Foto: N.H.D. Ernesto Romero |
Tenemos en esta
primera semana de Adviento las profecías de Isaias.
Siempre al
monte, al lugar elevado. El lugar donde se está más cerca de Dios. La montaña
es la Iglesia.
Estamos en el
centro del mundo ahora mismo, en la Eucaristía. El cielo es esto. Cuando vienes a
misa tienes que decir "voy al cielo".
El Señor es
gratuidad. Y en este mundo todo nos lo tenemos que ganar.
El que se acerca
a Cristo sale con los bolsillos llenos siempre.
Nadie se merece
el cielo: es un regalo de Dios para tí.
Un aspecto muy
importante: la caridad. Esa compasión de la caridad es fruto de la vida
espiritual.
Releamos el Magníficat. Repasémoslo.