Hemos escuchado hoy las lecturas del día de la Solemnidad del Corpus.
En el libro
del Génesis se prefigura la Eucaristía. El salmo lo nombra sacerdote eterno, y
en el Evangelio hemos asistido a la multiplicación de los panes y los peces.
¿Quién no
necesita sanación en algún momento de su vida?
Orar al Señor
contándole las cosas, y también con el silencio.
A veces
notamos que nuestra fe se debilita. Nos vemos sobrepasados por nuestras propias
fuerzas. Entreguemos al Señor lo que tenemos, porque en sus manos se multiplicará
y tendremos de sobra
Ofreced a
Cristo cada día vuestro pan y vuestro pez y Él nos dará de manera rebosante.