Foto: N.H.D. Marco A. Velo |
El
Evangelio de hoy es una crítica a ciertas conductas que tenían los judíos. En
las primeras comunidades había ciertos problemas como los podemos tener ahora.
A los cristianos que procedían del judaísmo les costaba mucho romper con sus
tradiciones para formar un espíritu nuevo. Marcos recoge esta enseñanza de
Jesús y deja las cosas bien claras: la vivencia como cristiano debe estar
basada en la limpieza de corazón y amor a Dios y a los demás.
Seguimos
teniendo la tentación de valorar más lo externo que lo fundamental.
¿De
qué nos sirve discutir sobre ciertos detalles si estamos divididos?
¿Qué
vivencia de fraternidad y de Hermandad tenemos?
Eso
es lo que hoy Jesús nos dijo a nosotros. No podemos dejar de ser caritativos con
los demás.
¿Qué
podemos hacer para purgar nuestros pecados?
Dice San Bernardo que no hay cosa mejor para
purgar nuestra alma, como meditar en las Llagas de Jesucristo, su Pasión y su
Muerte.