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Foto: N.D.D. José Soto |
La Eucaristía
tiene dos direcciones: la Santa Misa y
su continuación con la reserva del Santísimo en el sagrario.
La finalidad
principal es la celebración del misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo que ha
de servirnos como alimento. Cristo, como víctima, se hace presente sacramentalmente
en los signos de pan y vino.
En muchas
ocasiones que venimos a la iglesia nos dirigimos a algunos altares o imágenes…
pero nos olvidamos de saludar al Señor en el sagrario. Debemos saludarlo al
menos, porque Él es lo principal.
El Espíritu Santo
hace de la Eucaristía la experiencia fundamental de la Iglesia: un banquete en
el que hay que participar recibiendo al Señor en la comunión, ésa es la meta.
Hay una hojita famosa que se titula quince minutos con Jesús Sacramentado y
que nos viene muy bien para hacer una perfecta visita al Señor en el sagrario.
(Se adjunta
enlace donde viene el texto al que se refiere don Antonio:
http://webcatolicodejavier.org/quinceminutos.html
).