Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera

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jueves, 29 de diciembre de 2016

Igualás de las cuadrillas de nuestros Sagrados Titulares






El obispo presidirá el 30 de diciembre la Misa de la Sagrada Familia



Fuente: DIÓCESIS DE ASIDONIA-JEREZ

La celebración tendrá lugar en la Santa Iglesia Catedral del Salvador, a las 19:30 horas, a cargo de monseñor José Mazuelos Pérez

‘Vivir la alegría del amor en familia’ es el lema con el que este año se celebra la Jornada de la Sagrada Familia que, el 30 de diciembre, se celebra a convocatoria de la Conferencia Episcopal Española e impulso en Asidonia-Jerez de la Delegación Diocesana de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida.

Monseñor José Mazuelos Pérez presidirá ese día la Eucaristía a las 19:30 horas en la Santa Iglesia Catedral del Salvador. Será ocasión de escuchar al pastor diocesano, miembro además de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, que se hará eco del contenido de la nota emitida por los obispos para la ocasión.

El papa Francisco ha publicado este año la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’ que invita a los cristianos a cuidar el matrimonio y la familia impulsando de modo renovado la vocación al matrimonio y a mostrar la belleza, verdad y bien de la realidad matrimonial y familiar como don de Dios y una respuesta a una vocación excelente.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

Solemnidad de la Natividad del Señor
Y habitó entre nosotros

A menudo pensamos y hablamos de la Navidad como si se tratara únicamente de la celebración del cumpleaños de Jesús. De igual modo que nosotros invitamos a nuestros familiares y amigos a nuestra casa cuando cumplimos años, también el Señor nos convoca ahora en su casa para celebrar el suyo. Esta explicación funciona hasta que nos encontramos con un pasaje del Evangelio como el de la Misa del día de hoy. Es curioso que, precisamente en este día, poco o nada se nos diga del nacimiento de Jesús. Cierto es que las lecturas tanto de la Misa de Medianoche o del Gallo como de la Misa de la Aurora, tomadas del evangelista Lucas, sí nos refieren algunas circunstancias que rodearon el parto del Salvador. En cambio, el prólogo del Evangelio según san Juan, que es el texto que tenemos ante nosotros, en lugar de hacer una descripción de los pormenores del momento concreto, prefiere darnos a conocer la identidad del que nace, su procedencia, el modo de acercarse a los hombres y, sobre todo, las consecuencias que todo ello tiene para nuestra salvación. El centro de estas líneas es que «el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros».

«En él estaba la vida»
La Pascua y la Navidad son las dos fiestas más importantes del año cristiano. No en balde las dos solemnidades disponen de un tiempo litúrgico para poder profundizar en la comprensión del gran misterio que encierran. Y un tema central en ambas fiestas y, por lo tanto, en todo el año, es Jesucristo como vida verdadera de los hombres, como no podía ser de otra manera. Al hablar del Verbo, dice el Evangelio de hoy que «en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». El Verbo, la Palabra de Dios hecha carne, se convierte en vida, gracia y verdad para todo hombre, y «a cuantos lo recibieron les dio poder de ser hijos de Dios». Este versículo está en consonancia con la petición que hacemos al comienzo de la Misa: «compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana». Así se refleja en la oración que desde hace siglos se reza en la celebración de la Misa de este día. Pocas fórmulas litúrgicas expresan de un modo tan sencillo y profundo, al mismo tiempo, el admirable intercambio que ha tenido lugar y que constituye el fondo de la celebración de hoy.

«La vida era la luz de los hombres»
Pero no solo las oraciones de la Misa guardan relación con el Evangelio de hoy. Uno de los elementos navideños que nos recuerdan a Cristo como verdadera vida es el árbol de Navidad. La Iglesia recomienda colocarlo en los hogares, ya que este árbol señala a Cristo como verdadero árbol de la vida, de hoja perenne, que no muere. En el árbol, adornado con luces, se nos presenta a Cristo, luz del mundo, que con su nacimiento nos guía hacia Dios y nos impulsa a vivir también a la luz de su vida. De este modo, se nos recuerda de un modo visual que «el Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo». Estamos ante la luz del mundo, que brilla en las tinieblas.
Sin duda, san Juan Evangelista pretende mostrarnos, a través de este pasaje, que con el nacimiento del Señor ha comenzado la definitiva Revelación de Dios. Se nos transmite la vida verdadera, se nos ofrece una nueva luz en medio de las tinieblas. Dicho de otra manera, Dios, a quien nadie ha visto jamás, se nos ha dado a conocer a través de su Hijo unigénito, hecho hombre, hecho pequeño. Por lo tanto, para poder contemplar la gloria de Dios, que se nos manifiesta hoy, no nos queda más opción que mirar hacia ese niño y acoger la gracia y la verdad que nos trae.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia Adjunto de Madrid




Evangelio

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Este estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: “El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo”». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Juan 1, 1-18





Así luce Nuestra Esperanza para Navidad






miércoles, 21 de diciembre de 2016

Felicitación navideña Hermandad de las cinco Llagas


   Que no nos falte nunca la Esperanza



La Hermandad de las Sagradas Cinco Llagas de Cristo de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera le desea feliz Navidad y un año 2017 repleto de gracia, salud, paz, amor y autenticidad. 

Esperanza en la ciudad – De la columna semanal publicada por N.H.D. Marco A. Velo en Diario de Jerez

Extraemos y publicamos el presente bellísimo artículo del pasado lunes por decisión de los responsables editoriales de nuestro blog, Rafael Cordero Jaén y Ernesto Romero del Castillo, cuyo contenido nos ha llenado de auténtica emoción al homenajearse también a varios de nuestros cofrades de inmortal memoria.

 La ciudad amanece -cielo y cal- esperanzada. Así talmente suena. Sin poner ni quitar tilde. Para pesadumbre de la turbamulta de los desalmados. Para atasco de lo baladí. Jerez, que de continuo romancea al sur del Sur de sus gloriosas tradiciones, rinde culto y honor a la Esperanza, escrita con la letra capitular del verde itinerario de la vida siempre por delante. Todo nuestro proyecto vital quedaría reducido a un detritus de vacilaciones y ofuscaciones si no abanderásemos la esperanza como grito de guerra y como bel canto de fe. Ayer otra vez experimentamos la excelsitud de la fascinación mariana de los hijos de esta bendita tierra que se contrapone a la implosión de la muerte -Inri, corneta, incienso- a dos medias esquinas de la espalda de Baltasar. Ayer la ciudad fue Reina y Madre. Y Abogada Nuestra. Y volvieron a nosotros esos sus ojos Misericordiosos…

Ayer se descifró otra vez una de las autóctonas claves idiosincrásicas de la ciudad. Ecce María venit. He aquí que María vino. Las Esperanzas en los altares de la gloria jerezana. ¿Pacto de sangre de un memorial antiguo que regresa por el camino más corto de entre los posibles a la sede de nuestra condición cofradiera? Recordé de sopetón la nómina de los idos. Y concatené el concepto de la Esperanza que habita detrás de la mirilla de la puerta de la muerte. Cernudiana realidad y deseo. Esquela de luz. Pervivencia de muertos que jamás marcharon definitivamente. Ayer Lorenzo García Frías -el pequeño gran hombre así definido por Manolo Liaño Pérez- estuvo otra vez en la Plazuela, vivaracho y bromista, encopetado como Dios sentenciado manda, gesticulando fraternidades de Hermano Mayor a la antigua usanza. En corro Paco López Acosta, Antonio Barrera Ramírez y Miguel Domínguez Lafox…

Ayer domingo, y en palabras del ejemplarizante sacerdote jesuita (fallecido en heroica obra de santidad) Pedro Guerrero González -hermano de los irrepetibles Manuel y Ramón Guerrero (¿verdad que sí, Maruchi PemánDomecq?)-: "más que nunca todo el mundo es nuestro prójimo". Ayer domingo anduvo por San Francisco, frío mármol del suelo de la nostalgia, José Soto Ruiz -guapetón y risueño, empático como pocos y simpático como casi nadie, elegante de traje ajustado de los años cincuenta, ojos saltones y expresivos, pelo planchado y de suyo muy repeinado, catedrático en las habilidades sociales de las cosas sencillas, mayordomo que antaño donara a la sazón la Sagrada Imagen de la Virgen de la Esperanza a su Hermandad de las Cinco Llagas, la cofradía de sus desvelos y sus amores. José Soto Ruiz departía ayer conManuel Tamayo Merino y con Francisco Morales Torres. ¿Sonreía por el inminente estreno de la caída frontal, al fin bordada, del paso de palio o por el sueño presentido de observar ya eternamente desde el barandal del cielo a su hijo Pepito y a sus nietasEsperanza y Carmen -a las que nunca llegaría a conocer en vida- revestidos todos del santo hábito nazareno de la suprema heredad familiar?

Ayer Jerez no fue fruto de inoperancia teológica. Ni tartamudeo de religiosidad vergonzante. Ayer la ciudad fue sol y Torre de Marfil. Sal y Torre de David. Confortación de cuna apremiante. Dintel de cancela entreabierta. Salve Regina. Consuelo de los afligidos. Ildefonso Roldán de veras satisfecho y Rafael Cordero a su vez recuperado del penúltimo ingreso hospitalario. La ciudad retornada y no tornadiza de cada 18 de diciembre. Ninguna Virgen lloró. Ni la O en Capuchinos, que en tributo a su advocación cuadra el círculo de la belleza "en perpetua y desconcertante sorpresa".

Jesús Urteaga Loidi teorizaba sobre la doble esperanza del cristiano: Dios y sus obras divinas. Jerez suma la Esperanza con mayúsculas de sus Vírgenes de tez blanca e indecisa comisura. Jerez y otra novísima hoja del calendario. Y, en mi whatsapp, la felicitación a Esperanza Barra GuerraEsperanza Romero del Castillo, Esperanza Soto Mateos, Esperanza (hija de Chari González Leal) o la Esperanza de mis noches y mis días que acuna en volandas otra esperanza -tan nuestra- dentro de sus entrañas...



Marco A. Velo García






                                                 Foto: Jesús Tamayo Martínez 

La Hermandad de las Cinco Llagas rinde público reconocimiento, por sus dilatadas dedicaciones a la misión encomendada, al vestidor de María Santísima de la Esperanza y a las anteriores camareras de sus Sagrados Titulares -que desempeñaron tan digna labor durante más de diez años- el pasado domingo 18 de diciembre en la Iglesia de San Francisco




Galería de fotos del besamanos de María Santísima de la Esperanza


Obras todas gentileza de N.H.D. José Soto Rodríguez












Destacados del tercer día de Triduo a María Santísima de la Esperanza


Fray Ricardo destacó en su predicación del tercer día del Triduo las siguientes ideas:
El hombre sin Dios no espera nada. Pero el creyente no es así.
La Creación fue a partir de la nada, pero la Redención fue a partir del hombre. Dios creó al hombre por amor. Pero la segunda intervención, con la Encarnación del Verbo de Dios no es reconocida por ninguna Religión, excepto por el cristianismo. Nuestros hermanos mayores en la Fe, los judíos, están todavía esperándole.
Por la espera de un Pueblo, todos los hombres se han iluminado por medio de Ella, Nuestra Señora.
La Inmaculada, que tiene voto de sangre en la ciudad de Jerez, trajo el ancla de la Esperanza. Aquí, en la capilla de San Francisco donde está Inmaculada, está también la Esperanza. 

Y termina con un poema que dedicó a la Virgen en su cantamisa.




Destacados del segundo día de Triduo a María Santísima de la Esperanza

 
El segundo día de Triduo Fray Ricardo de Córdoba se fija en la Anunciación. Una Anunciación esperada con Esperanza. Contempla cómo Dios preparó de alguna manera a José,  para decirle que María se quedaría encinta sin conocer varón. Él, con gran aturdimiento, repudia a María en la intimidad. Comprendiendo más tarde esa noticia. También María,  esa mujer virgen elegida para llevar dentro de su ser al Salvador. Esa Virgen, que espera esa Esperanza que el mundo también espera. De ahí Inmaculada, como la patrona de la Hispanidad y de los Franciscanos. San Francisco, se queda con la Esperanza del Salvador.

Además, vemos a lo largo de los tiempos todas las anunciaciones e inmaculadas plasmadas en el arte. Por ultimo Fray Ricardo termina con un poema con la Esperanza como tema principal.




sábado, 17 de diciembre de 2016

Recordatorio: Mañana domingo 18 de diciembre, festividad de la Virgen de la Esperanza, último día del Triduo a las 10,30 horas y Solemne Besamanos a nuestra Amantísima Titular durante toda la jornada




                             Foto: N.H.D. José Soto Rodríguez

Destacados del primer día del Solemne Triduo a María Santísima de la Esperanza


Fray Ricardo de Córdoba ha enfocado su predicación en la inminente llagada de la Navidad.  Fiesta que es grandiosa y más festiva que la Semana Santa. No existe el fin, pues se renueva continuamente con la llegada de la Salvación. De ahí que San Francisco en la época que le tocó vivir, bajo el reinado de Federico ll, empezara a hacer los belenes. En ellos plasma muy bien lo que es la Navidad con la renovación de una vida concebida.

También como figura principal no puede faltar nuestra Santísima Madre. Esa Madre que es la Esperanza de todos, la alegría de la vida. Es la luz que no puede faltar, porque si no se alcanza habremos malogrado la fe.


Asímismo, destacó cómo ese Salvador construyó lo que hoy es Iglesia, con la ayuda de los doce apóstoles: todos aportaron algo sin dejar de cumplir la palabra de Dios.




                             Foto: N.H.D. Manuel Piñero Dueñas

Una comisión de nuestra Hermandad se desplazó el pasado miércoles a visitar los restos de la Venerable María Antonia de Jesús Tirado, a cuya causa de Beatificación nos hemos adherido




Próximo cambio en una fórmula de la Misa





«…por vosotros y por muchos»

Fuente: ALFA Y OMEGA

La nueva fórmula de consagración del cáliz («por muchos» en lugar de «por todos los hombres») no pretende excluir a nadie de la redención obrada por Cristo; esto, simplemente, iría contra la Revelación

La ya cercana introducción en nuestra liturgia eucarística de la fórmula de consagración del cáliz en su nueva versión castellana («por vosotros y por muchos» en lugar de «por vosotros y por todos los hombres») está suscitando numerosas reacciones. No es de extrañar, pues todo lo que afecta a unas palabras que están tan hondamente marcadas en el corazón del creyente no puede dejarlo indiferente. Pero se perciben a veces algunas tomas de postura que cuestionan la oportunidad, e incluso la legitimidad, de semejante cambio. ¿No se está estrechando con ello el alcance de la salvación traída por Jesucristo? Al decir «por muchos» y no «por todos», ¿no será que hay algunos a quienes esta salvación no les es accesible?
Hemos de explicar primero lo que este cambio no quiere decir. No pretende excluir a nadie de la redención obrada por Cristo; esto, simplemente, iría contra la Revelación atestiguada en otros lugares de la Escritura. Dios, en efecto, «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Timoteo 2,4). Este designio de salvación universal es el que mediante la entrega de su sangre realiza Cristo, único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2,5). Es por ello desacertado entender este cambio en nuestra liturgia en sentido restrictivo; como si en lugar de «por muchos» se dijera «por pocos». No: en el horizonte de la entrega de Jesucristo están todos los hombres. Que son, ciertamente, una gran multitud: «muchos». Cuando la traducción litúrgica vigente hasta ahora interpretó el latín pro multis como «por todos los hombres», estaba ofreciendo una comprensión certera de lo que late en esos «muchos».
Pero entonces, ¿por qué cambiarlo? Por fidelidad a la palabra de Jesús. Él, en efecto, no dijo «por todos» sino «por muchos» (Mateo 26,28; Marcos 14,24); tanto el arameo (lengua empleada por Jesús) como el griego (lengua que en los Evangelios nos ha transmitido sus palabras) distingue entre ambos conceptos, de modo que hemos de aceptar lo que Jesús dijo; por ello, la traducción más fiel es la que mejor respeta esa decisión. Así lo ha entendido la liturgia romana en la fórmula latina: «pro vobis et pro multis».
Pero además, la nueva traducción castellana nos abre un horizonte para comprender este momento decisivo en la vida del Señor. En efecto, esos «muchos» por los que derrama su sangre nos evocan aquellos «muchos» que el Siervo del Señor justificó mediante la entrega de su vida: «Mi siervo justificará a muchos», porque cargó con los crímenes de ellos» (Isaías 53,11); «él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores» (53,12). La entrega eucarística de Cristo realiza así la misión del Siervo, llenando de contenido, de carne y sangre, esa enigmática figura del Antiguo Testamento. Tal y como afirma Jesús sobre sí mismo en otro denso pasaje evangélico, aludiendo también a este oráculo de Isaías, «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos»(Marcos 10,45). La traducción «por muchos» nos permite captar esta importante alusión bíblica, que de otro modo pasaría inadvertida; así comprendemos que Jesús es el verdadero Siervo del Señor.
«Muchos intentarán entrar y no podrán»
Una última observación. Cristo ofrece su vida por todos los hombres, por «el mundo»: así interpreta el Evangelio de Juan las palabras de la Eucaristía («Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo»: Juan 6,51). Sin embargo, por desgracia no todos lo acogerán: «Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron» (Juan 1,11). La traducción «por muchos», que originariamente apunta a la apertura universal de la salvación obrada por Jesucristo, expresa también la trágica posibilidad de que no todos los hombres se beneficien efectivamente de ese don. Cuando le preguntaron: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?», Jesús respondió: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán» (Lucas 13,23-24). La nueva traducción castellana evita una comprensión ilusoria de las palabras que pronunció el Maestro en la Última Cena, como si por la ofrenda de amor de Jesucristo estuviéramos ya definitivamente salvados; nos previene así ante la desgraciada eventualidad de que, en mal uso de nuestra libertad, no queramos acoger el regalo de la salvación y de la gracia, excluyéndonos así de esos «muchos» a los que Jesús desea justificar. Es por ello un estímulo saludable a abrirnos al don de la salvación que él nos trae.
«Por vosotros y por muchos». La nueva traducción, no solo legítima sino también oportuna, nos recuerda en fin una exigencia fundamental de nuestro Bautismo: ponernos en camino para que la salvación de Jesucristo y la vida nueva del Evangelio alcance a «muchos». Resulta así un estímulo para la misión, con el gran deseo de colmar aquella «muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas» salvada por Cristo, el Cordero (Apocalipsis 7,9).

Luis Sánchez Navarro
Catedrático de Nuevo Testamento de la Universidad Eclesiástica San Dámaso



Evangelio y comentario

Fuente: ALFA Y OMEGA

IV Domingo de Adviento (ciclo A)
El «Dios-con-nosotros»

Queda solo una semana para que estemos celebrando la Natividad del Señor. En este domingo el tiempo de Adviento da un giro. Si durante tres semanas el Evangelio nos ha preparado para la acogida del Reino de los cielos, a partir de ahora nos detenemos en la contemplación de su primera venida. Nos disponemos a conmemorar el nacimiento del Salvador. Tal y como nos relata el episodio evangélico de este domingo, Jesús nace de María, desposada con José, descendiente del rey David. El pueblo judío, a quien Mateo dirige en primer lugar su Evangelio, sabía que el Mesías debía ser un hijo de David. De hecho, el pasaje de hoy se encuentra a continuación de la genealogía de Jesucristo. De este modo, Mateo contempla a Jesús entroncado en la tradición hebrea y perteneciente a la estirpe de Abrahán y de David.

La Virgen concebirá y dará a luz
Siglos antes del nacimiento del Salvador, el profeta Isaías ya había señalado uno de los signos que anunciarían la llegada de la salvación al pueblo de Israel. Lo escuchamos en la primera lectura de hoy: una virgen encinta, una virgen madre; algo imposible para el hombre, pero no para Dios. La tradición de la Iglesia siempre ha tenido en gran estima la virginidad y la maternidad reales de María, y, particularmente en algunos momentos históricos, ha tenido que explicar y defender la relevancia de esta doble condición de María. A pesar de que a los ojos humanos puede resultar dificultoso comprender la virginidad de María, a lo largo de la historia no han faltado tampoco quienes han puesto en duda la Encarnación verdadera del Hijo de Dios. No fueron pocos los que en los primeros siglos del cristianismo pusieron en tela de juicio que Cristo hubiera asumido realmente la carne. El hacerse carne tiene gran transcendencia, ya que Dios quiere ser «Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros» con una carne concreta, para que nosotros seamos salvados íntegramente. Por ello, se insiste en que María es la-que-da-a-luz a Jesucristo. Así pues, Dios ha tomado la iniciativa de realizar la salvación de su pueblo, haciéndose uno de nosotros con todas las consecuencias. Esto implica asumir la debilidad, hacerse pequeño e indefenso, como cualquiera de nosotros. Con ello, el Señor nos muestra que ha querido implicarse por completo en toda situación humana, haciéndola suya.

La figura de José
Sabemos que los Evangelios son parcos en las alusiones hacia el patriarca san José. Por eso, toda referencia al tercer miembro de la Sagrada Familia tiene gran relevancia a la hora de comprender con mayor profundidad el modo escogido por Dios para llevar a cabo la salvación. En primer lugar, el padre legal es quien da nombre al hijo y ello significa aportarle una identidad concreta en la sociedad en la que vive. José, descendiente de Abrahán e «hijo de David», como es llamado por el ángel, será la persona de la que Dios ha querido servirse para insertar plenamente al niño Jesús en la historia humana y en el linaje del que nacería el Mesías. En segundo lugar, la tradición cristiana ve un paralelismo entre la fe que José muestra en este relato y la de su antepasado Abrahán, padre en la fe del pueblo judío. Del mismo modo que Dios probó la fe de Abrahán, mandándole sacrificar a su único hijo, el Señor, a través del ángel, le pide a José que se fíe completamente de Él y que le ponga el nombre de Jesús al niño que nacerá de María. De esta manera, Dios ha querido contar con José, que es justo y se ha fiado del Señor, para que el niño Jesús quede plenamente insertado en la historia humana.


  Daniel A. Escobar Portillo
 Delegado episcopal de Liturgia Adjunto de Madrid




Evangelio

La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

Mateo 1, 18-24




domingo, 11 de diciembre de 2016

Campaña de Navidad de nuestra Hermandad




Por acuerdo de la Junta de Señores Oficiales y en atención al beneplácito de nuestro Director Espiritual, el Rvdo. P. Fray José Luis Salido Mateos, O.F.M., la Campaña de Navidad de nuestra Hermandad este año se llevará a cabo del siguiente modo:

Nuestra Hermandad colaborará con la Fraternidad Franciscana trasladando y centralizando nuestra campaña de Navidad en nuestra Capilla del Voto, en el Belén que se ha montado al efecto: todos llevaremos nuestros productos no perecederos, dinero o juguetes en buen estado junto al Belén allí instalado. La Pía unión de San Antonio es la encargada de la distribución de todos esos dones a los más necesitados incluidas las familias hermanas de nuestra Hermandad.

Si un hermano pasa situación de necesidad, póngase en contacto con el Diputado de  Caridad, don José María Granados Cordero, que acreditará tal condición en la salvaguarda de la máxima discreción, y a principios del mes de enero -el día que se le indicará- podrá recoger su asignación con un documento sellado y firmado por la secretaría de nuestra Hermandad.

Asimismo, todo hermano que quiera comprometerse para los turnos que se establecerán durante los 13 días que estará expuesto el Belén en horario de 18 a 20 horas puede ponerse en contacto con el mencionado hermano.


Desde nuestra Hermandad animamos a todos –hermanos o no- a participar en esta Campaña en la que podremos ayudar a los más necesitados con el espíritu del santo de Asís.  


viernes, 9 de diciembre de 2016

Solemne Triduo y Besamanos a Nuestra Amantísima Titular María Santísima de la Esperanza




El pasado día 5 nuestra Bolsa de caridad P. Pedro Guerrero entregó 150 litros de leche al Comedor El Salvador




Las tres reglas fundamentales para los lectores en la Misa




Fuente: ALETEIA

El liturgista italiano Enrico Finotti responde a una lectora de Aleteia

 Un lector escribe: “Quisiera saber si hay indicaciones precisas dictadas por el magisterio o simplemente por la tradición que expliquen cómo se debe comportar un lector durante la misa. Las lecturas del día y los salmos no deben ser leídos, sino anunciados. ¿Podrían hacer un pequeño elenco de los "errores" más comunes? Por ejemplo, a veces oigo decir como conclusión de una lectura "Es palabra de Dios" en lugar de "palabra de Dios". Y también, hay quien pone mucho énfasis en leer, a menudo cambiando fuertemente el tono de voz en los diálogos directos…. Hay quien levanta la mirada a los bancos y quien en cambio nunca alza los ojos y los tiene fijos en el texto. Gracias".

El liturgista Enrico Finotti explica: “La Palabra de Dios en la celebración litúrgica debe ser proclamada con sencillez y autenticidad. El lector, en resumen, debe ser él mismo y proclamar la Palabra sin artificios inútiles. De hecho, una regla importante para la dignidad misma de la liturgia es la de la verdad del signo, que afecta a todo: los ministros, los símbolos, los gestos, los ornamentos y el ambiente”.

Dicho esto, prosigue Finotti, “es también necesario solicitar la formación del lector, que se extiende a tres aspectos fundamentales”.

1. La Formación bíblico-litúrgica

“El lector debe tener al menos un conocimiento mínimo de la Sagrada Escritura: estructura, composición, número y nombre de los libros sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, sus principales géneros literarios (histórico, poético, profético, sapiencial, etc.). Quien sube al ambón debe saberlo que va a hacer y qué tipo de texto va a proclamar.

Además, debe tener una suficiente preparación litúrgica, distinguiendo los ritos y sus partes y sabiendo el significado del propio papel ministerial en el contexto de la liturgia de la palabra. Al lector corresponde no sólo la proclamación de las lecturas bíblicas, sino también la de las intenciones de la oración universal y otras partes que le son señaladas en los diversos ritos litúrgicos”.

2. La preparación técnica

El lector debe saber cómo acceder y estar en el ambón, cómo usar el micrófono, cómo usar el leccionario, cómo pronunciar los diversos nombres y términos bíblicos, de qué modo proclamar los textos, evitando una lectura apagada o demasiado enfática.

Debe tener clara conciencia de que ejerce un ministerio público ante la asamblea litúrgica: su proclamación por tanto debe ser oída por todos. El Verbum Dominicon el que termina cada lectura no es una constatación (Esta es la Palabra de Dios), sino una aclamación llena de asombro, que debe suscitar la respuesta agradecida de toda la asamblea (Deo gratias).

3. La formación espiritual

La Iglesia no encarga a actores externos el anuncio de la Palabra de Dios, sino que confía este ministerio a sus fieles, en cuanto que todo servicio a la Iglesia debe proceder de la fe y alimentarla. El lector, por tanto, debe procurar cuidar la vida interior de la Gracia y predisponerse con espíritu de oración y mirada de fe.

Esta dimensión edifica al pueblo cristiano, que ve en el lector un testigo de la Palabra que proclama. Esta, aunque es eficaz por sí misma, adquiere también, de la santidad de quien la transmite, un esplendor singular y un misterioso atractivo.

Del cuidado de la propia vida interior del lector, además que del buen sentido, dependen también la propiedad de sus gestos, de su mirada, del vestido y del peinado. Es evidente que el ministerio del lector implica una vida pública conforme a los mandamientos de Dios y las leyes de la Iglesia.

Leer
en misa es un honor, no un derecho

Esta triple preparación, precisa el liturgista, “debería constituir una iniciación previa a la asunción de los lectores, pero después debería seguir siendo permanente, para que no se relajen las costumbres. Esto vale para los ministros de cualquier grado y orden.

Será finalmente muy útil para él mismo y para la comunidad que todo lector tenga el valor de verificar si siguen estando en él todas estas cualidades, y si disminuyeran, saber renunciar con honradez.

Realizar este ministerio es ciertamente un “honor” y la en Iglesia siempre se ha considerado así. Sin embargo, concluye, no se puede acceder a él a toda cosa, ni debe ser considerado un derecho, sino un servicio en pro de la asamblea litúrgica, que no puede ser ejercido sin las debidas habilitaciones, por el honor de Dios, el respeto a Su pueblo y la eficacia misma de la liturgia.
 
Gelsomino del Guercio

2017 será el AÑO CISNEROS




Fuente: ALFA Y OMEGA

De Gonzalo a Francisco

Gran colaborador de los Reyes Católicos en la obra de reforma de las órdenes religiosas y del clero secular, Cisneros supo ejercer con acierto y honestidad tareas de gobierno y se empeñó en la evangelización de los reinos del sur de España y el norte de África

El nombre de bautismo de Cisneros fue Gonzalo, pero al entrar en religión recibió el nombre de Francisco, el santo que da origen a la orden franciscana. El caso de Cisneros puede considerarse el de una llamada
dentro de la llamada, pues siendo ya sacerdote y ocupando importantes cargos en Sigüenza, Gonzalo Jiménez de Cisneros percibe la llamada a dedicarse totalmente a Dios, eligiendo la orden de los franciscanos menores de la observancia, a los que ya había conocido en Alcalá, en su convento de Santa María de Jesús.
La muerte de sus padres –que le liberaba de las cargas familiares–, los años pasados en su reclusión en Santorcaz, su dedicación al estudio de la Sagrada Escritura y, quizá, su desencanto al ver las rivalidades y ambiciones de algunos hombres de Iglesia, pudieron llevar a Cisneros a esta decisión tan radical. Lo cierto es que, retirado en varios eremitorios y en el convento de La Salceda, Cisneros se oculta ante el mundo, aunque por poco tiempo, pues pronto será reclamado como confesor de la reina Isabel, como provincial de los franciscanos de Castilla, y posteriormente como arzobispo de Toledo, cardenal y regente. Pero, aun elevado a los más altos cargos eclesiásticos y políticos de su tiempo, Cisneros permanecerá en su interior, y en gran medida también exteriormente, como un fraile mendicante, un austero religioso.
Gran colaborador de los Reyes Católicos en la obra de reforma de las órdenes religiosas y del clero secular, Cisneros supo ejercer con acierto y honestidad tareas de gobierno y se empeñó en la evangelización de los reinos del sur de España y el norte de África, no desdeñando tomar parte en las campañas militares cuando lo consideró necesario. Y cuando llegó la hora del Nuevo Mundo, envió a su propio compañero y secretario, fray Francisco Ruiz, acompañado de otros franciscanos y de los padres jerónimos, para enmendar el trato abusivo que se daba a los indígenas y asegurar la evangelización de las tierras recién colonizadas. Varón recio y decidido, no a todos gustaban sus maneras o sus formas de gobernar, pero nadie pudo reprocharle la búsqueda de intereses personales o de ambiciones políticas. Muchos historiadores han señalado que si hubiera podido acompañar en sus primeros pasos al nuevo rey Carlos I la historia de España hubiera sido diferente. Pero la muerte le llegó cuando marchaba a su encuentro.

Cisneros y Alcalá
Alcalá de Henares debe mucho a Cisneros. Aquí transcurrió largas temporadas de su vida como arzobispo, aquí realizó su proyecto universitario y pudo ver cumplido su sueño de la Biblia Políglota complutense, aquí fundó colegios y monasterios y engrandeció la Colegiata de Carrillo, sobre el lugar del martirio de los santos niños Justo y Pastor, obteniendo para ella el título de magistral. Aquí, finalmente, pidió que reposaran sus restos mortales.

Pero su legado no puede limitarse al reconocimiento de un pasado glorioso. El Año Cisneros ha de servir para aprender de nuestra historia y responder en el presente –que es siempre el tiempo de Dios– a los retos y desafíos que la historia nos plantea. Entre los actos previstos por el Obispado de Alcalá para el Año Cisneros podemos destacar: la celebración de un congreso sobre la contribución de Cisneros a la reforma religiosa y a la evangelización del nuevo mundo, en colaboración con la Universidad San Dámaso; una Jornada científica sobre la Liturgia Hispano-Mozárabe, que Cisneros reavivó y propagó; la grabación de un disco de música de los siglos XV-XVI; una exposición en la iglesia de Santa María Magdalena de Torrelaguna, villa natal de Cisneros; publicaciones, conferencias, recursos didácticos y catequéticos, etc.

El 8 de noviembre se cumplieron 500 años de la muerte de fray Francisco Jiménez de Cisneros en Roa (Burgos). Por eso, el año 2017 será Año Cisneros. La diócesis de Alcalá, a la que pertenece el municipio de Torrelaguna, cuna de Cisneros, y en cuya catedral magistral se custodian los restos mortales del que fue arzobispo de Toledo, cardenal de Santa Balbina y regente de las Españas, inauguró el 8 de noviembre con un solemne oficio litúrgico los actos preparatorios del V centenario. El arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, y el obispo de Sigüenza-Guadalajara, monseñor Atilano Rodríguez, acompañaron al obispo diocesano, monseñor Juan Antonio Reig Pla.
Con ocasión del V centenario el Obispado de Alcalá realizó un examen y reconocimiento de los restos mortales del cardenal Cisneros, pudiendo verificar que se conservan conforme a las actas custodiadas en la catedral de Alcalá. Con el próposito de darles mayor relevancia, monseñor Reig Pla decidió el traslado de parte de ellos desde su ubicación bajo el actual presbiterio hasta el altar de la girola, junto a la cripta de los santos niños, en un lugar más visible donde peregrinos y visitantes puedan honrar al que la Iglesia considera venerable siervo de Dios desde que se inició su proceso de canonización hace varios siglos.

La catedral magistral encargó el escultor Julio López Hernández un gran relieve conmemorativo en bronce, que señala desde el día 8 el lugar donde reposan los restos del cardenal en la girola.



Juan Miguel Prim Goicoechea
 Vicario episcopal de Alcalá para la Evangelización y la Cultura

El Papa Francisco aprueba martirio de 21 españoles y un sacerdote de Estados Unidos




Fuente: ACIPRENSA


El Papa Francisco aprobó los decretos que reconocen el martirio de 21 fieles asesinados durante la Guerra Civil Española, un obispo lituano víctima del odio a la fe en 1962 y un sacerdote estadounidense que murió en Guatemala en 1981.

Los decretos fueron autorizados por el Santo Padre tras la audiencia del 1 de diciembre que sostuvo con el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Los españoles asesinados durante la Guerra Civil ocurrida entre 1936 y 1939 son el Siervo de Dios Vicente Queralt Lloret, sacerdote profeso de la Congregación de la Misión, otros 6 sacerdotes profesos de la misma congregación, 5 sacerdotes diocesanos, 2 religiosas Hijas de la Caridad y 7 laicos de la Asociación Hijos de María de la Medalla Milagrosa.

Uno de los decretos también reconoce el martirio del sacerdote diocesano Stanley Francesco Rother, el primer mártir católico nacido en Estados Unidos. Murió asesinado por odio a la fe el 28 de julio de 1981.
Desarrolló su misión en Guatemala, donde llevó la Palabra de Dios a los indígenas Tzutuhiles, descendientes de los mayas. Aprendió su lengua local y tradujo el Nuevo Testamento y el rito de la Misa.
El Padre Rother murió asesinado por los escuadrones de la muerte de la dictadura militar de Guatemala después de sufrir la muerte de 20 de sus feligreses.

El Papa también autorizó el decreto que reconoce el martirio del Siervo de Dios Teófilo Matulionis, Arzobispo-Obispo de Kaišiadorys (Lituania); nacido el 22 de junio de 1873 y asesinado por odio a la fe el 20 agosto de 1962.

El Pontífice también autorizó la promulgación de los decretos que reconocen:

-El milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Giovanni Schiavo, Sacerdote italiano de la Congregación de San José, nacido el 8 de julio de 1903 y fallecido el 27 de enero de 1967. Con este milagro se podrá proceder a la beatificación del presbítero.

-Las virtudes heroicas de la asturiana Luz Rodríguez-Casanova y Gracia San Miguel, fundadora de la Congregación de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón; nacida el 28 de agosto de 1873 y fallecida el 8 de enero de 1949.

-Las virtudes heroicas del Siervo de Dios José Bau Burguet, sacerdote diocesano de Valencia, Párroco en Masarrochos (España), nacido el 20 de abril de 1867 y fallecido el 22 de noviembre de 1932.

-Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Cardenal Guglielmo Massaja, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, nacido en Italia el 8 de junio de 1809 y fallecido el 6 de agosto de 1889.

-Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Nunzio Russo, sacerdote diocesano, fundador de la Congregación de las Hijas de la Cruz; nacido en Palermo (Italia) el 30 de octubre de 1841 y fallecido el 22 de noviembre de 1906.

-Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Mario Ciceri, sacerdote diocesano italiano; nacido el 8 de setiembre de 1900 y fallecido el 4 de abril de 1945.

-Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Maria Giuseppa Aubert, fundadora del Instituto de las Hijas de Nuestra Señora de la Compasión; nacida en Francia el 19 de junio de 1835 y fallecida el 1° de octubre de 1926.

-Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Caterina Aurelia de la Preciosísima Sangre, fundadora de la Congregación de las Hermanas Adoratrices de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de la Unión de Saint-Hyacinthe; nacida en Quebec el 11 de julio de 1833 y fallecida el 6 de julio de 1905.

-Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Leonia Maria Nasta?, monja profesa polaca de la Congregación de las Pequeñas Esclavas de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada; nacida el 8 de noviembre de 1903 y fallecida el 10 de enero de 1940.

La aprobación de las virtudes heroicas es tal vez el paso más complejo y largo en el proceso de beatificación de un fiel católico, ya que con el decreto se reconoce que el siervo de Dios ha vivido en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad; para lo cual se debe haber investigado previamente y en detalle su vida y escritos.
Con la aprobación de las virtudes heroicas, la causa queda a la espera de un milagro para proceder a la beatificación.

En el caso de los mártires el proceso es distinto. No requieren la aprobación de virtudes heroicas sino que se pruebe que han sido asesinados por odio a la fe.