A nosotros, como a Pedro, nos cuesta digerir la cruz y
encajarla en nuestra vida diaria.
Imaginaos que la cruz de Jesús va abriendo surco en el
suelo, y detrás de la cruz, vas tú.
Nuestro
destino, al igual que el de nuestro Maestro, es también destino de cruz.
A Jesús comienza a seguirle un a multitud de gente (antes
fue la multiplicación de los panes, las curaciones…) pero Jesús, cuando ve a
una multitud que le sigue les dice que no le siguen porque compartan su
proyecto, sino porque les da de comer.
En ese momento, Cristo dice que lo que anuncia es cruz. Y
muchos lo abandonaron. Vivimos en una sociedad vampiro, porque para ahuyentar a la gente basta con enseñar la
cruz.
Antes había crucifijos en los colegios públicos y en los
hospitales públicos, y fueron tirados a la basura… En nuestros hogares, en el
cuarto de los niños… ¿qué hay? En nuestros cuellos… ¿qué llevamos colgado? Yo
he visto de todo.
Estamos en una sociedad que
rechaza la cruz porque estamos en una sociedad montada sobre tres pilares que la cruz rechaza (pues son los que
arruinan la Tierra ):
-El SER: “Yo soy”. Y en cuanto alguien no te considera, ya
tú te vienes abajo ¿De qué te está
hablando la cruz? ¿de soberbia –de ser- o de humildad –no ser-? En un mundo
donde se propugna la soberbia no soportamos ser el último mono. Y cada vez que
no aceptamos ser pequeños estamos rechazando la cruz.
Pequeñas cosas hacen responder desproporcionadamente porque
nos vemos heridos en nuestra soberbia. Acepta ser humilde. El que lo acepta
está abrazando el modelo de vida que Jesús le da.
-El TENER: Estamos metidos en un consumismo y materialismo
exacerbado. Y hay unos símbolos del tener.
¿La cruz te
está hablando de entrega o de egoísmo?
La cruz te está pidiendo que ames hasta la entrega.
Dos ejemplos actuales: ¿Por qué nacen sólo el 20% de los
niños con Síndrome Down de antes? Por la famosa prueba de la amniocentesis, que
además, ya de por sí es muy arriesgada. Se aduce: “para que no sufra”. Pero
será para que no sufra la madre. Se matan para que tú no sufras. Porque estamos
en una sociedad que no se quiere entregar.
Otro ejemplo: los hijos que ingresan a sus ancianos padres
en residencias por distintos motivos, pero la realidad es que se hace para no
renunciar a salir, a la Feria …
-El PODER: Ahora se ve también en las redes sociales cómo
nos despachamos tan a gusto con los hermanos, cómo los ponemos a parir, y no
tenemos derecho a arruinarle la fama al hermano. Y con las elecciones en las
Hermandades qué decir… la sociedad está
hablando de poder, y la vocación es de servicio. Podrás ser hermano mayor
si lo que vas a hacer es servir a tus hermanos.
Por eso estamos en una sociedad que rechaza la cruz y
colisiona con ella. Cuando tú no entiendes tu ser cristiano desde el servicio
estás diciendo “cruz no, gloria sí”.