“… el número 8 de la Plaza Mirabal , la
casa de donde vivieron mis abuelos y donde naciera mi madre en los difíciles
años de la guerra, la casa
de una maltratada fachada con rasgos más que interesantes y la casa del
imaginero Chaveli, donde salieron tallas de tanto calado popular como el Señor
de las Tres caídas o Jesús de la Vía-Crucis. Regueros
inmensos de devotos, millones
de rezos cada lunes por San Lucas, visitas incesantes en San Francisco, superaciones
y una fe inquebrantable en la cercana capilla del Amor, espiritualidad yacente
en el antiguo humilladero de los siete cuchillos, todo ello tuvo su punto de
partida en ese taller de la plaza Mirabal 8, donde la gubia y la madera fue
dando forma a esas imágenes que hoy son parte incuestionable de la fe del
pueblo jerezano”.
Del blog ‘Jerez Intramuros’ de
Eduardo Velo García