El Diputado Mayor de Gobierno de
la sevillana Hermandad de las Penas de San Vicente inaugura brillantemente los
actos formativos del programa de actos del LXXV Aniversario de la
Reorganización de la jerezana Hermandad de las Cinco Llagas
José
Luis Nieto Martín, Diputado Mayor de Gobierno de la señera Hermandad sevillana
de las Penas de San Vicente, inauguró en la Capilla del Voto, de la Iglesia de
San Francisco, el notabilísimo programa de actos organizado por la Hermandad de
las Cinco Llagas con motivo del LXXV Aniversario de su Reorganización. Ante un
muy nutrido auditorio, y tras la presentación de dicho programa de actos a
cargo del Hermano Mayor Juan Lupión Villar, hizo uso de la palabra Ernesto
Romero del Castillo -miembro de Junta de Gobierno de esta corporación nazarena
de la Madrugada Santa y asimismo cofrade de la sevillana de las Penas de San
Vicente- para glosar brillantemente -combinando datos biográficos y cofradieros
del ponente- en una oratoria amenísima que subrayó cómo “José Luis
Nieto Martín, nació en 1955 en la trianera calle San Jacinto de la capital
hispalense. Fue criado en el seno de una
familia muy, muy muy cofrade, cuyo padre no fue otro que el recordadísimo don
Francisco Justo Nieto Pérez, Nazareno de
plata en 1982 -año precisamente en el que dejó este mundo un día después de
la onomástica de su Virgen de la Esperanza de Triana-. Esta distinción
(Nazareno de Plata) fue creada por el Consejo General de Hermandades y
Cofradías de Sevilla en 1979 para distinguir a aquellas personas u organismos
que destacaron por su labor en pro de la Semana Santa en Sevilla y de sus cofradías
(…) Hombre de familia -su otra gran pasión aparte de las cofradías- es padre de
tres hijos a los que también ha transmitido su cariño y entrega por las
Hermandades, además de unos valores humanos y cristianos prueba de los cuales
es el compromiso de uno de ellos con la Hermandad de las Penas: su hijo Rafael
en concreto, que ostenta el cargo de presidente del Grupo Joven de las
Hermandad”.
Ernesto Romero acentuó que sin embargo “la historia de José Luis con la
Hermandad de las Penas viene de uno de los modos de los cuales el Señor muchas
veces se vale para llevarnos por los caminos que Él quiere, y cuyos designios
son, en tantas ocasiones inescrutables. En su caso fue -cómo no- a través de
María Luisa, su esposa, su costilla, como cariñosamente se refiere a la madre
de sus hijos. Y es que ella es en la actualidad camarera de María Santísima de
los Dolores, y a la postre, la responsable de la inclusión de José Luis en la
nómina de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de
los Dolores. José Luis es un cristiano de hondas convicciones, amante hasta el
extremo del Santísimo Sacramento, cuyo culto ha sido y es siempre referente
para su vida. Defensor, como buen católico, de la vida, en especial de la del
más indefenso, del no nacido. Y promotor de todo aquello que signifique la
dignidad de la persona como ser humano, desde su nacimiento hasta su muerte,
siendo estandarte de su hacer diario la caridad, tanto en lo material como en
lo espiritual. Amigo de todos, José Luis es compañero sobre el que apoyar la
carga sin escuchar jamás una actitud esquiva, con su sonrisa siempre por
bandera, porque también sabe mandar, pero es desde la sonrisa y la amabilidad
como logra poner las cosas en orden sin necesidad siquiera, de alzar la voz”.
Destacamos
a continuación algunas de las afirmaciones de tan destacado conferenciante. Son
las siguientes:
- El
Concilio de Trento, Convocado bajo el pontificado del Papa Pablo II y que duró
desde 1545 a 1563, recomienda la
Estación Pública de Fieles y el Culto a las Imágenes. Nosotros, los Cofrades, atendiendo a aquella
recomendación del Concilio a través de los siglos… e incluso como nos pide
actualmente el Papa Francisco… tenemos que sacar la Iglesia a la calle… y a fe
de ello que así lo hacemos y la sacamos.
- Los
cofrades evangelizamos a través de la contemplación popular nuestros pasos, del
pasaje evangélico que reflejan, pasajes
de la Vida de Jesucristo. Y nuestras dos hermandades, la de Las Cinco Llagas y
la de Las Penas, en nuestras respectivas Estaciones de Penitencia, damos un discurso Teologal de Fe, Esperanza y
Caridad… en un absoluto silencio. Silencio ejemplar, que derrama por las calles el grito fuerte y
rotundo, de nuestro amor por
Cristo, por su Bendita Madre y por
nuestros semejantes.
Es
crucial que como Hermandad y Cofradía
nos vayamos adaptando a cada nueva situación y evolucionemos hacia fórmulas en
las que, sin perder el sello de identidad que nos ha caracterizado durante
años, nos conduzcan hacia una mejor y más segura Estación de Penitencia.
- El
puesto de Diputado Mayor de Gobierno no es fácil, pues uno es el máximo
responsable por Delegación del Hermano Mayor de la organización del culto externo
más importante de la Hermandad y desde que empezamos con el Cuestionario del
Consejo General de Cofradías en enero y hasta que leemos el Informe del
desarrollo de la Cofradía al Cabildo de Oficiales, han pasado al menos dos o tres meses en los
que un piensa y vive cofradieramente sólo para ello.
-
Para que todo ello llegue a buen Puerto,
se requiere un buen Equipo de Gobierno…. Un buen Equipo de Gobierno son
los hermanos en los que recae especialmente esta importante
responsabilidad y que con su trabajo y
dedicación se sacrifican el Lunes Santo
(en el caso de esta Hermandad de las Cinco Llagas, en la madrugada del Viernes
Santo) y permiten que el resto de la cofradía procesione con la tranquilidad y
el sosiego que se necesita para ello.
-
Debiendo además mantener la idiosincrasia que durante años nos enseñaron y seguir el estilo marcado de nuestra
hermandad, que es identificada a la vez que admirada, por aquellos cofrades que nos aguardan año
tras año, para vernos pasar por las calles y plazas de nuestro recorrido.
- Un Diputado Mayor de Gobierno debe confiar en su equipo plenamente y debe de nombrarlo con total y absoluta libertad. Sí es verdad que
para conformar este grupo humano, puede
y hasta debe pedir consejo a su antecesor, sí. Pero sin recibir presiones de
ningún tipo, evaluando a los mejores, valorando en cada uno su disposición y su
entrega, estudiando siempre al hombre y
no al nombre y sólo pensando que los elegidos, serán los mejores hermanos que
formen parte su Cuerpo de Celadores y
que les resultarán de máxima ayuda en su próximo y difícil quehacer.
-
Para este cometido, se requiere de un grupo de Celadores y Diputados que estén
dispuestos a aceptar las exigencias de
ir con la máxima seriedad, elegancia y decoro que nosotros mismos nos
auto-imponemos, las que nos
demandan el resto de hermanos de la cofradía
y en recuerdo sobre todo, de todos
aquellos que nos precedieron y que se entregaron en cuerpo y alma a la
Hermandad.
-
Nuestra responsabilidad es evidentemente mucho mayor que la del resto de la
Cofradía, por lo tanto se nos exigirá más y debemos dar lo mejor de nosotros
para cumplir con nuestra obligación.
Se
debe tener especial atención a cualquier circunstancia, porque con
toda seguridad, durante
la procesión, siempre tendremos
algún que otro tipo de problema… que
pondrá en peligro el cumplimiento exacto,
del horario recibido en el Cabildo de
Toma Horas. Debiendo por ello, tanto en la Organización de la Cofradía como
en nuestro posterior Procesionar, extremar todas las precauciones, agudizar nuestros sentidos, redoblar nuestros esfuerzos, sabernos adaptar a las dificultadas que se nos puedan plantear
y anticiparnos a todo
aquello que por imprevisible, pueda
comprometer en cualquier momento el buen fin de nuestra Estación de Penitencia.
-
Otro tema distinto son los elementos que externamente nos puedan venir encima y
que nada tengan que ver con la propia cofradía (llámese lluvia, ramas de
árboles, cables, letreros, etc, etc.) y es entonces cuando tendrán que saber
tomar decisiones sobre la marcha y actuar bajo su leal saber
y entender y desde luego, continuar procesionando bajo las premisas ya habladas
con anterioridad.
-
Todos los años les repito lo mismo a los celadores en nuestras reuniones: que estamos
al servicio de los hermanos y que en
cualquier circunstancia, debemos de tratarles con los más estrictos valores del
respeto y la educación, que siempre ha
sido la norma de obligado cumplimiento en nuestra hermandad.
-
Tenemos que tener en cuenta que ante una conducta impropia, o un incumplimiento flagrante de las Reglas de
la Hermandad, no por decir las cosas con buenas maneras perdemos autoridad, al
contrario, la manera de dirigirnos a los
hermanos, con seriedad y rigor, pero sin
voces ni aspavientos, es la mejor forma
para poder llamar la atención sin que el nazareno se sienta menospreciado y debe ser lo
más discreto posible porque entre otras cosas, en ese momento estamos reprendiendo a un
Hermano nuestro y cuando digo a un HERMANO lo digo con mayúsculas.
-
También debemos decirles a los celadores, que nadie piense nunca que somos más
que los demás, que aquí estamos para auxiliar a los nazarenos y para atenderles
en todo lo que necesiten en cualquier momento.
- Por
lo tanto realicemos nuestra estación de Penitencia ayudando a nuestros hermanos,
identificándonos a su vez con aquellos valores que están relacionados con el
servicio y la dedicación a los demás, con verdadero espíritu de sacrificio y
sin esperar ninguna recompensa a cambio.
-
Somos la herramienta imprescindible para el engranaje de la cofradía, y por
ende, para el buen funcionamiento y la marcha de ésta.
De
nosotros depende que todo salga bien, y si cada uno cumple con su cometido en
particular, el éxito estará asegurado.
- Trabajar en equipo suele ser duro y costoso, pero superando
egoísmos impropios de una Cofradía, y colaborando todos al unísono, os aseguro
que encontraremos la satisfacción personal del Deber Cumplido y la gratitud y
el reconocimiento de la Hermandad.
Al término de su aplaudida intervención, el
Hermano Mayor de las Cinco Llagas, Juan Lupión Villar, entregó al ponente una
original pieza realizada por el también cofrade de esta Hermandad y destacado
orfebre jerezano Miguel Ángel Camas que reproduce sobre peana y placa dedicada
el logos de la efeméride del LXXV Aniversario de la Reorganización de esta
señera corporación nazarena jerezana.
Fotos: Domingo Pozo Morón