Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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domingo, 16 de febrero de 2014

Destacados de la predicación del cuarto y quinto día de Quinario

CUARTO DÍA DE QUINARIO

Dios es Padre compasivo y misericordioso.

La gente empezaba a intuir las exigencias del Reino de Dios. Sin los cambios que hemos visto en las parábolas, Jesús no reinará en Israel.

Lo que hay que hacer es introducir en la vida de todos la compasión. Hay que ser compasivo como Dios.

Jesús quería convencernos de que los perdidos pertenecen a Dios. Esta vez, la parábola nos habla de la oveja que se pierde y el pastor no duda en salir a buscarla dejando el resto de las ovejas. Y cuando la encuentra su alegría es indescriptible. Convoca a los amigos y les anima a compartir su dicha.

Los hombres son criaturas de Dios. Le pertenecen. Dios no rechaza a estos perdidos. Los quiere apasionadamente. La oveja no hace nada por volver al redil; es el pastor quien la busca.
¿Nos sugiere Dios que la vuelta del pecador no se debe a su conversión, sino a la misericordia de Dios sobre él?

La parábola que leímos ayer, del funcionario, nos enseña que el gesto generoso del rey no ha logrado superar la opresión con la que actúan los súbditos. La parábola se ha convertido en una trampa para los oyentes: lo normal era que el siervo perdonara la deuda, dado que el rey le perdonó a él.

Perdonemos a nuestros hermanos, como recitamos en la oración del Padrenuestro. “Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo”.

QUINTO DÍA DE QUINARIO

Si uno tiene pleito con el hermano, más vale que haga las paces con él.

Hay que vigilar el corazón para que no cometa adulterio de intención. Cuenta la interioridad de la intención.

Nuestro sí y nuestro no deberían ser tan creíbles que no hiciera falta ningún juramento. Una de las características de nuestro tiempo es la pérdida de la conciencia moral.

Nuestra conducta moral no se debe basar en estadísticas morales. La estadística para los cristianos debe estar basada en lo que nos invita Jesucristo.

Siempre hay que dar preferencia a la reconciliación con el hermano. La Eucaristía tiene también una dimensión horizontal: la unión con los hermanos.

La Eucaristía nos debe hacer crecer en el amor al hermano. Todo viene a decirnos que antes de comulgar con Cristo tenemos que comulgar con el hermano.

La palabra de Dios es la palabra del amor. Un padre compasivo que nos da el amor. Lo tomamos y lo comemos partiéndolo. Y todos comemos del mismo pan.

Todo es una relación con Dios, una relación vertical, pero también una relación horizontal.