Predicó Fray Alberto Ramos Romero, O. F. M.:
“¿Quiénes son mi madre y mis
hermanos?”.
Surge la pregunta de Jesús.
No es que Jesús despreciara a su familia, sino que Él quiere formar una nueva
familia. Su mensaje quiere aunarnos.
Él nos une con los vínculos
del amor. Un amor que nos hace como hermanos. La comunión con los hermanos se
asienta en esos vínculos de amor.
Entrar en esos vínculos de
amor y comunión fraterna es perdonarnos los unos a los otros, buscar siempre lo
bueno que tienen los demás. Porque una auténtica familia esta está fundamentada
en un amor auténtico y sincero.
Solemos irnos a unos caminos
más cómodos, pero la fe en Jesús va a hacer que nos amemos con sinceridad.
Creer en el Evangelio, aceptar a Jesús significa que ya para siempre Él es ya
nuestro único señor, que queremos cumplir su voluntad, que queremos que venga
su Reino.
No es la ofrenda de cosas lo
que tenemos que dar al Señor; la verdadera ofrenda es nuestra vida, nuestra
voluntad. Y esto es lo que tiene que ser nuestra oración.
Nos vamos a sentir tentados
muchas veces, pero ya en el Padrenuestro le pedimos que nos libre de ese mal.
Que en verdad seamos una sola
familia, y nos sintamos hermanos con toda sinceridad.