Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 1 de septiembre de 2018

Evangelio y comentario


XXII Domingo del tiempo ordinario (ciclo B)
Dios ve el corazón, no las apariencias

Fuente: Catholic.net

Los fariseos se preocupaban sólo por guardar las normas externas sin detenerse a pensar que los pensamientos y deseos del corazón son los que dan realmente el valor a nuestras acciones. Dios ve el corazón del hombre sin detenerse en las apariencias. No es fácil desapegarse de las opiniones de los demás; es más, muchas veces actuamos por temor a lo que los demás piensan de nosotros y no hacemos aquello que es correcto.

El ser cristiano es una llamada a la santidad, a amar a Dios con todo el corazón. Por eso debo preguntarme cada día, ¿he hecho algo simplemente para complacer a los demás y por eso me he olvidado de hacer el bien? Si algún día encuentro que la respuesta es sí, debo aceptar que actué hipócritamente. Aun así, Jesús nos ofrece su perdón y su amor, y nos llama a ser valientes y a tomar responsabilidad por nuestras acciones y nuestras intenciones. ¿Estoy dispuesto a seguirlo?


  H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.





Evangelio

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén, viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo  la tradición de sus mayores; al volver mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras tradiciones, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contesto: "¡Qué bien profetizó Isaías de sobre ustedes hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra con los labios,  pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el  culto que me rinden,  porque enseñan doctrinas que no  son más preceptos humanos!.Ustedes dejan  a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después Jesús llamó a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme: Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre".

  

Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23