El ruido nos impone su dictadura un día y otro, hasta el punto de que
rara vez añoramos el silencio. Sin embargo, el ruido genera el desconcierto del
hombre, mientras que en el silencio se forja nuestro ser personal, nuestra
propia identidad.
Tras el éxito internacional de Dios
o nada, el cardenal Sarah afronta en estas páginas la necesidad del
silencio interior para escuchar la música de Dios, para que brote y se
desarrolle la oración confiada con Él, para entablar relaciones cabales con
nuestros allegados. "La verdadera revolución -afirma- viene del silencio,
que nos conduce hacia Dios y los demás, para colocarnos humildemente a su servicio".
De nuevo en esta larga y profunda conversación con Nicolás Diat, el
Cardenal propone la siguiente pregunta: ¿pueden aquellos que no conocen el
silencio alcanzar la verdad, la belleza y el amor? La respuesta es innegable:
todo lo que es grande y creativo está relacionado con el silencio. Dios es
silencio.
El prefecto de la
Congregación vaticana para el Culto divino y la disciplina de
los Sacramentos, enlaza y enumera hasta 365 pensamientos, hondos y variados, a
propósito del silencio y sus efectos, que concluyen con un excepcional y
riquísimo diálogo con Dom Dysmas de Lassus, Prior General de la Grande Chartreuse.
"Si bien el habla caracteriza al hombre, el silencio es lo que lo
define, porque la palabra hablada solo adquiere sentido en virtud de ese silencio".
Este es el hermoso y significativo mensaje de La fuerza del silencio.
Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue
nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo
llamó a la Curia
romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó
Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el
Culto divino y la disciplina de los Sacramentos.
Nicolas Diat es periodista y autor francés.