Sirvan estas líneas como público reconocimiento por parte de todas y cada una de las Corporaciones Cofrades que componen el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de nuestra Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera, a la persona de DON FRANCISCO BAZÁN FRANCO. Sería totalmente injusto que todos los Jerezanos, en general, y los Cofrades en particular, no reparáramos en valorar la importancia que ha supuesto la persona de Paco para Jerez entero. Hoy día, que vivimos inmersos en el egoísmo personal que nos impide entregar, aunque sea un cachito de nuestro tiempo para los demás, de forma absolutamente gratuita y sin percibir nada a cambio, Paco ha enarbolado la bandera de la casta de la hidalguía y de la generosidad personal a favor de dos parcelas muy especiales de nuestro Jerez y muy estrechamente unidas, como son su patrimonio y sus Hermandades y Cofradías. Siendo Hermano Mayor no quiso abandonar su compromiso, a pesar de que la enfermedad le iba arrancando, a suspiros, cada hálito de vida. Lo fácil hubiese sido rendirse ante el dolor irremediable del destino, pero él, Paco, quiso seguir al pie del cañón, para que las futuras generaciones comprendan que hay que luchar aun cuando las fuerzas te hagan desfallecer. Cuando muchos piensan que este año será el último para vestir la Túnica de Nazareno, porque toca jubilarse o porque se ha culminado una etapa dentro de la Cofradía, Paco después de haber recibido esa misma mañana gris de Miércoles Santo, una abominable sesión que trataba de mitigar su enfermedad, tuvo los arrestos suficientes para que, a pesar de las malditas inclemencias meteorológicas, vestirse con su Sagrado Hábito negro y acompañar a su Señor Caído y a su Madre María Santísima de los Dolores en la que, a la postre sería su última Estación de Penitencia. Siempre fue ese Ángel presto para tender su sabia mano, cuando alguna desgracia sorprendía el inigualable patrimonio de nuestra Semana Santa. Siempre con una sonrisa, siempre generoso. A Jerez le hacen falta muchos PACO BAZÁN; por su Jerezanismo y por su sabiduría cofrade. Pero ahora que Dios ha decidido tenerlo eternamente junto a Él, nos queda su testimonio y su ejemplo, espejo en el que deben mirarse todos los Cofrades, tanto los que seguimos aquí trabajando por este bendito mundo, como los que vengan en el futuro. Si Paco hubiese vivido en épocas ancestrales de nuestra historia, seguro que hubiese sido un Caballero Veinticuatro o un descendiente directo de Fortún de Torres, sirvan por tanto estas sencillas líneas como testimonio público de las Hermandades de Jerez de la Frontera, para alguien que, literalmente entregó su vida por las mismas. Siempre estarás en nuestros corazones. DESCANSA EN PAZ.