La Caridad de nuestras Hermandades
Artículo de N.H.D. Ernesto Romero del Castillo publicado en Diario de Jerez el
pasado domingo 5 de julio.
La pandemia que estamos padeciendo y el confinamiento al que nos hemos
visto sometidos ha sacado lo mejor de muchas personas e instituciones,
destacando entre las mismas la
Iglesia católica, y desde ella Cáritas como ONG
dedicada a la caridad (que a nivel nacional ha triplicado su ayuda) y muy
especialmente y -para los que las conocemos bien- no tan sorprendentemente, las
Hermandades.
En un momento en que los servicios sociales públicos a nivel de
Ayuntamiento o Junta de Andalucía han permanecido cerrados, la Iglesia y sus
instituciones han estado al pie del cañón con los más -y los nuevos-
necesitados. Muchos voluntarios jóvenes de la Iglesia, entre los que los
cofrades han desempeñado un papel fundamental.
En la página web de enraizados.org se puede constatar cuanto la Iglesia española ha
realizado ejemplarizando en 449 acciones, y en la de la Unión de Hermandades
de Jerez la nada desdeñable labor de las Hermandades en el ámbito local.
Comprobando esta última larga lista de colaboraciones solidarias sería injusto
que la ciudad de Jerez no devolviese tanta generosidad a estas instituciones
centenarias.
Y viene esto a colación por el acierto –también gracias al del Consejo de
la Unión de
Hermandades- en las propuestas de devolución del abono de los palcos: partiendo
de la premisa de que en Jerez es bastante barato en comparación con otras
capitales andaluzas y que ese dinero supone una gran inyección económica en los
proyectos de las cofradías, la opción de donación del importe
sería no sólo la más justa, sino también la más beneficiosa para las
hermandades.
Todas estas circunstancias fueron ampliamente analizadas en el último
programa `Luna de Nisán´, que a través de las redes sociales se ha
convertido en pocos meses en una de las máximas referencias
periodístico-cofradieras de nuestra ciudad. En el mismo intervinieron, además
del presidente del Consejo Dionisio Díaz, buenos amigos cofrades jerezanos como
Mateo López, Pedro Larraondo y su director Jesús Lucena. Ellos dejaron claras
algunas cuestiones en las que a veces no caemos los propios cofrades y que me
parecen interesantísimas. A saber: sin ser las hermandades ONGs, ni tener como
fin principal la caridad –recordemos que hay otras instituciones, también
dentro de la Iglesia,
como la misma Cáritas, dedicadas a tal fin- no escatiman esfuerzos
en ponerse a trabajar por los ciudadanos de Jerez, como ha quedado ahora más
que demostrado durante la pandemia. En este sentido es importante aclarar que
el fin principal de estas instituciones es el culto, tanto interno como
externo, sean de penitencia, gloria o sacramentales. Y que no nos tenemos que
hacer perdonar por dicho testimonio, faltaría más, porque la calle es tan
nuestra como la de cualquier otro grupo de contribuyentes.
Y todo ello sin perder de vista que la principal obra de caridad de
cualquier cofradía es su existencia misma, habida cuenta de que las Hermandades
son instituciones que crean riqueza, que crean empleo. Hablando en plata: dan
muchísimos puestos de trabajo. Dan de comer a multitud de familias y no estaría
mal nombrar varios de los oficios a los que hacen posible la supervivencia y
desarrollo: imagineros, tallistas, restauradores de arte, orfebres, plateros,
músicos, floristas, cereros, y por supuesto, más indirectamente, hosteleros, comerciantes
de textil, etcétera.
El impacto económico, sólo de la Semana Santa, ha sido valorado mediante un
riguroso estudio de hace pocos años para la ciudad de Córdoba en 42 millones de
euros, y para Sevilla se ha estimado recientemente en más de 400 millones. No
estaría mal, por tanto, que se nos valorara más, y que se hiciera este estudio
para nuestra querida ciudad de Jerez.