El Papa impone la birreta a los españoles Luis Ladaria y Aquilino Bocos
Fuente: ABC.ES
En
la emotiva ceremonia de imposición de las birretas color púrpura, el Papa Francisco ha
advertido a 14 nuevos cardenales que «la única autoridad creíble es la que nace
de ponerse a los pies de los demás para servir a Cristo», evitando el
clericalismo que lleva a vivir «atrapados en intrigas asfixiantes que secan y
vuelven estéril el corazón y la misión».
Entre
los 11 nuevos cardenales electores figura el
teólogo jesuita mallorquín Luis Ladaria, colaborador muy
cercano del Papa como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. A su vez, el
claretiano Aquilino Bocos, antiguo Superior General de su orden y gran
promotor de la vida religiosa en España, es uno de los tres nuevos cardenales
octogenarios que no participan en el Cónclave.
Con
la solemne ceremonia en la basílica de San Pedro, los cardenales electores
nombrados por Francisco -personas sencillas, de perfil apostólico, procedentes
de países muy variados e incluso diócesis muy pequeñas- suman
ya 59, prácticamente la mitad de los
llamados a elegir el próximo papa.
En
ese clima de confianza, el Santo Padre les ha recordado que Jesucristo «no tuvo
miedo ni reparo de inclinarse ante sus discípulos y lavarles los pies». Por lo
tanto, «esa es la mayor condecoración: servir a Cristo en el pueblo fiel
de Dios, en el hambriento, en el olvidado, en el encarcelado, en el
enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado…».
Además
de Luis Ladaria, entre los 11 nuevos cardenales electores figuran otros dos
miembros de la curia vaticana -el italiano Ángelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, y
el polaco Konrad Krajewski, encargado de obras de caridad en Roma como
limosnero del Papa- así como otro colaborador muy directo: el arzobispo
vicario para la diócesis de Roma, Ángelo De Donatis.
La
lista de europeos -numerosa esta vez- se completa con el arzobispo de L’Aquila
(Italia), Giuseppe Petrocchi, y el obispo de Leiría-Fátima, Antonio dos Santos
Marto.
Los
cardenales electores del resto del mundo son pastores de lugares «difíciles»: el
jefe de la Iglesia
católica en Irak, Louis Raphael Sako, Patriarca de los Caldeos, junto con
los arzobispos de Karachi, Joseph Coutts; de Toamasina (Madagascar), Desiré
Tsarahazana; de Huancayo (Perú), Pedro Barreto; y de Osaka, Thomas Aquinas
Manyo.
El
colegio de cardenales electores está ahora compuesto por 125 purpurados: 59
nombrados por el Papa Francisco, 47 por Benedicto XVI, y 19 por san Juan Pablo
II.
Los cardenales
electores españoles son cinco. Un número que solo igualan Polonia y
Francia, y solo superan Italia con 22, Estados Unidos con 10, y Brasil con
6. La presencia de españoles resulta llamativamente alta comparado con
México y Brasil, que tienen solo cuatro.
Por
orden de edad los cardenales electores españoles son Ricardo Blázquez,
arzobispo de Valladolid; Luis Ladaria, prefecto de la Doctrina de la Fe; Carlos Osoro, arzobispo de
Madrid; Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia; y Juan José Omella, arzobispo
de Barcelona.
A
su vez, con la birreta entregada a Aquilino Bocos, el número de cardenales
españoles no electores se elevará a diez, el segundo número en términos
absolutos después de los 22 de Italia.
Los
14 nuevos cardenales, junto con muchos otros venidos de sus países y todos
los de la Curia
vaticana participarán el viernes en la misa concelebrada con el Papa para
celebrar la fiesta de los apóstoles San Pedro y San Pablo, patronos de Roma, a
la que asisten también cada año representantes del Patriarca Ecuménico de
Constantinopla.