Foto: N.H.D. Ernesto Romero |
Nos hemos estado preparando estos días para la fiesta del Corpus. Una
fiesta que se comenzó a celebrar en Lieja (Bélgica) en 1246 y que el Papa
Urbano IV trasladó a la iglesia Universal desde el año 1264. la Iglesia acoje esta
solemnidad para proclamar que Cristo está presente en el pan y vino porque Él
mismo lo dijo antes de su Pasión.
Comunión es estar en sintonía con él.
En la Eucaristía
se hace presente Cristo Resucitado. La presencia del Señor no es aparente, sino
real. Es verdaderamente Jesús el de la última Cena.
La comunidad se siente realizada en ese Sacramento del amor. Como afirma
Benedicto XVI: “la
Eucaristía es el ágape
que Dios nos da a compartir y que sigue actualizando en nosotros el Sacrificio
del Altar”.