Predicó Fray José Luis Salido Mateos, O. F.
M.:
Pocos relatos tan sorprendentes cómo el que
hemos escuchado ahora se encuentra en los Evangelios. Todo se escuchaba en la sinagoga.
En este marco comienza Jesús a enseñar por vez primera. No es eso lo que aquí
interesa. Sino su impacto. Él no enseña cómo los escribas sino con autoridad.
Jesús no enseña cómo los letrados. Lo hace con
autoridad. No está revestido de poder institucional: su poder viene de la
fuerza del espíritu. Promueve una vida más sana. Libera de miedos y anima a las
personas a buscar un mundo mejor.
Jesús tiene autoridad porque da vida las
personas. Su enseñanza da vida y no esclaviza a las personas. Las primeras
tradiciones cristianas ponen a Jesús cómo una persona que instaura un proceso
de sanación.
Las curaciones que Jesús lleva a cabo en el
nivel físico, psicológico y espiritual son el símbolo de un Dios amigo que
quiere para los seres humanos vida y salvación. Jesús no dice que estudien la
liturgia, no quiere doctores, quiere curadores.
La primera tarea de la Iglesia no es predicar
moral, instaurar teologías, sino curar, liberar. A nadie se le oculta que
estamos viviendo una grave crisis de autoridad. La palabra de la Iglesia ha de nacer del amor
a las personas. Necesitamos una palabra más llena de la fuerza de Jesucristo.
Sería grave, muy grave, que dentro de la Iglesia se escuchara solo una doctrina de
letrados.
Hermanos, hablamos de la Iglesia , que es hablar de la Hermandad , comunidad de
fieles. No debemos comunicar una palabra de tradición, sino lo que estamos
viviendo. Necesitamos no predicar muchos sermones y homilías, sino dar
testimonio de vida. Esa es la misión de la Iglesia y la misión interna y externa de la Hermandad.