Nos preocupamos de los que están lejos, pero no de los que están a nuestro lado.
La cercanía de Dios está en esa opción preferencial por los pobres.
Leyendo, entendiendo y llevando a la práctica la Palabra de Dios. Pero además hay que comer.
La clave de la partitura de la Biblia es el amor. Y hay que leerla en esa clave.
En la misa de hoy nos decía el Evangelio que cuando demos limosna o hagamos oración, lo hagamos con el estilo de Jesús, sin vanidad.
Dijo Ghandi que si los cristianos creyeran de verdad en la presencia de Dios en la Eucaristía, los sagrarios estarían abarrotados.
Un buen resumen de la Biblia es: Dios es Amor.
Cada uno de nosotros somos el hijo favorito de Dios.