Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

viernes, 17 de julio de 2015

Interesantísima entrevista al P. Fernando García Gutiérrez, S.I., vicepostulador de la causa de beatificación de N.H.D. Pedro Guerrero González, en el número 79 –del presente mes de julio- de la revista Pasión en Sevilla

Fuente: PASIÓN EN SEVILLA

Fernando García:   “En la serenidad de nuestras Imágenes es donde se trasluce la divinidad”

 

El jesuita conversa con ‘Pasión en Sevilla’ sobre el concepto de ‘unción sagrada’

Por José Manuel de la Linde

Lleva 16 años al frente del patrimonio artístico mueble de la Diócesis. El encargado por tanto de admitir una nueva imagen de nuestra Semana Santa; de aceptar o no una restauración de un retablo o de una dolorosa y también de, llegado el caso, echar para atrás una imagen que no sea digna. Le nombró el cardenal Amigo por recomendación de Francisco Navarro, quien pensó que al estar en la Universidad podía atraer a los mejores expertos. Amigo le dijo que ponía en sus manos el mejor patrimonio de arte sacro que existe en España. Nos recibe en unos salones sencillos de la casa madre jesuita de la calle Jesús del Gran Poder. Con rostro y gesto amable nos invita a sentarnos en unos sillones algo gastados y sobrios. Preside la escena una pintura de San Ignacio orando ante la custodia. Iconografía única para una conversación con un singular sacerdote.


       Padre, ¿qué es la unción sagrada de las imágenes?

       Es más difícil explicarlo con palabras que con los sentimientos. Situemos una imagen del Renacimiento italiano al lado de un Cristo de los nuestros: se ve claramente que tiene unción sagrada. Los escultores de aquí fueron capaces de reflejar la interioridad de la divinidad de Cristo reflejada a través de la humanidad. La grandeza de la escuela sevillana es que es capaz de lograr a través de los medios materiales la naturaleza humana y divina de Cristo. Los buenos escultores tienen la grandeza de conseguir que la divinidad salga por encima de la pasión que expresan sus obras. Eso es la unción sagrada.

       ¿Cualquier trabajo es admisible?

       No. Si se trata de una restauración, se debe aprobar el proyecto hecho ya por la persona que supuestamente va a trabajar. Debe ser un profesional solvente. No es lo mismo ser restaurador, que imaginero o escultor. No es bueno que intervenga en este sentido un escultor. Se mira también si está colegiado. Si es una obra de nueva hechura, lo que no podemos es imponer nuestro gusto. Sólo tenemos que ver que sea digna para el culto. Igual, a mí no me gusta, pero pasa el trámite.

       ¿Cómo se advierte la dignidad en una talla?

       Se ve enseguida. Que no sea grotesca. No recuerdo ninguna que se haya echado para atrás. Sí dieron algunos problemas algunas imágenes secundarias de algún misterio sevillano. Si es de Semana Santa debe mover primero a la devoción y posteriormente a la compasión. Luego las habrá de mejor o peor gusto.

        ¿Existen imágenes de reciente creación de las que se dude de su calidad artística?

       No he tenido ningún caso. Al menos en  Sevilla capital. Cualquier proyecto de algo nuevo se eleva al vicario general y me lo pasa a mí. Las cosas que se tratan en IAPH también pasan por nosotros aunque a ellos se les ponen pocos reparos porque están los mejores.

       Hay una corriente actual que presenta a las imágenes de Cristo excesivamente musculadas…

       Los que he visto en general no dan problema en esto. Pero no puedo imponer mi gusto. Los que vengan como si salieran del gimnasio sí irían para atrás. Nuestras imágenes de pasión son de un dolor mucho más sereno que en otras regiones de España. La manifestación del dolor es divina. No conozco una Semana Santa tan perfecta como la nuestra. No se me han presentado cosas raras en este tiempo.

       ¿Usted también aborda las sustituciones de imágenes?

       Sí, claro. Ejemplo reciente la dolorosa del Polígono. El proceso de cambio se envía al vicario; lo estudio con mi comisión y el último que pone la firma es el vicario tras nuestro visto bueno.

       ¿Hay imágenes de nuestra Semana Santa que haya que retirar?

       No veo ninguna indigna; y con ello no quiero decir que me gusten todas. En Sevilla, esto se cuida pero hay algunas mejores que otras. Aunque sea sólo por imitar a los escultores clásicos se sigue una línea muy buena…

       ¿Para que un escultor sea bueno tiene que ser una persona religiosa?

       Defiendo que no. Porque al igual que en arquitectura sin ser católico saben transmitir a la hora de crear una iglesia, un escultor puede estudiar y prepararse para eso. Igual que uno que quiere hacer una imagen budista tiene que estudiar antes aquello, aunque no crea en ello.

       ¿De los nuevos imagineros qué ejemplo pondría?

       Valoro mucho el trabajo de José Antonio Navarro Arteaga. Un imaginero que estimo y es muy creativo. Lo felicité cuando rehízo el misterio de las Cigarreras. Antes había una serie de plumeros que eran lo único que llamaban la atención…

       ¿Si situáramos a un japonés delante del Gran Poder sería capaz de descubrir lo sagrado?

       Sí, porque tienen un sentimiento interior enorme. Lo que no podrían es descubrir los valores del Barroco. La expresión de sentimiento la entenderían pero este estilo artístico les asusta o les sorprende en exceso. Son mucho más minimalistas…


De tierra de vinos a Tokyo

Fernando García Gutiérrez es jerezano aunque por proximidad y estancia se siente también sevillano. Jesuita licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, se traslada a Japón en 1955 y ejerce como profesor de Arte Español y Arte Oriental en la Universidad Sophia de Tokyo. Tras convertirse en un apasionado del arte oriental, regresa e imparte como profesor clases de Arte Oriental en la Universidad de Sevilla. Como imagen de cabecera, y como buen jesuita, tiene al Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes: “es tan perfecto que da la impresión de que no se puede llegar a más”.

Entre las dolorosas sitúa a la Esperanza Macarena: “…con sus gestos tan particulares; y la Virgen de la Victoria de las Cigarerras que para mí es una de las más hermosas”, concluye. Está muy orgulloso de tener en su equipo al profesor Emilio Gómez Piñol; a Juan Luis Rabé, al arquitecto Rafael Aguilar y como jurista al secretario del Consejo de Hermandades, Carlos López Bravo. Si alguien le pregunta por un restaurador lo tiene muy claro y ofrece el nombre del quinto miembro de su equipo, el restaurador Enrique Gutiérrez Carrasquilla, “sin duda el más relevante de la época”.