Artículo de N.H.D. Marco A. Velo publicado el pasado lunes en Diario de Jerez
JEREZ ÍNTIMO
El espíritu se ensancha en San Francisco
MARCO
A. VELO 22 Enero, 2018
Breve proemio de la
oficiosa pre-Cuaresma acontece esta tarde noche -20.30 horas- en la céntrica
iglesia de San Francisco. La
Hermandad de las Cinco Llagas -siempre tan ajena al
ringorrango de la superchería mediática- traslada a su Divino Nazareno
Franciscano de la Capilla
del Voto al altar mayor de cultos. Solemne Quinario anuncia una convocatoria de
hechuras antiguas. La penumbra antecede al color del silencio. Sólo adviertes
siluetas de cofrades y devotos concurrentes. El clásico grecolatino diría que
esta cita está (pre)destinada para una inmensa minoría. De cofrades selectivos.
En el capítulo X –‘La doctrina del punto de vista’- del ensayo ‘El tema de
nuestro tiempo’, Ortega y Gasset proclama que, ante los hechos que bullen a su
alrededor, el hombre selecciona y nunca deforma: “Ésta es la función del
sujeto, del ser viviente, ante la realidad cósmica que le circunda (…) Su función
es claramente selectiva”. Las Cinco Llagas mantiene intacto el manual de estilo
legado por sus predecesores. ¿Verdad que sí, Camilo Guerrero, tan preterido y
solito tú al filo de la muerte -in hac lacrymarum valle- y ahora ya -en loor de
multitudes- abrazando el Cuerpo de Dios Vivo: in God is our trust?
San Francisco, hoy,
dimana otra vez la reválida del canon cofradiero. In facie ecclesiae. Puro
Séneca: Quid setad. Sin hojarascas ni novelerías. Sin ningún asomo de
ostentación. Allí, en el versátil recogimiento de tu yo -niégate a ti mismo-,
aguza la mirada, visibiliza a tientas y hallarás cómo al albur se espanta el
nihilismo del desorden moral y existencial. Un portentoso Nazareno de tez
morena e ingrávido porte marca (la) petite différence. Porque, al arrullo del
vuelo del faldón de su túnica morada, el mundo se ha ensanchado. Ya no sólo hay
hombres. También -en la viruta de esta doctrinal fascinación- humanidad.
Desdoble de longitud y latitud de las oraciones musitadas por hermanos de luz
que preceden al paso de traslado. Miguel de Unamuno, en su trabajo ensayístico
‘La dignidad humana’ indica que “si se pudiera apreciar la diferencia que hay
entre los individuos humanos, tomando cual unidad de medida el valor absoluto
del hombre, se vería, de seguro, que la tal diferencia nunca pasaría de una
pequeña fracción (…) Entre la nada y el hombre más humilde la diferencia es
infinita; entre éste y el genio, mucho menor de lo que una naturalísima ilusión
nos hace creer”.
Se alza la parihuela a
hombros de los costaleros de la Esperanza. Es entonces cuando Jesús de la Vía-Crucis será ya,
rotundamente, el Señor. A secas. Así lo dictan los vellos erizados de quienes
ahora elevan la retina al techo de la majestad divina. La gran penetración
psicológica de La
Rochefoucauld nos aleccionó al punto: “Conocer por
sentimientos es la más alta manera de conocer”. Aquí hay que detenerse y así
evitar cuanto el filósofo español Jaime Balmes denomina como “los
inconvenientes de una percepción demasiado rápida”. Las Cinco Llagas refrenda
aquello que Azorín -levedad, diafanidad-, aleccionaba en su artículo ‘Autores
de máximas’ cuando descubría "todo lo referente a la idealidad
trascendente de los tiempos modernos”.
¿Para redefinir este
íntimo acto cofradiero sería necesario reconstruir un trapecio de filólogos y
recrear un tótum revolútum de neologismos? Dios avanza en su quietud. ¿Avanza,
quietud? Ya leímos en ‘División de la naturaleza’ cómo el escritor medieval
Juan Escoto Eriúgena reafirmó que “no dije que Dios se moviera fuera de Él,
sino desde sí mismo, en sí mismo y hacia sí mismo. No puede creerse que se dé
en Él otro movimiento que no sea el deseo de su voluntad por el que quiere que
sean hechas todas las cosas. Como no debe entenderse su reposo como una quietud
que siguiera al movimiento, sino como aquel propósito de su misma inmutable
voluntad por el que define la permanencia de todas las cosas en la inmutable
estabilidad de sus razones”. El patrimonio inmaterial de la ciudad anuncia que
la pre-Cuaresma comienza hoy en Jerez. Porque de nuevo el latido sensitivo de la Plaza Esteve
reescribe la proclama inmortal de la obra ‘El Principito’: “Lo esencial es
invisible a los ojos”.