Tras la celebración de la festividad del Corpus Christi, a continuación rememoraremos la celebración del Solemne Triduo de Exaltación a la Eucaristía que nuestra Hermandad celebró los pasados días 21, 22 y 23 de junio.
En los días anteriormente señalados, el diácono Pablo Gómez Mateos predicó brillante y magistralmente dicho triduo acompañado siempre de la comunidad de PP. Franciscanos en la celebración de la Eucaristía.
Y fue brillante porque el Rvdo. Pablo Gómez Mateos, supo en todo momento envolver la celebración en un ambiente espiritual donde la humildad y el fervor ante el Santísimo Sacramento del Altar inundaron los corazones de los hermanos y de los fieles que asistieron a la misma. Ello fue posible porque no sólo supo combinar las antiquísimas plegarias que se vienen realizando ante el Santísimo, sino que dio especial relevancia al momento de la meditación ante Jesús Sacramentado, meditación que seguro dio mucho fruto en las almas de los que allí asistimos.
En la predicación del primer día, Pablo Gómez Mateos hizo hincapié en la necesidad de la actitud de humildad para reconocer al Señor en nuestra propia vida, y conocer lo que Él nos quiere revelar, como constata Jesús en el Evangelio: El Señor se revela a los más sencillos.
Durante la celebración del segundo día, el mismo ahondó en la actitud de servicio a la que el Señor también nos invita. De la humildad y del servicio nos ha dado buen ejemplo el Señor. Ese servicio en nuestra vida y en nuestra Hermandad, se puede concretar en una actitud de ofrecimiento a cada instante, en cuanto percibimos que alguien o algún hermano nos necesita y también en un modo de vida concreto como el matrimonio, la vida religiosa, etc.
Uno de esos servicios al que nos podemos consagrar es el Sacerdocio ministerial, que fue el objeto de la tercera y última predicación. La misión de San Juan Bautista fue señalar dónde está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y el Sacerdote es aquel que ofrece su vida como participación en el sacrificio de Cristo para llevar su Salvación al mundo actual.
Dicha predicación unida a los cantos que con esmero preparó y dirigió Pablo Gómez Mateos, hicieron que la celebración se cuajara de amor hacia Jesús Sacramentado por parte de los hermanos y fieles que asistieron a la misma.
Al finalizar el Triduo, Pablo Gómez Mateos tuvo unas palabras de cariño y agradecimiento ante los hermanos y fieles allí congregados que, evidentemente, fueron recíprocamente correspondidas por parte de nuestro Hermano Mayor, don Juan Lupión Villar y los miembros de su Junta de Gobierno.
La Hermandad de la Cinco Llagas agradece públicamente a todos los hermanos su asistencia a tan solemnes cultos, así como al diácono Pablo Gómez Mateos su esfuerzo y dedicación para con nuestra Hermandad, quien confesó ante los presentes, que el Solemne Triduo Eucarístico celebrado por nuestra cofradía había sido el primero que había predicado en su carrera sacerdotal, sin duda, todo un orgullo para nuestro instituto cofradiero.