El obispo hace balance de la celebración de los actos de la JMJ y afirma no comprender las voces contrarias al evento cuando en él se identifican una mayoría de los ciudadanos "que también pagan sus impuestos"
Fuente: Diario de Jerez
Entrevista: Francisco Abuín
-¿Qué evaluación le merece el desarrollo de los actos en Jerez?
-Bastante positiva porque se percibe un ambiente de fiesta y sano, de una juventud que comparte su fe y su alegría. Vemos como Cristo rompe fronteras con jóvenes procedentes de diferentes naciones pero somos todos uno.
-¿Igualmente satisfecho con la organización?
-La verdad es que sí y se demuestra que Jerez es hospitalaria, que junto a toda la Diócesis han hecho un gran esfuerzo por acoger a todos los jóvenes que han llegado a la ciudad. Estos están felices y resaltan la hospitalidad jerezana.
-Se han vivido los actos en Chapín y también se aporta la participación de la Candelaria en el Via Crucis de Madrid. Por tanto se ve que Asidonia-Jerez es de las diócesis más implicadas en la JMJ.
-Se está implicando bastante y resalto la importancia de que este acontecimiento no lo vamos a volver a vivir. Jerez estará en la Castellana y lo verá todo el mundo. Las cofradías de la ciudad la oirán en todas partes porque mil millones de personas están pendientes de la visita del Papa y de todo lo que hará estos días. Sinceramente creo que la diócesis es de las que más ha querido celebrar la JMJ y de las que, por su tamaño, más jóvenes ha acogido.
-¿Qué opinión tiene sobre las voces discordantes con este evento?
-La verdad es que no se comprende. No he tenido contacto con ellos pero si con el Señor hicieron eso... Siempre habrá voces discordantes, gente a los que les parece que esto no es importante, los que critican hablando de los impuestos. Lo que considero es que en un país democrático aconfesional hay que promover actos con los que identifican una gran mayoría de los ciudadanos, que también pagan sus impuestos. Queremos compartir pero el que no quiera venir que no lo haga, tienen otras muchas opciones. A mí por ejemplo no me gusta el deporte y sin embargo no estoy en contra de que se construyan más polideportivos. Al contrario creo que eso es muy bueno. Si hay gente dispuesta a compartir su fe en un ambiente de concordia, no veo por qué se ponen tantas trabas usando como argumento los gastos que suponen la visita del Papa. Toda pastoral o actividad tiene sus gastos, como sacar un paso a la calle pero cuánta riqueza trae ese paso en todos los aspectos. Por tanto qué riqueza nos trae el Santo Padre con tanta juventud dispuesta a comerse el mundo. Y si hablamos de dinero, qué nos dejan los casi 3.000 jóvenes que pasan por Jerez estos días.
-Por cierto que los días de Chapín con la Fiesta de los Jóvenes ha sido fruto de esfuerzos de voluntarios y de la diócesis.
-Efectivamente es así. Esta es la riqueza de la Iglesia, el trabajo de los voluntarios que han puesto en marcha todo esto. Hombres y mujeres que han abierto las puertas de sus casas para acoger a los peregrinos. Eso es una maravilla.
-Para finalizar, ¿que es la JMJ, por qué se celebra?
-Los primero es compartir la fe; que siguen habiendo hombres y mujeres jóvenes dispuestos a seguir a Cristo y lanzar un mensaje al mundo. Como dice el Santo Padre un mundo si Dios es un mundo sin esperanza. Estamos en la vorágine del materialismo más salvaje, en una eliminación de todo lo espiritual y trascendente que al final no sacia al hombre. La Iglesia tiene una respuesta para esta sociedad. No somos pesimistas, por el contrario es posible crear una sociedad más justa y solidaria donde cada cosa tenga su sitio con la esperanza y Dios en el centro. Venimos aportar eso porque como dijo Juan Pablo II cuando se quita a Dios, la imagen del hombre queda deformada. En el contexto actual se hace más necesario recuperar a Dios y los jóvenes demuestran que eso es factible porque su fe se manifiesta y se invita a compartirla. Es lo que ofertamos con este acontecimiento