Aprendemos más en tu cruz que en todos los libros.
San Juan de Ávila nos recuerda dónde está la verdadera ciencia, y la gracia: en la cruz de Cristo.
Quisiera en
estos días de Quinario ir descubriendo de la mano del maestro Ávila el amor de
Jesús por cada uno de nosotros. Meditando especialmente en las Sagradas Cinco
Llagas.
La clave para
entender la Pasión de Cristo no puede ser otra que el amor. Mucho más que lo
que padeció.
La mayor señal
que puede haber de amor: dar la vida por sus amigos.
Su padecer es
un signo externo de ese amor tan grande por todos y cada uno de nosotros.
¡Qué alegría si
al final del Quinario salimos amándole más nosotros a Él!
Pero
demostrándolo con una vida más coherente, más grande, en definitiva…más santa.
Las Llagas son
un referente para entrar en la uniformidad de la contemplación de Nuestro
Señor.
Más desde el
amor que desde el dolor.
Os invito a
abrir los ojos del corazón y vivir estos cinco días como una prolongación del
amor de Nuestro Señor.
En este primer
día contemplamos vivir las Llagas como un refugio.
Un refugio es
un lugar donde nos podemos sentir seguros ante el peligro. Un lugar de reposo y
de sosiego.
Necesitamos
paz, serenidad, sosiego…¡cuántas veces nuestro interior anda inquieto! Por
cualquier problema económico, familiar…
Vivimos en una
sociedad donde los poderosos atizan el miedo desde los medios de comunicación.
Fomentan el miedo, la inquietud, la incertidumbre…
El miedo
provoca división y debilidad. Nos hace vulnerables, incluso físicamente (está
estudiado).
Una sociedad
donde reina el miedo es manipulable como una marioneta. Y nos dejamos vencer
por todas estas tentaciones.
El Señor nos
invita a no tener miedo: 365 veces aparece en la Escritura la fórmula "no
temáis". A Jairo se lo dice en el Evangelio de hoy: "no tengas miedo;
basta que tengas fe".
Ánimo: no temáis: basta que tengáis fe.
La razón para
no tener miedo a nada ni a nadie es Él mismo.
"Menos en
las Llagas de Cristo".
Romper con todo
aquello que no lleva a Dios.
San Juan de
Ávila nos invita a poner nuestra confianza en el único que puede llenar nuestra
alma y darnos seguridad:
"Para
nuestro refugio están abiertas Sus Llagas".