote
“Venid y lo veréis”: pasan un día contigo, Señor, y salen con una alegría que la van contagiando. ¿No es verdad que cuando no arrastramos a los demás a ti, cuando no somos apostólicos, es que nos falta estar en intimidad contigo?
¡Cómo sería tu mirada, Jesús! Que sepa ver tu mirada en mi intimidad, donde podemos estar a solas tú y yo.
Te pregunta a ti “¿qué buscas?”, ¿qué le contestas?