De nuevo el verso encendido, la devoción fecunda,
la oración que se expande como siembra de siglos. La Hermandad de las Cinco
Llagas desarrolló su tercera y última visita institucional enmarcada en el
programa de actos del LXXV Aniversario de su Reorganización. Tres visitas
encabezadas por el encuentro corporativo con aquellas cofradías que bien
sirvieron de ejemplo y referencia para los hermanos refundadores al punto y
hora de reorganizar esta corporación nazarena allá por el año de Gracia del
Señor de 1.939: léase Pasión, la
Amargura y la Macarena. Este pasado domingo la cofradía del
Silencio Blanco -a la que acompañó una muy cordial representación de la también
jerezana Hermandad de Loreto- estrechó fraternales lazos de unión con las
sevillanas de la Amargura ,
el Gran Poder y la Soledad
de San Lorenzo. Se visitaron los templos, se rezó compartidamente, se asistió a
la Santa Eucaristía ,
se recorrieron museos y Casas de Hermandad y se rubricó en definitiva una
jornada histórica donde la quintaesencia de lo humano y lo divino de nuevo quedaron fundidos en una misma
urdimbre afectiva y hondamente espiritual.
En la Amargura fueron recibidos
por el Sr. Hermano Mayor don José Mª Pedernal Álvarez y el Consiliario primero
y ex Hermano Mayor don Fernando Peinado
Sánchez de Lamadrid; en el Gran Poder
por el Sr. Hermano Mayor don J. Félix Ríos Villegas, acompañado por un oficial
de la Junta de
Gobierno, y en la Soledad
por el Mayordomo de la cofradía, don Andrés Guillermo Telero Blanco.