Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 20 de agosto de 2016

Evangelio y comentario

Fuente: PERIODISTA DIGITAL

XXI Domingo del tiempo ordinario (ciclo C)
La puerta estrecha

En el evangelio de hoy a la pregunta «Señor, ¿serán pocos los que se salven?», Jesús no responde ni que sí ni que no; al menos eso es lo que parece en una primera lectura. En un lectura más reposada nos daremos cuenta que son muchos –mejor, todos– los que estamos invitados al banquete del Reino: «vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentaran a la mesa en el reino de Dios».
Pero, hay más matices en la respuesta de Jesús. Jesús habla de esfuerzo: la salvación es un don gratuito, pero exige de nosotros una respuesta, una respuesta de amor, de amor de donación, de amor desinteresado... En mi tierra se dice, con frecuencia: «obras son amores y no buenas razones».
Y Jesús continúa, en un discurso que tiene mucho ver con el juicio final: «Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas.” Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados”». No es difícil descubrir que está hablando de muchos que han participado de la mesa del Pan de vida y de la mesa de la Palabra de Dios –hoy diríamos de la Eucaristía–, pero que no son reconocidos como dignos del Reino de Dios. No es suficiente una vida de oración y de sacramentos, si en nosotros no hay un cambio definitivo, radical... No nos está pidiendo ser ni superman nisuperwoman, sino algo más sencillo, pero más esencial: que toda nuestra vida y todos nuestros actos estén informados por el amor.


  Javier Velasco Arias



Evangelio

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:
Señor, ábrenos;
pero él os dirá:
“No sé quiénes sois”.
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».


Lucas 13, 22-30