Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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martes, 6 de diciembre de 2011

"La vida debe predominar sobre la muerte"

Encuentro con la Hermandad de la Sagrada Resurrección


Una gran asistencia de público se congregó el pasado viernes 2 de diciembre al Encuentro que la Hermandad de las Cinco Llagas celebró con la Hermandad de la Sagrada Resurrección. El mismo contó con la presencia de Antonio Ruiz Herrero, quien pronunció una conferencia titulada “Nuestras vivencias con nuestra Hermandad madrina” que encandiló y emocionó al público asistente.

El encuentro celebrado el pasado viernes 2 de diciembre entre las Hermandades de la Sagrada Resurrección y Las Cinco Llagas se saldó con una nutrida asistencia de hermanos por parte de ambas corporaciones, las cuales disfrutaron de la ponencia ofrecida por Antonio Ruiz Herrero, Hermano Mayor de la Hermandad de la Sagrada Resurrección, titulada “Nuestras vivencias con nuestra Hermandad madrina”.

Con la sencillez y humildad que lo caracteriza, Antonio Ruiz Herrero supo captar la atención de todos los presentes narrando cómo se formó la Hermandad del Domingo de Resurrección y cómo la Hermandad franciscana amadrinó su formación, empuje y consolidación.

Fue allá por año 1986 cuando Antonio Ruiz Herrero tuvo la piadosa idea de crear una hermandad para el Domingo de Resurrección, hasta entonces inexistente en nuestra ciudad. A través de José Pérez Raposo, en aquella época Hermano Mayor de la Hermandad de las Cinco Llagas, Antonio Ruiz Herrero adquirió el ánimo, fuerza y empuje necesarios para ponerse manos a la obra.

Muchos fueron los que apoyaron su idea de crear una hermandad de la Resurrección, entre ellos 8 amigos que junto a él formaron la primera Junta de Gobierno de la Resurrección, la llamada “Junta de los Nueve”. Los componentes de esta primera Junta de Gobierno fueron: Gonzalo Guillermo, Manuel Castell, Francisco Roldán, Juan Pérez “El Gadita”, Carlos Ruiz de Sevilla, José Mata, Manuel Soto, Francisco Ferrer y Antonio Ruiz Herrero.

Comoquiera que la hermandad tendría que tener una imagen a la que se venerara y diera consolidación al proyecto, uno de “los nueve” Juan Pérez “El Gadita” introdujo al futuro escultor de la actual talla, Luis González Rey, que por aquella época contaba tan sólo con 21 años.

Animado con la fuerza del Espíritu Santo y rodeado del empuje humano del grupo de los nueve y de la Hermandad de las Cinco Llagas, Antonio Ruiz creyó en el proyecto y encargó al González Rey la talla de la Sagrada Resurrección de Cristo para recibir culto en la S. I. Catedral. La Hermandad de las Cinco llagas aportó sus instalaciones donde “los nueve” se solían reunir para darle forma al proyecto no sólo material sino también humano, con sus características e impronta propias.


La imagen costó unas 500.000 de las antiguas pesetas y fue bendecida el 26 de noviembre de 1989, Solemnidad de Cristo Rey, por el entonces deán de la Catedral, José Luis Repetto Betes.

Por otro lado, Antonio Ruiz Herrero también disertó en su ponencia sobre el sentido que tiene la vida y la muerte: “La vida debe predominar sobre la muerte; el mismo Jesucristo nos lo demostró, no sólo con su muerte y resurrección sino también en los momentos complicados de la vida”. Visiblemente emocionado, Antonio Ruiz Herrero agradeció públicamente a la Hermandad de las Cinco Llagas su colaboración y el momento que le brindaba en este encuentro. El Hermano Mayor de Las Cinco Llagas, Juan Lupión Villar, correspondió al agradecimiento recíprocamente.












El encuentro finalizó con la entrega por parte de la Hermandad de la Resurrección de un cuadro con la imagen de Nuestra Señora de la Luz, titular mariana de esta corporación. La Hermandad de las Cinco Llagas, por su parte, entregó otro cuadro con la imagen del Divino Nazareno Franciscano. Posteriormente, ambas corporaciones compartieron un fraternal encuentro en torno a una copa de jerez.



A LA HERMANDAD DE LAS CINCO LLAGAS

Viernes Santo, con las tres,
Plaza Esteve, San Francisco,
la noche huele a clavel,
una emoción que seduce,
cuando ya salió a la calle,
Jesús de la Vía Crucis.

Yo estoy sufriendo tu pena,
y tu martirio me asombra,
¿Quién ordenó tu condena?
¿Quién impuso tu calvario?
Nazareno, si a diario,
el pueblo espera de ti,
tus rezos y tus relicarios.

Nazareno, donde vayas,
serás Cristo de los Cristos,
Señor de las Cinco Llagas.

Una fe que nos alcanza,
cuando vemos en tu madre,
la más hermosa Esperanza;
Esperanza de mi vida,
de mis delirios, Esperanza,
que bonita está mi Virgen,
pasando por calle Larga.

Bendice a los jerezanos,
que esperan la madrugada,
para decirte Señora,
tú eres mi amor y Esperanza.


Recitada por Antonio Ruiz Herrero