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Foto: N.H.D. Ernesto Romero |
En
el tercer día de Quinario tendríamos que plantearnos por qué lo hacemos.
Evidentemente es para Dios, pero somos nosotros los que nos beneficiamos y nos
preparamos espiritualmente para la
Cuaresma que se acerca.
Siguen
hablando las lecturas del Rey David.
Salomón,
el día que accedió al trono le preguntaron qué quería obtener, y él sólo le
pidió al Señor la sabiduría.
El
Señor envía a los apóstoles de dos en dos. Para ir en nombre de Jesucristo es
muy importante la pobreza y el desprendimiento.
Jesucristo
eligió a quien quiso y como quiso. La elección parte de Jesús. El Maestro tenía
una sabiduría que atraía.
El
Señor es el que nos ha dado la pauta para evangelizar. Y para saber cómo
tenemos que proceder.
La Iglesia católica hecha como mensaje de
salvación para el mundo entero. En estos cultos vemos la realeza, la bondad y
el misterio de Dios.