Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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sábado, 1 de junio de 2013

Del hecho histórico del Vía Lucis Mariano





Reproducimos a continuación -pues en su contenido está todo dicho- el texto que
NHD Ernesto Romero del Castillo, miembro de la Junta de Gobierno, escribiera días después de la celebración en Jerez del Vía-Lucis Mariano organizado por el
Consejo Local de la Unión de Hermandades. Dice así:


“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su Nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre” (Lc. 1,46-55).


"Hemos de unirnos a la Santísima Virgen María en la proclamación de su Magníficat, para recopilar lo más exhaustivamente posible todo el sentir, todo el gozo y la satisfacción de los que han aportado su granito de arena para que lo que le fue encomendado a nuestra querida Hermandad de las Cinco Llagas de parte del Consejo de la Unión de Hermandades de Jerez, fuese realizado con éxito. Y eso que nos fue encomendado no fue otra cosa que poder materializar ese noveno encuentro de la vida de la Santísima Virgen titulado En familia, en Nazaret, colocando en medio de la devoción mariana de Jerez a una de las joyas artísticas que se pusieron el pasado 20 de abril en la calle, y que para más sorpresa de jerezanos y foráneos ha sido una imagen que no por falta de historia (no en vano es del siglo XVI) había pasado para muchos desapercibida por encontrarse presidiendo el retablo mayor en la semioscuridad de la iglesia de la Santísima Trinidad, y no constarle a nadie que anteriormente hubiera salido procesionalmente: Santa María del Buen Suceso.
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Para ello, la Junta de Señores Oficiales de nuestra Hermandad no escatimó esfuerzos ni ilusión desde que se tomó la decisión de llevar a cabo el proyecto. Lo primero, buscar un paso digno, y de menos dimensiones que los nuestros, que facilitara la salida de la imagen desde la misma sede que la alberga, teniendo en cuenta la escasa altura de la puerta. Y se pensó en ese paso de Guzmán Bejarano, de hechura sevillana, que ya disfrutaran en los Dolores de Rota y la Humildad de El Puerto de Santa María, y que desde hace años sirve de altar andante a la venerada imagen del Sagrado Corazón que sale desde la Parroquia portuense de San Francisco el día siguiente a su fiesta. La Asociación del Apostolado de la Oración de la ciudad de El Puerto de Santa María, no ha hecho más que poner facilidades, colaborando en el préstamo, el transporte y el montaje del mismo, además de acompañarnos en el Vía Lucis con una nutrida presidencia.
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Hay que decir, además, que al paso, al tener sus candelabros propios en proceso de restauración, le fueron acoplados unos de la Hermandad del Descendimiento, y una jarras de la del Cristo del Amor, y junto a una peana realizada al efecto por nuestra mayordomía, sin cuyo concurso difícilmente podría haberse llevado a cabo esta proeza, y una pequeña imagen venera de la Parroquia de San José que representa al mártir eucarístico San Tarsicio, patrón del grupo de acólitos El Cirial, que también nos han acompañado en esta ocasión. Se completó el exorno floral del paso con un friso de tres filas de claveles, alfombra de helechos y  cuatro exquisitas piñas cónicas, gracias a la desinteresada labor y el buen hacer de dos maestros de la estética cofradiera como son don Antonio Sánchez y don Manuel Ángel Mauricio, a los que esta Hermandad estará eternamente agradecidos. La comitiva de la procesión se completó con el Simpecado y dos faroles, portados por hermanos de la cofradía, quince parejas de cirios (para no alargar más de lo permitido el cortejo), la anteriormente citada presidencia del Apostolado de la Oración de El Puerto, la presidencia, también nutrida de Hermandad de la Humildad y Paciencia (que tuvo a bien cedernos las sotanas y sobrepellices de los acólitos), la presidencia de la Comunidad de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, junto a algunas profesoras del Colegio, tras la cual se situó nuestro estandarte corporativo y la presidencia del paso. El mismo fue portado por una cuadrilla creada para la ocasión a partir de la del Señor de la Vía-Crucis, dirigida por don Manuel Campos y sus auxiliares, que han puesto una ilusión y un trabajo que ha sido recompensado por la multitud de halagos recibidos en virtud de su buen hacer.
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Asimismo, la Junta de Gobierno decidió contratar una banda de música. Y no cualquier banda. Para tan solemne acontecimiento se contó con la banda de música Pedro Álvarez Hidalgo de Puerto Real, que tiene, a nuestro juicio, no sólo una calidad excelente, sino el mejor repertorio de la provincia de Cádiz, del que hemos incluido marchas clásicas y lentas que no sólo no han desentonado en nada con nuestro estilo propio, sino que se han adaptado perfectamente a la idiosincrasia de la imagen y del contexto de una procesión de gloria en el marco del Via Lucis Mariano. Hay que agradecer también a don Gabriel Vadillo, el director de la banda, no sólo el trabajo desarrollado, sino todas las facilidades prestadas.
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Para los que hemos tenido la suerte de participar quedarán hechos inolvidables, indeleblemente marcados en nuestra memoria colectiva, como la enorme satisfacción de las monjas por ver en la calle a su Virgen, anhelo indisimulado de todas ellas; la vivencia y unión y acciones comunes, que en torno a la venerable figura de nuestro primer Hermano Mayor, Pedro Guerrero González S.J., vamos a iniciar con la Asociación del Apostolado de la Oración de El Puerto; la fraternal unión y el excelente ambiente relacional entre todas las asociaciones participantes, y anteriormente nombradas; la emoción a pie de calle de las personas que a diario acuden a misa a la Santísima Trinidad y -sobre todo- de antiguas alumnas de las Esclavas o de señoras mayores cuyas madres fueron encendidas devotas de la Virgen; la indescriptible emoción de la visita a San Francisco; el instante mágico de nuestra presencia en la Alameda Vieja y el sublime canto de la Salve de Gómez a cargo de don Ángel Hortas; la felicitación que nos transmitió el Consejo Local de Hermandades; el ímprobo trabajo de los costaleros; la sublime sintonía que aportaba la banda de música; el esfuerzo de todas las asociaciones implicadas, el trabajo de colaboración de los hermanos Campos; los comentarios de reconocimiento de las autoridades, que no se ahorraron elogios -miembros de la Delegación Diocesana, consejeros de la Unión de Hermandades, alcaldesa, concejales, ex presidentes del Consejo, Hermanos Mayores...- a la llegada de la procesión a la altura del Cirio Pascual; las felicitaciones de muchísimos cofrades sevillanos, entre ellos el propio pregonero de este año de la Semana Santa de Sevilla, don Francisco Javier Segura durante todo el recorrido...
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Es por lo que, en cumplimiento escrupuloso del principal fin de nuestra Hermandad -es el culto a Dios y a su Madre Santísima- y tras la enorme satisfacción de poder ver completada nuestra Estación de Penitencia de este año, vivir pocas semanas después un acontecimiento mariano de este calibre en el que hemos participado aportando –y de qué manera- la presencia en el mismo de una de las imágenes que más peso han tenido en el mismo, la Virgen del Buen Suceso, -por factura artística (Roque Balduque), por antigüedad (siglo XVI), por copatronazgo- unido al hecho del factor sorpresivo que ha supuesto el presentar la imagen ante el desconocimiento de foráneos y de muchos de los de aquí, en un momento en que más que nunca es necesario aportar luz -la Luz de la Santísima Virgen María- a unos tiempos tan inundados de oscuridades y penurias sociales, y hacerlo además desde el testimonio público de la importancia de la Madre de Dios en todo lo concerniente en este Año de la Fe, hace que no quepamos de gozo y que no podamos dejar de darnos la más efusiva de las enhorabuenas".